Si a alguien le preguntan cuántos años jugó Berti en Boca uno puede contestar 1 año. Sin embargo, el ”Loco” estuvo 3. Ahora, para ser justos, debemos establecer una diferencia entre los verbos “estar” y “jugar”.
Volante central metedor surgido de Newell´s, llegó a Boca en el año 1997 cuando el Bambino Veira era el DT. Sin siquiera jugar aún, sus inicios en Boca ya predestinaban situaciones adversas tanto para el propio jugador como para la institución. En el verano del 97, como Newell´s no podía desprenderse de jugadores porque estaba en convocatoria de acreedores tuvo que recurrir a la justicia para poder jugar en Boca. Finalmente presentó un recurso de amparo ante el juez Enrique Girardini, aduciendo que se coartaba su libertad de trabajo. Tras tres meses, el 9 de mayo del 97, fue habilitado. En ese Clausura llegó a disputar varios partidos como titular y lo mismo en el Apertura hasta que el 20 de noviembre de ese año, ante Ferro, en la Bombonera y por la 13a fecha del Apertura ´97 sufrió una lesión en el tobillo. De todas maneras, con Boca en la lucha por el título, el volante quiso, por propia decisión, jugar el partido siguiente ante el Deportivo Español. El propio Berti contaba: "...me entrené con el resto del plantel y sentí un poco de dolor, pero quiero jugar. No creo que se complique la lesión...".
Justamente él creía que no se iba a complicar pero de un simple esguince la cosa pasó a mayores. Esa tarde tuvo que retirarse a los 20 minutos del primer tiempo y más tarde se comprobó que sufría una osteocondritis en el tobillo, lesión de la cual es difícil volver…y ya verán por qué.
Para entender cuál fue el problema que desembocó en su paso fugaz por la institución hay que empezar por aquí. Luego de haberse lesionado fue sometido en diciembre de 1997 a una primera intervención hecha por el doctor Arnoldo Albero, quien era el médico del plantel en plena era del Bambino. Sin embargo, el volante central se resintió por lo que se debió practicarle una segunda operación, realizada a principios de abril de 1998. Previo a llevarla a cabo se realizó una junta médica para resolver los pasos a seguir en el futuro. En este “meeting” participaron Arnoldo Albero y Juan Carlos Rodofile (médicos de Boca), Roberto Avanzi, Miguel Crespo, Ignacio Astore, que era médico de Newell´s y, dato no menor, amigo de Berti, además del doctor Ranaletta. Allí se resolvió que se debía operar nuevamente por lo que Berti solicitó un permiso al club para que la intervención fuese en conjunto con Astore y Albero, pedido que fue aceptado sin problemas por la Ribera.
La cita fue un día miércoles en el consultorio de Ranaletta, y Albero fue a las 13 horas. Cuando parecía que todo estaba arreglado entre las partes, la sorpresa fue grande cuando el médico de Boca llegó y se encontró con que a Berti ya se le había hecho una artroscopia una hora antes de lo pactado. Algunos dijeron que hubo un malentendido de horarios, pero lo cierto es que el médico se enojó mucho por la noticia. Hasta el día de hoy no se conoce con certeza que pudo haber sucedido para que la relación entre Berti y Albero se quebrase durante la recuperación pero lo cierto es que a partir de ese día Berti perdió la confianza en el doctor.
Lo que prosiguió fue una nueva operación, la tercera ya, esta vez a cargo del médico Batista y 1998 que se iba sin noticias del jugador hasta que en agosto apareció entrenando en Casa Amarilla. Dije entrenando, porque desde ese fatídico día de noviembre de 1997 Berti no volvió a pisar una cancha vistiendo la camiseta de Boca. Bue…vamos a ser buenos. Una noche de verano en Mendoza frente a Racing ingresó a los 24 minutos del segundo tiempo por Pereda.
Pero la historia de Berti no termina aquí. Según él, el sinfín (?) de lesiones que tuvo no fueron culpa suya sino de los médicos xeneizes y fue por eso que inició acciones legales por las cuales Boca, que perdió el juicio, tuvo que abonar la módica suma de 2.000.000 de dólares. Además, la historia sumó una nueva página cuando el todavía volante de Boca fue desalojado del hotel Los Dos Chinos, lugar donde por entonces concentraba el plantel y donde el jugador vivía desde que había sido operado por última vez. Antes residía en un departamento cuyo alquiler pagaba Boca. Luego de haber sido echado de ese alojamiento de lujo, Berti retiró sus pertenencias de Casa Amarilla y emprendió viaje hacia Empalme Villa Constitución, su ciudad natal, para ya no volver no sin antes acusar al presidente de “mentiroso y demagogo”. Sin embargo, la respuesta de Macri no se hizo esperar: “...reclama premios de partidos que ni jugó. Creo que no nos corresponde pagar eso. Si los jugadores están de acuerdo con el reclamo de Berti, que vayan al cajero automático y saquen el dinero para hacer una vaquita y pagarle. Nosotros ya nos hicimos cargo de las tres operaciones que se hizo y hasta le ofrecimos, si no podía volver a la actividad, integrarse al cuerpo técnico...".
Durísimas las palabras pero más duro fue aguantar a esta piedra durante tantos años con mucho más protagonismo en un consultorio que en un terreno de juego.
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Autor Claudio Aiuto