Haciendo un esfuerzo sobrehumano por no cerrar los ojos, los que tratamos de seguir las alternativas de Boca - Quilmes el 26 de junio de 2005 en el Nuevo Gasómetro, de golpe y porrazo vimos sacudida la modorra por las constantes repeticiones vía radio de un apellido medio raro: un tal Cahais. Después supimos que no había dos hermanos sino que aparte de Matías, también estaba en cancha Eduardo Javier Casais.
Casais, volante central batallador nacido en marzo de 1985 y surgido de las inferiores, a diferencia del pibe que iba a ser incendiado por La Volpe, ya había debutado el domingo anterior por la fecha 17 de ese oscuro Clausura.
Fue en el Parque Independencia en una derrota 0-1 ante Ñuls. Boca, ya sin Chino Benítez en el banco y luego de la eliminación de la Libertadores frente a Chivas, echó mano al Chueco Alves como interino y a un grupo de pibes para tratar de terminar el campeonato lo más decorosamente posible.
Mucho no se pudo hacer y Casais vio como el tren le pasaba a toda velocidad sin dejarlo agarrarse si siquiera del estribo. Tras ese bodrio mayúsculo ante el Cervecero, donde toqueteó bastante la pelota pero no pasó nada de nada, vio como la llegada en masa de Alfio Basile y un batallón de refuerzos lo mandaron a fojas cero.
Será por eso que una vez terminada la temporada 2005/06, tras sus únicos 2 partidos en el xeneize, agarró los bolsos en silencio y se las picó sin pensarlo a un Tiro Federal que acababa de descender. Luchó para devolver a la A al equipo del Barrio Ludueña, pero ante la frustración, siguió su derrotero por diferentes clubes del ascenso. En fila y siempre por una temporada, la CAI de Comodoro Rivadvia, Instituto de Córdoba y actualmente en noviembre de 2009 Olimpo de Bahía Blanca.