A los fines de la magnitud de la marca alcanzada parece joda dedicarse a hablar de quién se abrazó con quién, si hubo caras largas en un momento que exigía todo lo contrario o si de la feroz interna del plantel quedó a la vista de todos. Acá lo que importa es otra cosa.
El lunes 12 de abril de 2010, por la fecha 14 del Clausura, Boca recibió a Arsenal de Sarandí en la Bombonera. Y el partido, un eslabón más de una campaña bastante mala, terminó siendo la fecha tan largamente esperada por Martín Palermo luego de una sequía de varios partidos. A los 9 minutos del primer tiempo tocó al gol con el arco de Casa Amarilla vacío y alcanzó la histórica marca de 219 goles hechos en partidos oficiales, superando de esa manera los 218 de Cherro y convirtiéndose en el máximo goleador de toda la historia de Boca. Se acabaron finalmente los countdowns (?) y las especulaciones de algunos medios que contaban en su momento sólo los goles de la era profesional o los de torneos locales.
Tras una pared en velocidad entre Riquelme y Gaitán, el diez entró al área, enfrentó a Campestrini y en lugar de definir abrió hacia la derecha para que Palermo lo haga y se transforme en leyenda. Luego Boca redondearía un gran triunfo por 4-0 con un gol de Pochi Chávez, uno de Riquelme y otro más de Palermo. El equipo que puso en cancha el técnico interino Tito Pompei y compartió con el goleador el momento histórico fue Javi García, Negro Ibarra, Chiquito Muñoz, Morel Rodríguez, Monzón, Gary Medel, Pichi Erbes, Chávez, Riquelme, Gaitán y Palermo.