Hay que sacarse el sombrero y reconocerle algo groso a Breyner Bonilla Montaño, marcador central que desfiló por Boca durante el oscuro Clausura 2010. ¿Qué es? Que le bastaron apenas tres partidos oficiales para dejar su marca grabada a fuego tanto en la historia de Boca como en las tibias de Bertoglio de Colón de Santa Fe.
Sin descartar que haya estado poseído por el espíritu de su mentor, el colombiano metió una bestial patada voladora al volante sabalero en ocasión de la dura derrota 0-3 en el Cementerio de los Elefantes la noche del 8 de abril de 2010.
Así fue como a dos minutos del final y ya con el partido absolutamente liquidado y el técnico boquense Alves armando los bolsos (?), Bonilla frenó una contra de Colón cuando una vez más, la defensa (?) había quedado pésimamente parada. Pero nada de frenar el ataque con agarrones sutiles o zancadillas. Ni tackle siquiera. Con Bertoglio de frente, pelota dominada y lanzado en velocidad, Breyner se tiró en el aire con las dos duelas hacia adelante enganchando a su víctima un toque abajo de las rodillas.
Tras la pirueta espectacular de Bertoglio volando por el aire, Bonilla se levantó con cara de “fue sin querer”, recibió algunos empujones de los rivales, vio la roja del juez y hasta tuvo que ser rodeado por un par de compañeros ante lo que se vislumbraba como un intento de linchamiento. Horas más tarde para ponerle un final dramático a la novela, se presentó en un canal de televisión, lagrimeó y hasta denunció sentirse discrimnado por el Bichi Fuertes.
Sin descartar que haya estado poseído por el espíritu de su mentor, el colombiano metió una bestial patada voladora al volante sabalero en ocasión de la dura derrota 0-3 en el Cementerio de los Elefantes la noche del 8 de abril de 2010.
Así fue como a dos minutos del final y ya con el partido absolutamente liquidado y el técnico boquense Alves armando los bolsos (?), Bonilla frenó una contra de Colón cuando una vez más, la defensa (?) había quedado pésimamente parada. Pero nada de frenar el ataque con agarrones sutiles o zancadillas. Ni tackle siquiera. Con Bertoglio de frente, pelota dominada y lanzado en velocidad, Breyner se tiró en el aire con las dos duelas hacia adelante enganchando a su víctima un toque abajo de las rodillas.
Tras la pirueta espectacular de Bertoglio volando por el aire, Bonilla se levantó con cara de “fue sin querer”, recibió algunos empujones de los rivales, vio la roja del juez y hasta tuvo que ser rodeado por un par de compañeros ante lo que se vislumbraba como un intento de linchamiento. Horas más tarde para ponerle un final dramático a la novela, se presentó en un canal de televisión, lagrimeó y hasta denunció sentirse discrimnado por el Bichi Fuertes.