Detrás de Edgardo La Fata, empiezan a encolumnarse otros casos de jugadores que no aportaron casi nada a la primera de Boca, a excepción de dejar grabado en la pared del Museo un nombre bastante llamativo.
Es hora entonces de homenajear un poco a Jorge Pantaleón Insfrán, delantero nacido el 27 de julio de 1950 en Luque, Paraguay. Su arribo al club, a mediados de 1980 para afrontar el campeonato Nacional, fue anunciado como la llegada de un eficaz cabeceador guaraní. En fin, mejor cambiemos de tema.
Debutó oficialmente el 14 de septiembre de 1980 en el triunfo 2-0 a Unión en la Bombonera. Tras ver el gol de Ribolzi sentado en el banco de suplentes, recibió el grito de Rattín en el segundo tiempo y entró para reemplazar a Sergio Apolo Robles. Sin embargo, el paraguayo no pudo dejar su huella como sí lo haría esa tarde el Muñeco Outes sentenciando de cabeza a Nery Alberto Pumpido.
Jugó en los partidos siguientes pero siempre entrando sobre el final. Técnicamente fueron 5 encuentros oficiales, pero contando minutos netos, si completó noventa es un milagro. Obviamente no hizo goles, y aunque cueste creerlo tocó muy poca pelotas, dejando así una imagen pálida en un Boca ídem. En resumen, estamos hablando de un tipo alto, aparatoso y lento en sus movimientos, que tras finalizar ese campeonato desapareció del mundo Boca de un día para el otro.
De todas maneras, si nos basamos en la foto, no se lo nota muy preocupado por ser un habitué de los bancos de suplentes durante su fugaz paso por el xeneize (foto en Vélez la tarde donde el gordito de Maradona le clavó cuatro pepas a Gatti en la derrota 3-5 con el Bicho).
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(Gracias a Guille por la foto)
Es hora entonces de homenajear un poco a Jorge Pantaleón Insfrán, delantero nacido el 27 de julio de 1950 en Luque, Paraguay. Su arribo al club, a mediados de 1980 para afrontar el campeonato Nacional, fue anunciado como la llegada de un eficaz cabeceador guaraní. En fin, mejor cambiemos de tema.
Debutó oficialmente el 14 de septiembre de 1980 en el triunfo 2-0 a Unión en la Bombonera. Tras ver el gol de Ribolzi sentado en el banco de suplentes, recibió el grito de Rattín en el segundo tiempo y entró para reemplazar a Sergio Apolo Robles. Sin embargo, el paraguayo no pudo dejar su huella como sí lo haría esa tarde el Muñeco Outes sentenciando de cabeza a Nery Alberto Pumpido.
Jugó en los partidos siguientes pero siempre entrando sobre el final. Técnicamente fueron 5 encuentros oficiales, pero contando minutos netos, si completó noventa es un milagro. Obviamente no hizo goles, y aunque cueste creerlo tocó muy poca pelotas, dejando así una imagen pálida en un Boca ídem. En resumen, estamos hablando de un tipo alto, aparatoso y lento en sus movimientos, que tras finalizar ese campeonato desapareció del mundo Boca de un día para el otro.
De todas maneras, si nos basamos en la foto, no se lo nota muy preocupado por ser un habitué de los bancos de suplentes durante su fugaz paso por el xeneize (foto en Vélez la tarde donde el gordito de Maradona le clavó cuatro pepas a Gatti en la derrota 3-5 con el Bicho).
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(Gracias a Guille por la foto)