Técnicamente no se puede decir que haya sido una pelea. Poniéndose quisquillosos fue una barrida con tackle deslizante devuelta con un puñetazo que no llegó a destino. Pero lo concreto es que el cruce entre Pablo Alvarez y Pato Pastoriza en cancha de Independiente merece un lugar. Y entre Juan Ignacio Felice que tiró la consulta, Juan que llamó las cosas por su nombre y kavanagh que ubicó foto, quedó en evidencia que lo único que faltaba era ponerse a escribir.
Fue el 9 de mayo de 2004 durante la visita de Boca a Avellaneda por la fecha 13 del Clausura. Esa tarde, en el medio de un baile descomunal al Rojo, una gran tarde del delantero que usó a Pipa Estévez de puchinball y una contundente goleada 4-1, se vivió un momento de tensión en el segundo tiempo ya con el partido liquidado.
En una pelota que indefectiblemente se iba al lateral, Pablito Alvarez se tiró al pasto y barrenó unos cuantos metros para tratar de evitar que salga. Ya afuera del campo de juego, no pudo detenr su marcha y sin querer se llevó puesto al técnico de Independiente revoleándolo por el aire. Cuando el defensor de Boca lo quiso ayudar a levantarse, el Pato, desde el piso, reaccionó tirándole una mano a Alvarez. Mano que por suerte no llegó a conectar.
Cara de asombro en Pablito y obvia expulsión a Pastoriza con unas cuantas fechas de suspensión por la cabeza para que recapacite. Pero el bolonqui duró muy poco y enseguida continuó el baile al Rojo. En la conferencia de prensa post partido, el Pato bajó un cambio y tuvo un rapto de sinceridad: "...le pedí disculpas al jugador de Boca por la calentura del momento. Soy un hombre muy calentón, pero después, me di cuenta que no estuve bien...". Menos mal que reconoció que era calentón. No nos habíamos dado cuenta.