En años donde la sequía de éxitos deportivos pesaba y muchísimo entre los hinchas de Boca, el inicio de las obras en Casa Amarilla en 1993 fue una excelente noticia a nivel institucional, pero que quedó bastante relegada.
A mediados de 1995 y tras unos dos años de trabajos, el proyecto estaba empezado y bastante avanzado. A excepción del microestadio con capacidad para 7.000 espectadores que la gestión Macri pudo terminar tiempo más tarde.
Las obras arrancadas bajo el mandato de Don Antonio Alegre ya habían iniciado la construcción del nuevo complejo para las divisiones inferiores, con tres canchas de fútbol profesionales, una de ellas con tribuna y vestuarios para que actúe de local el fútbol amateur a partir de 1996.
A eso hay que sumarle la remodelación total de todo el sector de piletas y parrillas más la construcción de un quincho cerrado con capacidad para 200 personas. Puntualmente una gran iniciativa para que el socio pueda disfrutar del club durante todo el año y no sólo en verano.