lunes, 28 de diciembre de 2009

La llegada de las mangas de seguridad a la Bombonera


Luego de infinidad de tardes bien caldeadas, el 17 de abril de 1988 llegó a su fin algo que se había convertido en una sana (?) costumbre: las corridas desesperadas de equipos rivales y de árbitros para meterse en el túnel una vez terminado el partido. Y semejante tiro al blanco con pilas, monedas, zapatos, mandarinas, radios, papas, cascotes, cubitos, palos y hasta cajones de gaseosas, pasó a mejor vida por la salvadora aparición de las mangas de seguridad.
Hasta ese momento, lo único que hacía las veces de protección, era una especia de lona que se levantaba con una soga para que jugadores visitantes y árbitros puedan entrar y salir tranquilos (?) del campo de juego. Pero el avance de la década del ochenta empezó a exigir algo más.
Las mangas, hechas en plástico vinílico compactado y con un compresor de dos HP para ser infladas en un minuto y desinfladas en dos, le generaron al club ingresos por 4.000 australes (?) a cambio de ser sponsoreadas por la marca de vinos Resero. Otro poroto (?) para la administración Heller.
La tarde del estreno, fecha 32 de la temporada 1987/88, el Boca de Pastoriza recibió a Independiente en la Bombonera poniendo en juego sólo el honor ya que estaba lejísimos de los primeros puestos y hasta de entrar a la Liguilla. De manera que fueron estrenadas oficialmente y en el medio de una estruendosa silbatina, por el árbitro Espósito, Luisito Islas, Clausen, Monzón, Luli Ríos, Loco Enrique, Giusti, Marangoni, Bochini, Vieja Reinoso, Franco Navarro, Porota Barberón, Vargas, Erba, Delgado, Ingrao, Pedrito Massacess y el Indio Solari cerrando la fila.

Ese domingo, la anécdota dejó un triunfo de Boca 2-0 con goles de Graciani en los últimos cinco minutos, el debut y desmayo en cancha de Walter Pico y el estreno de las mangas. Así las cosas, huidas épicas como la de River en abril del 86 o la del mismo Espósito en noviembre del 87 luego de no cobrar un penal en el último minuto frente a Español, se convirtieron en recuerdos.