El comienzo de la década del ochenta no fue el mejor escenario para la aparición de promisorios juveniles con potencial. En esos años, Boca era pura irregularidad futbolística e institucional y realmente fueron muy pocos los que pateando la pelota pudieron salvarse de los constantes incendios.
Y un ejemplo más fue el caso de Walter Omar Támer. Puntero derecho, veloz y encarador que irrumpió en Boca en los primeros meses de 1982. Debutó oficialmente el 28 de febrero en la victoria 2-0 a Central Norte de Salta en la Bombonera por los viejos y desaparecidos campeonatos Nacionales.
Alternó algunos minutos más en ese Boca del “Polaco” Cap y ya en el Metropolitano de ese año, tuvo su cuarto de hora bajo las órdenes de Carmelo Faraone. Es que en las fechas finales y cuando Boca peleaba el título con Estudiantes e Independiente, Támer convirtió dos goles clave en el Chateau Carreras frente a Talleres y dos goles frente al Globo en Parque Patricios. Hoy día tal vez no parezca gran cosa, pero en esos años no era para despreciar semejante aparición.
El xeneize no ganaría el título pero Támer quedaba bastante bien parado de cara al 1983 que ya empezaba. Pero ese año no sólo fue opaco para Boca. Támer no colmó las expectativas, jugó muy pocos partidos, hizo un sólo gol (a Vélez en Liniers -foto-) y chau. Se fue a Atlanta en 1984 y luego poco más que desapareció de la faz de la tierra.
En total jugó 27 partidos e hizo esos 5 goles. Llamativamente, todos en condición de visitante.
Averiguando e investigando día y noche (?) pudimos encontrar que en los últimos años, el “Burrito” Rivero y Javier Mascherano tuvieron un representante llamado Walter Támer. ¿Le habrá dado revancha el fútbol ya con los botines colgados?