Más allá de su rol protagónico en el despelote de halcones y palomas, de su grito de gol desubicado jugando para el Rojo o de su tendencia a preocuparse más por ver quién llevaba la cinta de capitán que por unir al grupo, a Carlos Fernando Navarro Montoya hay que reconocerle algo. Fue un arquerazo que marcó una época.
Y como si 400 partidos oficiales, algunas vueltas olímpicas y atajadas claves fueran poca cosa, el Mono entró a la historia de Boca con un récord tremendo: 824 minutos con el arco invicto en patidos AFA durante el Apertura 92.
Todo comenzó en la fecha 6 de ese campeonato. Fue el 13 de septiembre en el 2-2 contra Huracán en la Bombonera. En un primer tiempo movido, el Pejerrey Pelleti aprovechó un error de la defensa y a los 43 minutos puso el empate final. A partir de ese momento, pasaron en fila San Lorenzo, Ferro, Argentinos Juniors, River, Central, Ñuls, Estudiantes y el Lobo, hasta llegar al choque del 22 de noviembre contra Independiente en la Bombonera. A esa altura, fecha 15, Boca se jugaba la vida para mantener la punta. Y mientras trataba de encontrale la vuelta al Rojo de Marchetta, promediando el primer tiempo, la cancha de Boca entera se unió en el mítico “Daaaa-le Mo-no, Daaaa-le Mo-no” con la música de Notidormi, un programa de Raúl Portal. De esta forma, los 782 minutos de Tarzán Roma en el Metropolitano 69 quedaban en segundo plano.
Sin embargo, la tarde no tuvo un final feliz. A los 13 del segundo tiempo, tras un desborde de Mohamed y un pase a la red del Dani Garnero en el arco de Casa Amarilla, Boca vio en jaque su marcha hacia el título y el Mono hecho pedazos su récord. De todas maneras, la hazaña quedaba consumada: 824 minutos que vieron pasar delanteros de moda como el joven Chelo Delgado de Central, momentos de zozobra como el pelotazo en el palo del Beto Acosta contra el Ciclón en cancha de River y jugadas dramáticas como el penal que le atajó a Hernán Díaz en el superclásico de mediados de octubre en cancha de Boca.
Obviamente, por más que se lleve todos los laureles, el Mono fue muy ayudado por una defensa que respondió al pelo para mantener tanto tiempo el arco en cero. Por eso, va también un reconocimiento a Chiche Soñora, Juan Simón, Giuntini, el Colorado Mac Allister y un Gardelito Medero que hizo sus primeras armas y muy bien, tras la lesión de Simón.