Antes de tirar la casa por la ventana animándose a vestir de amarillo con figuras geométricas multicolores, Navarro Montoya ya había dado algunas señales de hacia donde quería ir (?).
Tal vez por eso, unos días antes, a fines de noviembre de 1994 por el torneo Apertura, el Mono quiso probar qué se sentía y salió a jugar en el 1-1 contra Ferro en la Bombonera con un buzo lleno de colores y formas abstractas. Puro arte dirán los que lo bancan. Un espanto dirán los que usan asteriscos para escribir su nombre.
Tal vez por eso, unos días antes, a fines de noviembre de 1994 por el torneo Apertura, el Mono quiso probar qué se sentía y salió a jugar en el 1-1 contra Ferro en la Bombonera con un buzo lleno de colores y formas abstractas. Puro arte dirán los que lo bancan. Un espanto dirán los que usan asteriscos para escribir su nombre.