Seguramente somos muchos los que recordamos a Rolando Schiavi por sus goles importantes. También habrá unos cuantos a los que se les piante un lagrimón por su rendimiento en partidos clave, su voz de mando o sus raspadas a contrarios. Es más, nadie podría quejarse si lo primero que viniera a la cabeza fuera su juego aéreo, su recién ahora desmentido noviazgo (?) con Sandra Bullock, su rapada de cabeza o su affaire con la reina de la comparsa de los carnavales correntinos. Todo vale.
Eso sí, que nadie, pero nadie, deje de incluir en la lista del Flaco lo que hizo el 26 de febrero de 2003 en el estadio Monumental de Santiago de Chile.
Esa noche, el Boca de Bianchi visitó territorio hostil para enfrentar al Colo Colo por la segunda fecha del Grupo 7 de la Libertadores. Y el Flaco más allá de hacer un muy buen partido, ser el patrón de la defensa y anular al cuco de Zamorano, se bancó los noventa minutos nada más y nada menos que con una apendicitis aguda. Y cómo habrá sido la cosa que tras el triunfo 2-1 fue acompañado por el dirigente Jorge Clemente y el médico José Veiga para ser llevado en ambulancia desde el mismo estadio hasta la Clínica Alemana de Santiago, donde tras realizarse los correspondientes estudios de inmediato se decidió su internación para ser operado en forma urgente de apendicitis.
En la mañana previa al partido, el Flaco se había quejado por un malestar estomacal, lejos de la zona del apéndice. Veiga le dio una buscapina y todo pasó. Por las dudas, Bianchi le preguntó si podía jugar y Schiavi dijo que sí. Luego del primer tiempo, volvieron los síntomas y le ofrecieron reemplazarlo, pero el Flaco no quiso saber nada con salir.
Pero ya en los vestuarios tras la victoria, Schiavi no aguantó más. Se dirigió al médico y Veiga enseguida pidió una ambulancia para trasladarlo de urgencia, ya que todo indicaba que se trataba de un cuadro apendicular (?) agudo. Y el propio médico del club lo explicó, abusando de algunos tecnicismos, horas más tarde y cuando ya había pasado el susto inicial: "...Schiavi comenzó con dolores difusos sobre la región periumbilical y fue tratado inicialmente con medicación antiespasmódica. Luego del partido, sufrió una reagudización del dolor, pero ya localizada sobre la fosa ilíaca derecha, y en la clínica se le realizaron exámenes que confirmaron el diagnóstico de apendicitis aguda. Fue operado por el médico chileno Carlos Carvajal con éxito y presentó muy buena evolución en su post-operatorio inmediato. Mañana mismo volveremos a Buenos Aires a iniciar una recuperación de 45 días aproximadamente...".Inesperadamente, el Flaco volvió a las canchas antes de lo pautado. Fue el 3 de abril, o sea unos 35 días después de la patriada, en la revancha frente a Colo Colo en la Bombonera. Esa noche entró faltando 15 minutos por Clemente Rodríguez y se llevó una merecida ovación.
Eso sí, que nadie, pero nadie, deje de incluir en la lista del Flaco lo que hizo el 26 de febrero de 2003 en el estadio Monumental de Santiago de Chile.
Esa noche, el Boca de Bianchi visitó territorio hostil para enfrentar al Colo Colo por la segunda fecha del Grupo 7 de la Libertadores. Y el Flaco más allá de hacer un muy buen partido, ser el patrón de la defensa y anular al cuco de Zamorano, se bancó los noventa minutos nada más y nada menos que con una apendicitis aguda. Y cómo habrá sido la cosa que tras el triunfo 2-1 fue acompañado por el dirigente Jorge Clemente y el médico José Veiga para ser llevado en ambulancia desde el mismo estadio hasta la Clínica Alemana de Santiago, donde tras realizarse los correspondientes estudios de inmediato se decidió su internación para ser operado en forma urgente de apendicitis.
En la mañana previa al partido, el Flaco se había quejado por un malestar estomacal, lejos de la zona del apéndice. Veiga le dio una buscapina y todo pasó. Por las dudas, Bianchi le preguntó si podía jugar y Schiavi dijo que sí. Luego del primer tiempo, volvieron los síntomas y le ofrecieron reemplazarlo, pero el Flaco no quiso saber nada con salir.
Pero ya en los vestuarios tras la victoria, Schiavi no aguantó más. Se dirigió al médico y Veiga enseguida pidió una ambulancia para trasladarlo de urgencia, ya que todo indicaba que se trataba de un cuadro apendicular (?) agudo. Y el propio médico del club lo explicó, abusando de algunos tecnicismos, horas más tarde y cuando ya había pasado el susto inicial: "...Schiavi comenzó con dolores difusos sobre la región periumbilical y fue tratado inicialmente con medicación antiespasmódica. Luego del partido, sufrió una reagudización del dolor, pero ya localizada sobre la fosa ilíaca derecha, y en la clínica se le realizaron exámenes que confirmaron el diagnóstico de apendicitis aguda. Fue operado por el médico chileno Carlos Carvajal con éxito y presentó muy buena evolución en su post-operatorio inmediato. Mañana mismo volveremos a Buenos Aires a iniciar una recuperación de 45 días aproximadamente...".Inesperadamente, el Flaco volvió a las canchas antes de lo pautado. Fue el 3 de abril, o sea unos 35 días después de la patriada, en la revancha frente a Colo Colo en la Bombonera. Esa noche entró faltando 15 minutos por Clemente Rodríguez y se llevó una merecida ovación.