Portador de un nombre que de por sí llama la atención, Exequiel Emanuel Benavídez irrumpió en la primera de Boca directo desde la cantera de Casa Amarilla y con una clara misión: seguir el legado de los volantes centrales made in casa que se inició por estos años con Fernando Gago y continuó con Ever Banega.
De todas formas, nuestro homenajeado se las ingenió para robar algunos momentos de fama antes de hacer su estreno en cancha. Es que en plena pretemporada con los grandes, imploró por su flequillo ante las tradicionales rapadas de enero. Pero las tijeras de Migliore no tuvieron compasión y Benavídez, joven perteneciente a la tribu urbana de los floggers, no tuvo más remedio que hacer tripas corazón y darle para adelante perdiendo momentáneamente hasta el apodo. Es que sin el flequillo, su parecido a Neri Cardozo era sólo en lo blanco del ojo.
Su debut seguramente no fue el soñado. El 22 de enero de 2008, frente a Racing en Salta por la Copa de Verano, jugó nervioso, estuvo impreciso, llegó varias veces a destiempo y aunque apresurada, se llevó de recuerdo una tarjeta roja a poco de iniciado el segundo tiempo.
Meses más tarde, en la fecha 17 del Clausura 08, llegaría su estreno oficial. Fue la noche del 1 de junio en el triunfo 3-1 contra Arsenal en la Bombonera. Una noche fría en la que Boselli hizo los tres goles y se creyó dueño de hacer callar algunos murmullos. Benavídez recibió la orden de Ischia para entrar a la cancha faltando cinco minutos y reemplazar a Neri Cardozo.
El Apertura 2008 le pasó de largo y no pudo jugar ni un minuto en la campaña del Boca campeón. Y ya a comienzos de 2009, en la danza de nombres que Ischia ponía y sacaba todo el tiempo, formó parte de varias formaciones que pusieron la cara en la pésima campaña del campeonato local. Jugó varios puñados de minutos pero ni pudo afianzarse y mostrar un nivel que obligue a pensar a alguien que la cinco de Boca tenía aspirante. Siempre se lo notó muy atado, muy contenido. ¿Los nervios lo superaron? Es probable.
Su despedida fue en el medio del caos que llevó Boca a la cancha de Racing el 14 de junio. Entró para correr sin ton ni son y tratar de tapar el agujero que dejó la expulsión de Battagia. Fue derrota 0-3 y sin saberlo, partido despedida para el Neri Benavidez luego de 11 presentaciones oficiales sin goles convertidos y dejando una imagen que seguramente no es su mejor versión.
Las pocas aspiraciones que podía mantener a esta altura, terminaron de hacerse pedazos con la llegada de Basile a mediados de 2009. El Coco, en una de sus primeras decisiones, armó una lista de jugadores que no iban a ser tenidos en cuenta. Y uno de los que cayó en la volteada fue el Neri Benavídez.
Su futuro, más allá de estar momentáneamente a las órdenes del Chueco Alves con la reserva, es toda una incógnita.