La mano en el hombro de “Maranga” sobre “Villita” parecen desmentir la pelea. Pero al mismo tiempo, semejante muestra de afecto ante las cámaras de fotos, no hace otra que confirmarla. Y la prueba irrefutable del duro cruce entre los dos volantes centrales, son los números que llevaron en los pantaloncitos Adidas ese trágico viernes 14 de diciembre de 1990 (trágico por la absurda muerte de Saturnino Cabrera en la tribuna de socios sur),
Esa noche, Boca recibía a San Lorenzo por el Apertura y debutaba como técnico interino Osvaldo Potente tras la renuncia del “Cai” Aimar en la fecha anterior. Además, volvía a la titularidad Claudio Marangoni, quien no jugaba desde el 23 de septiembre cuando Boca cayó 0-2 con River en Núñez y Aimar lo desafectaba del plantel.
Lo concreto es que ante el indulto de “Patota”, la camiseta cinco, en teoría, debía volver a manos de "Maranga". Pero Villarreal pateó el tablero, se plantó y alzó la voz quejándose de tener que volver a jugar de volante por derecha y con la ocho en la espalda. Como si esto fuera poco, “Villita” dejó entrever cierta reticencia de Marangoni para entrenar y algunas licencieas especiales que se le otorgaban al ex Independiente (como moverse en auto y no en micro). Marangoni reclamó lo suyo, pero según cuentan, no tuvo mucho eco en el resto del plantel.
Potente, se debe haber hinchado tanto las pelotas, que cortó por lo sano y esa noche no le dio la camiseta cinco a ninguno de los dos. Se la dio al mendocino Moya.
Como dato de color podemos agregar que ese, fue el último partido de Claudio Marangoni con la azul y oro. Y verlo con la siete fue toda una rareza.