En ocasión del trascendental partido contra el Borussia Monchengladbach por la final Intercontinental de 1977, Boca decidió vestirse especialmente para la ocasión. Así fue como el presidente Don Alberto J. Armando, tras algunas reuniones, le aprobó un diseño exclusivo a Oscar Tubio.
Para los que ya están preguntándose quién es Oscar Tubio, se impone aclarar que fue el dueño del mítico local “El Jardín de Oscar”, ubicado en el subsuelo de la Galería Jardín de la calle Florida, pleno microcentro de Buenos Aires. Y la categoría de mítico, no llegó sólo por estampar números sino por la autoría de diseños y camisetas que en su momento, revolucionaron el mundo del fútbol. Como algunos laburos hechos exclusivamente para Hugo Gatti.
La camiseta en cuestión se estrenó el 21 de marzo de 1978 en el partido de ida frente a los alemanes en la Bombonera. Y causó sensación. Tenía cuello en punta color amarillo, el nombre de cada jugador atrás, números amarillos en la manga y bicolores en la espalda y un detalle en la franja amarilla, con cuatro estrellas chiquitas de color azul, una por cada inicial del club. El empate final 2-2 habrá desviado el foco de atención sobre el estreno de una camiseta que se usaría nuevamente a los pocos días.
El 28 de marzo, Boca recibió y goleó 3-0 al América de México por el primer partido final de la Copa Interamericana. Embalados por el momento dulce y la victoria abultada, el xeneize llevó la pilcha a México, lugar geográfico donde la nueva camiseta pasó inesperadamente a mejor vida, luego de perder en forma increíble esa final. Fue derrota 0-1 en la revancha y 1-2 en un tercer partido jugado otra vez en tierras aztecas. Partido que Boca arrancó ganando y terminó rifando tras un gol de tiro libre en el último minuto del alargue.
La suma de todas estas cosas, debe haber puesto en alerta a Juan Carlos Lorenzo, cabulero al mango. Y así fue que para la revancha frente a los alemanes, jugada varios meses después, no hubo ninguna chance de ver el llamativo diseño, aunque sea por última vez.