domingo, 6 de noviembre de 2011

La Peña Boca Juniors de Chacabuco agasaja a Don Antonio Alegre

El 4 de octubre de 1980, en medio de un presente futbolísticio bastante pobre, Boca mandó a la ciudad de Chacabuco una delegación para oficializar la peña Boca Juniors de esa ciudad.
La recepción de la gente de Chacabuco fue a todo trapo. En la propia entrada a la ciudad una multitud esperó la llegada de los dirigentes de Boca y en caravana fueron todos juntos hasta la intendencia donde esperaban el Intendente en persona y mucha más gente deseosa de participar el evento.
Hubo una especie de agasajo protocolar a los popes boquenses que consistió en un brindis con vino de la casa y entrega de obsequios. Luego la comitiva boquense se trasladó hasta la APACHE (Asociación Promoción Agraria de Chacabuco), siendo recibida por su presidente y otros directivos. Hubo intercambio de banderines y un ágape. Todo en un clima muy cordial.
A las 21,50 la ciudad estaba prácticamente paralizada. A esa hora, la sede del Club Huracán de Chacabuco era un polvorín. Allí se iba a llevar a cabo una cena para 350 personas. La gran cantidad de gente que no pudo entrar, se quedó cantando canciones de Boca en las inmediaciones del club.
Hubo discursos de los presidentes de la Peña y de la delegación y hasta una plaqueta que la Peña entregó a Boca por su 75 aniversario. Hasta que llegó el momento esperado: Boca Juniors entregó a la Peña un diploma que le permitía oficialmente ponerse en ejercicio a partir de ese momento. ¿Y cuál fue el primer acto realizado por la Peña? Su presidente, el Sr. Varela, entregó a Antonio Alegre un diploma firmado por todos los presentes para nombrarlo Presidente Honorario de la Peña de Chacabuco. Según propias palabras de Varela: “...se lo merece por todo lo que hizo, hace y hará por Boca Juniros. Y por ser hincha, con mayúsculas, de Boca....”.
Alegre aceptó el homenaje casi con lágrimas en los ojos al tiempo que la gente presente deliraba con la llegada del Tano Pernía y un Federico Edwards que se comprometía a armar un equipo de veteranos para jugar partidos a beneficio en la ciudad de Chacabuco. Pero no todo terminó ahí.
Boca entregó libros para donar en las escuelas de la zona y algunas fotos para ser repartidas gratuitamente entre los fanáticos boquenses que no habían podido entrar a las instalaciones del Club Huracán. Un muy buen gesto que no hacía otra cosa que demostrar el respeto y el cariño hacia los hinchas, sean socios o no.
El cierre fue con el sorteo de una pelota autografiada por el plantel de 1980 mientras sonaban las estrofas del Himno de Boca. Una noche bien boquense.