Si no estuviera esa “z” final habría que hablar de un actor de puta madre. Pero como no se puede hacer nada al respecto, sólo queda remarla y darle para adelante.
Luis Rogelio Lúquez, marcador de punta derecho, surgió de las inferiores boquenses a comienzos de 1982, así que haciendo cuentas, por un par de meses no pudo compartir vestuario con Maradona. Ya empezamos para atrás.
Su debut oficial fue el miércoles 3 de marzo de ese año 82 en un partido nocturno contra Rosario Central en la Bombonera por la primera fase del Nacional. A los 30 del segundo tiempo le dejó el lugar a otro groso como Nelson Iturrieta y tuvo que ver de afuera los intentos fallidos de Boca por quebrar al Canalla. El 1-1 final no fue el mejor resultado, pero lo bueno estaba ahí nomás. Cuatro días después, Lúquez salió de titular en el Monumental para enfrentar a River en un superclásico que quedó en la historia. Fue goleada 5-1 y paliza de Boca a un equipo millonario lleno de pibes más el aporte (?) de Falopa Randazzo.
Lúquez, a pura garra y por qué no algo de técnica, pareció empezar a ganarse el lugar. Correteó bastante en ese Nacional, un par de partidos de la Libertadores y hasta comenzó el Metropolitano como titular. Pero a medida que pasaron los partidos le pasó lo que es muy común en este tipo de casos. No pudo mantener el nivel y entró en un tobogán con más dudas que certezas. De eso a ir al banco hay nada. Pasó a ser suplente promediando el Metro y fue moneda de cambio entrando a jugar como tres y hasta como seis. ¿Que pasó con el puesto de cuatro? Faraone hacía ta-te-ti entre Quiroz, Huguito Alves y hasta Pasucci en algunos partidos. Lo concreto es que ya nunca más fue el puesto de Lúquez.
El 22 de enero de 1983, en un partido chivo frente a Talleres en el Chateau, sin saberlo se despidió de Boca. Disfrutó de la victoria 3-1, de un gol de Támer y hasta de una chilena del Loco Gatti pero nunca más se calzó la azul y oro.
Dejó el registro de 28 partidos oficiales, obviamente cero gol y una carrera que buscó nuevos horizontes y los encontró en Gimnasia, Talleres, Cipolletti de Río Negro, Ituzaingó y Estudiantes de Caseros.
Luis Rogelio Lúquez, marcador de punta derecho, surgió de las inferiores boquenses a comienzos de 1982, así que haciendo cuentas, por un par de meses no pudo compartir vestuario con Maradona. Ya empezamos para atrás.
Su debut oficial fue el miércoles 3 de marzo de ese año 82 en un partido nocturno contra Rosario Central en la Bombonera por la primera fase del Nacional. A los 30 del segundo tiempo le dejó el lugar a otro groso como Nelson Iturrieta y tuvo que ver de afuera los intentos fallidos de Boca por quebrar al Canalla. El 1-1 final no fue el mejor resultado, pero lo bueno estaba ahí nomás. Cuatro días después, Lúquez salió de titular en el Monumental para enfrentar a River en un superclásico que quedó en la historia. Fue goleada 5-1 y paliza de Boca a un equipo millonario lleno de pibes más el aporte (?) de Falopa Randazzo.
Lúquez, a pura garra y por qué no algo de técnica, pareció empezar a ganarse el lugar. Correteó bastante en ese Nacional, un par de partidos de la Libertadores y hasta comenzó el Metropolitano como titular. Pero a medida que pasaron los partidos le pasó lo que es muy común en este tipo de casos. No pudo mantener el nivel y entró en un tobogán con más dudas que certezas. De eso a ir al banco hay nada. Pasó a ser suplente promediando el Metro y fue moneda de cambio entrando a jugar como tres y hasta como seis. ¿Que pasó con el puesto de cuatro? Faraone hacía ta-te-ti entre Quiroz, Huguito Alves y hasta Pasucci en algunos partidos. Lo concreto es que ya nunca más fue el puesto de Lúquez.
El 22 de enero de 1983, en un partido chivo frente a Talleres en el Chateau, sin saberlo se despidió de Boca. Disfrutó de la victoria 3-1, de un gol de Támer y hasta de una chilena del Loco Gatti pero nunca más se calzó la azul y oro.
Dejó el registro de 28 partidos oficiales, obviamente cero gol y una carrera que buscó nuevos horizontes y los encontró en Gimnasia, Talleres, Cipolletti de Río Negro, Ituzaingó y Estudiantes de Caseros.