Hemos llegado a la conclusión que un gol de tiro libre lo puede hacer Tejera cualquiera. Ahora, hacer dos en un mismo partido, es algo muy distinto. Sólo para tocados por la varita en el arte de pegarle a la pelota detenida. Y si encima la gesta fue realizada en un partido de Copa Libertadores y en tierras brasileras, no nos queda otra que rendirnos a los pies de Miguel Ángel Bordón.
A los 4 del primer tiempo y a los 10 del segundo mandó dos roscazos teledirigidos al arco defendido por el mítico Joao Leite. Sin (?).
El primero, casi desde un ángulo imposible, dio en el palo antes de entrar. El otro, con más precisión que violencia. En resumen, dos tiros libres que sirvieron para definir un partido chivísimo.
Gran noche de Boca aquel 24 de septiembre de 1978 frente al Atlético Mineiro en el estadio Magalhaes Pinto de Belo Horizonte. Por el grupo semifinal de la Copa 78, el equipo del Toto Lorenzo se plantó de igual a igual como visitante y tras la victoria 2-1 se trajo dos puntos fundamentales para su camino a estar presente en la final por segunda vez en su historia.
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