lunes, 21 de noviembre de 2011

Autobomba en campo de juego para manguerear tribuna de Boca

Hoy día, promediando 2011, vemos con asombro que algunas hinchadas insisten en autodenominarse como fenómenos populares. Obviamente, incentivadas por medios de comunicación que operan en esa dirección. Raro, porque son épocas donde uno ve capacidades de estadios muy restringidas, pulmones en tribunas, limitación de acceso a las parcialidades visitantes y hasta equipos como Boca que no venden entradas a sus hinchas.
Y raro, en realidad muy raro, porque esas mismas hinchadas, en la época donde tuvieron toda la libertad del mundo para transformarse en verdaderos fenómenos populares, jamás se interesaron por esos menesteres y hasta se dedicaban a dejar sus tribunas vacías fecha tras fecha. Estamos hablando de una época donde ir a la cancha no estaba de moda y es más, hasta era mal visto por los usos y costumbres de la sociedad. ¿A dónde queremos llega con todo esto? A que la hinchada de Boca, el Jugador Nro. 12, produjo verdaderos fenómenos populares y reventó estadios siempre. En campañas que terminaron con vueltas olímpicas y en otras, como el caso que nos ocupa hoy, que la suerte fue esquiva. Ahí estuvo siempre la hinchada de Boca, el verdadero fenómeno popular.
28 de noviembre de 1982, Junín, provincia de Buenos Aires. La cancha de Sarmiento al palo para recibir al equipo de Faraone por la fecha 26 del Metro. Pero cuando decimos al palo no significa una tribuna visitante restringida a un 70% de su capacidad, para que las personas estén paradas pero cómodamente separadas. Al palo significa desbordada y excedida largamente su capacidad. Con avalanchas continuas y donde una verdadera marea humana llevaba a los hinchas de un lado a otro.
Con el agravante de que el sol pegó muy duro esa tarde y obligó a un hecho insólito. Un autobomba de bomberos tuvo que entrar al campo de juego y desde allí manguereó a la tribuna de Boca para evitar desmayos y sofocones.
Boca perdió 1-2 en la cancha. Pero en las tribunas, su hinchada, una vez más hizo historia. Sigan imitándola, que jamás podrán igualarla.
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