Ponerse a hojear un viejo álbum de figuritas de fútbol, es una excelente forma de recordar a ídolos de la infancia. Pero también, guste o no, es una excelente forma de traer el recuerdo de un Andrés Sebastián Bogado por ejemplo. Caso que llegó a la primera división como promesa, duró casi nada y desapareció en un silencio absoluto. Modus operandi calcado a tantos otros que sobrevolaron a la velocidad de la luz el mundo Boca.
Estamos hablando de un volante ofensivo nacido allá por octubre de 1973 en Paraná, Entre Ríos, y que surgió de las inferiores y asomó la cabeza gracias su habilidad y por qué no decirlo, una más que buena media distancia. Claro que todos estos pergaminos fueron bien ganados pero en La Candela. Su permanencia en el fútbol grande no le daría tiempo a revalidar absolutamente nada. Porque las chances escasearon y la época no ayudó mucho que digamos si tenemos en cuenta que jugó apenas 4 partidos oficiales y ese ínfimo rodaje fue en el Boca 1994/95. Una combinación que puede prender fuego a cualquiera.
Le tocó debutar el 6 de noviembre de 1994 en medio del Apertura cuando Menotti decidió plantar un muletto en Arroyito poara visitar a Central. El experimento, con la excusa de la marcha triunfal en la Supercopa, salió bastante mal y no por culpa de Bogado eh. Esa soleada tarde entró por Tréllez faltando 20 minutos para terminar atacando junto a Zapatilla Sánchez, Emiliano Romay y Silvio Rudman. De más está decir que fue derrota mucho más contundente que el 1-2 final. También cantó presente por la última fecha de ese campeonato, ya con Quique Hrabina como técnico interino, en la derrota con Gimnasia de Jujuy en el Norte. Entró en los últimos minutos y fue parte de la remontada de Boca que pasó de un desastroso 0-3 a un 2-3 que estuvo a centímetros de ser empate. Pero al final de cuentas fue derrota.
Enseguida vino Marzolini y tuvo bastante rodaje durante enero en las Copas de Verano. Pero parece que no alcanzó como para ganarse un lugar en la consideración del técnico. Porque su reaparición, y al mismo tiempo despedida, fue por las fechas 17 y 19 del Clausura 95. De modo que vio desde adentro como Boca se quedaba sin nafta para luchar por el título junto a San Lorenzo y Gimnasia. Jugó los 90 minutos completos en la derrota 0-1 con Belgrano en la Bombonera y en la bajada de telón de la última fecha, noche de triunfo 3-1 ante los jujeños en cancha de Boca. Luego correteó en algunos amistosos más, como el recordado (?) 1-1 frente a la Selección de Colombia en Mendoza por la Copa Brahma donde jugó 1 minuto, y sin saberlo decía hasta siempre.
Su carrera siguió básicamente en el Ascenso con las camisetas de Atlético Tucumán, Aldosivi, San Miguel, San Telmo, Atlético Rafaela e Independiente Rivadavia de Mendoza,.para más tarde bajar un escalón y darle sin asco en Defensores de Cambaceres y Cañuelas.
Estamos hablando de un volante ofensivo nacido allá por octubre de 1973 en Paraná, Entre Ríos, y que surgió de las inferiores y asomó la cabeza gracias su habilidad y por qué no decirlo, una más que buena media distancia. Claro que todos estos pergaminos fueron bien ganados pero en La Candela. Su permanencia en el fútbol grande no le daría tiempo a revalidar absolutamente nada. Porque las chances escasearon y la época no ayudó mucho que digamos si tenemos en cuenta que jugó apenas 4 partidos oficiales y ese ínfimo rodaje fue en el Boca 1994/95. Una combinación que puede prender fuego a cualquiera.
Le tocó debutar el 6 de noviembre de 1994 en medio del Apertura cuando Menotti decidió plantar un muletto en Arroyito poara visitar a Central. El experimento, con la excusa de la marcha triunfal en la Supercopa, salió bastante mal y no por culpa de Bogado eh. Esa soleada tarde entró por Tréllez faltando 20 minutos para terminar atacando junto a Zapatilla Sánchez, Emiliano Romay y Silvio Rudman. De más está decir que fue derrota mucho más contundente que el 1-2 final. También cantó presente por la última fecha de ese campeonato, ya con Quique Hrabina como técnico interino, en la derrota con Gimnasia de Jujuy en el Norte. Entró en los últimos minutos y fue parte de la remontada de Boca que pasó de un desastroso 0-3 a un 2-3 que estuvo a centímetros de ser empate. Pero al final de cuentas fue derrota.
Enseguida vino Marzolini y tuvo bastante rodaje durante enero en las Copas de Verano. Pero parece que no alcanzó como para ganarse un lugar en la consideración del técnico. Porque su reaparición, y al mismo tiempo despedida, fue por las fechas 17 y 19 del Clausura 95. De modo que vio desde adentro como Boca se quedaba sin nafta para luchar por el título junto a San Lorenzo y Gimnasia. Jugó los 90 minutos completos en la derrota 0-1 con Belgrano en la Bombonera y en la bajada de telón de la última fecha, noche de triunfo 3-1 ante los jujeños en cancha de Boca. Luego correteó en algunos amistosos más, como el recordado (?) 1-1 frente a la Selección de Colombia en Mendoza por la Copa Brahma donde jugó 1 minuto, y sin saberlo decía hasta siempre.
Su carrera siguió básicamente en el Ascenso con las camisetas de Atlético Tucumán, Aldosivi, San Miguel, San Telmo, Atlético Rafaela e Independiente Rivadavia de Mendoza,.para más tarde bajar un escalón y darle sin asco en Defensores de Cambaceres y Cañuelas.