El 10 de julio de 1993 y en el marco de la Copa de Oro Nicolás Leoz, el Boca de Habegger viajó a Brasil con una clara misión: defender el 1-0 conseguido en la semifinal de ida en la Bombonera.
Pero la táctica (?) del Profesor no dio los resultados esperados y el partido jugado en el estadio Pacaembú terminó 1-0 para los paulistas. La reglamentación vigente obligó a jugar alargue en dos tiempos de quince minutos, como siempre, pero con un pequeño detalle: la muerte súbita. La muerte súbita, consistía en un bendito (?) gol, rebautizado años más tarde como gol de oro, craneado por la FIFA para darle la victoria al equipo que primero lo anotara en el tiempo suplementario y sin importar cuánto tiempo restara jugar ni nada. En castellano, “el que hace el gol gana”.
Según la gente que sabe un poquito acerca de este tema de las estadísticas el primer torneo que hizo las veces de conejillo de indias para el uso de dicha modalidad fue el Mundial Sub-20 de 1993 jugado en junio. Por lo que ese choque entre San Pablo y Boca se convirtió en la primer competición oficial entre clubes avalada por FIFA en usar la novedad.
La cosa es que movieron del medio, San Pablo se fue como cuchara al flan, y Boca en un contrataque armado por Moya, Cenci, Neffa y Saturno, dejó el gol servido para que Manteca Martínez la empuje, decrete el 1-1 y dé por terminado el asunto ahí mismo. Todo en apenas sesenta segundos.
El gol clasificó a Boca a la final, que días más tarde le ganaría al Atlético Mineiro. Por si a alguien le interesa, la muerte súbita, o gol de oro, seguiría en danza hasta 2004, año en que pasó a mejor vida para nunca más ser usado.
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Gracias a Guille por la colaboración
