La noche del 21 de agosto de 1984 fue, deportivamente hablando, la más oscura en la historia de Boca. Esa jornada, que en la previa pintaba histórica por el orgullo de ser invitado y enfrentar al Barcelona en el Nou Camp por la tradicional Copa Joan Gamper, terminó siendo nefasta por el 1-9 final con que los catalanes se llenaron los ojos y clasificaron a la final. Y de paso nos encajaron la peor derrota de toda la historia.
Para semejante porrazo hubo una suma de factores. Sería muy fácil decir que el Barça tenía un equipazo comandado por el alemán Bernd Schuster y que ese Boca versión 84 era una especia de banda que deambulaba por los campos de juego con mil problemas futbolísticos y extrafutbolísticos a cuestas. Pero de ahí a comerse nueve goles hay un mundo de diferencia.
Al nivel de juego hay que sumarle otro factor clave: el cansancio. Y no es excusa. La maratón empezó el miércoles 15 de agosto en cancha de Vélez para jugar con Estudiantes por el Metropolitano. El viernes 17 Boca se presentó en Tucumán para enfrentar en un amistoso a Unión (Simoca). Y cuatro días después ya estaba en España para disputar la Copa Joan Gamper.
Como si todo esto fuera poco se suma un hecho que terminó por preparar el terreno para el desastre. A los 33 minutos del primer tiempo y ya con el partido 0-2 se fue expulsado Roberto Pasucci. Antes de los primeros 45 hubo un nuevo gol que mandó a Boca al descanso 0-3 y con 10 jugadores. El panorama metía miedo.
En el segundo tiempo si alguien supuso que el Barça iba a salir con el freno de mano y regulando para la final que se jugaba al día siguiente, se equivocó de punta a punta.
Antes de los 20 metió cuatro goles en el arco de Gatti y ya las cifras se veían tremendas en el cartel electrónico.
Con el 0-7 Boca fue para adelante y logró el gol del honor con un penal pateado por Fernando Morena. Pero a la película de terror le faltaba un final acorde. Dos goles más de los catalanes a los 39 y 41 sellaron el resultado final.
Tras el partido sólo algunas voces trataron de capear la tormenta. El más dolido fue Roberto Mouzo: “…yo nunca me comí nueve y jugué en todas las divisiones de Boca. Me quiero morir. Antes de subir al micro nos cargaban los gallegos. ¿Sabés lo que van a sufrir los hinchas de Boca en la Argentina?...”
Los once que salieron a la cancha bajo las órdenes de Dino Sani fueron: Gatti, Hugo Alves, Mouzo, Pasucci, Córdoba, Krasouski, Mario Alberto, el “Gallego” Vázquez, “Turco” Abdeneve, el uruguayo Morena y Carlos Mendoza. Con el descalabro a medio hacer fueron ingresando Berta, Matabós y Sotelo sucesivamente. Pero muy poco pudieron hacer para evitar este mazazo a la gloriosa historia de Boca.
A los que vivieron esa derrota en edad escolar (yo estaba en quinto grado con 10 años) es el día de hoy que seguramente recuerdan lo que fue entrar al aula al día siguiente. Mamita...
Para semejante porrazo hubo una suma de factores. Sería muy fácil decir que el Barça tenía un equipazo comandado por el alemán Bernd Schuster y que ese Boca versión 84 era una especia de banda que deambulaba por los campos de juego con mil problemas futbolísticos y extrafutbolísticos a cuestas. Pero de ahí a comerse nueve goles hay un mundo de diferencia.
Al nivel de juego hay que sumarle otro factor clave: el cansancio. Y no es excusa. La maratón empezó el miércoles 15 de agosto en cancha de Vélez para jugar con Estudiantes por el Metropolitano. El viernes 17 Boca se presentó en Tucumán para enfrentar en un amistoso a Unión (Simoca). Y cuatro días después ya estaba en España para disputar la Copa Joan Gamper.
Como si todo esto fuera poco se suma un hecho que terminó por preparar el terreno para el desastre. A los 33 minutos del primer tiempo y ya con el partido 0-2 se fue expulsado Roberto Pasucci. Antes de los primeros 45 hubo un nuevo gol que mandó a Boca al descanso 0-3 y con 10 jugadores. El panorama metía miedo.
En el segundo tiempo si alguien supuso que el Barça iba a salir con el freno de mano y regulando para la final que se jugaba al día siguiente, se equivocó de punta a punta.
Antes de los 20 metió cuatro goles en el arco de Gatti y ya las cifras se veían tremendas en el cartel electrónico.
Con el 0-7 Boca fue para adelante y logró el gol del honor con un penal pateado por Fernando Morena. Pero a la película de terror le faltaba un final acorde. Dos goles más de los catalanes a los 39 y 41 sellaron el resultado final.
Tras el partido sólo algunas voces trataron de capear la tormenta. El más dolido fue Roberto Mouzo: “…yo nunca me comí nueve y jugué en todas las divisiones de Boca. Me quiero morir. Antes de subir al micro nos cargaban los gallegos. ¿Sabés lo que van a sufrir los hinchas de Boca en la Argentina?...”
Los once que salieron a la cancha bajo las órdenes de Dino Sani fueron: Gatti, Hugo Alves, Mouzo, Pasucci, Córdoba, Krasouski, Mario Alberto, el “Gallego” Vázquez, “Turco” Abdeneve, el uruguayo Morena y Carlos Mendoza. Con el descalabro a medio hacer fueron ingresando Berta, Matabós y Sotelo sucesivamente. Pero muy poco pudieron hacer para evitar este mazazo a la gloriosa historia de Boca.
A los que vivieron esa derrota en edad escolar (yo estaba en quinto grado con 10 años) es el día de hoy que seguramente recuerdan lo que fue entrar al aula al día siguiente. Mamita...