En tren de seguir con el vicio (?) de casi abrirse un frente de batalla por día, las últimas horas de Claudio Borghi como director técnico de Boca fueron prácticamente a encontronazo limpio.
Y si le sumamos los chusmeríos de gran parte del periodismo más la inminencia del superclásico del martes 16 de noviembre por el Apertura 2010, podemos imaginar tranquilamente el mejor de los climas (?) en Casa Amarilla durante los entrenamientos de ese noviembre.
De cara al choque con River, uno de los rumores aseguraba que le había llegado a Luchetti la hora de dejar la titularidad tras un rebote larguísimo contra Argentinos Juniors días antes. El arquero no quiso chusmerío barato y fue a encarar directo a Borghi para confirmar la versión. Y el Bichi, evidentemente a esa altura no del todo lúcido para el cargo, lo chicaneó preguntándole si creía más en un rumor periodístico que en la palabra que él le daba para seguir siendo titular. A lo que el Laucha le hizo ver la poquísima autoridad que tenía sobre el plantel respondió que confiaba más en un periodista de turno que en Claudio Borghi.
El resultado fue tono de voz elevado, discusión, caras largas y arquero marginado del plantel. Todo muy a lo Boca 2010.