Un poroto Agulla y Baccetti a la hora de ponerse a crear, comparados con una persona que está en campaña y necesita ganarse muchos votos. Dicho esto sin ninguna doble intención (?), sólo basta retrotraerse al picante clima electoral de 1995 donde Macri comenzaba a pisar fuerte luego de los tiritos sin fuerza de Saadi en 1989 y Ubaldo Eloy Payá en 1992.
Y las promesas de Mauricio para llegar a presidente del club se basaron en algunos pilares clave pero que sonaban medio exagerados como los nueve jugadores de inferiores por equipo o el Boca hegemónico. Cosas casi de ciencia ficción en aquel contexto. En cambio otros puntos eran mucho más tangibles, como la faraónica obra que da lugar a este post. Tangible por lo menos para los socios que cantaban presente domingo por medio y que desde febrero de 1993 se habían encontrado con la mala nueva de no poder cruzar el anillo de la tribuna de socios para atrincherarse (?) detrás del arco donde pateara Boca en el segundo tiempo. Y como esos mismos socios eran los que metían el voto en la urna, jurarles que volvía todo a fojas cero y podrían cambiar de arco en los segundos 45 minutos fue ganar un cuarto de la batalla.
La provocativa (?) idea era que tras la remodelación de la Bombonera con los nuevos palcos, se pondría en uso un túnel subterráneo que pasaría por debaje de toda la platea baja y desembocaría en la tribuna social de enfrente para unir Socios Sur con Socios Casa Amarilla. Sin rodeos, un disparate que obviamente jamás fue aprobado por ningún organismo que tuviera que hacerlo.
Sólo imaginar una larguísima fila de gente agolpada en ese estrecho pasillo seguramente (?) bien iluminado y caminando raudamente pero sin empujarse (?) hubiera sido para poner todas las cámars de televisión ahí y no en el campo de juego..