miércoles, 17 de febrero de 2010

Sergio Castillo


Estamos de acuerdo que no fue el mejor momento para arribar a Boca. La presión por abrochar un título, más la llegada en masa de refuerzos y un Veira al que ya le andaba mal la brújula armaron un escenario tormentoso. Pero así como decimos eso, también hay que decir que Sergio Raúl Castillo, desde el costado derecho de la defensa no aportó ni un mísero granito de arena.
Porque podríamos hablar de cero marca, cero proyección y nadie se tiraría debajo de un tren (?). Pero ya cuando hay que decir cero control de pelota y de zona totalmente liberada para los rivales, la cosa se pone muy jodida. Así de dramático.
Debutó el 27 de agosto de 1997 en un partido de Supercopa contra Independiente en la Bombonera. Formó defensa con Traverso de dos, Tota Fabbri de seis y Mauricio Pineda de tres. Y el experimento casi sale bien si no fuera por el empate del Gurí Alvez en tiempo de descuento.
Ese año sólo derrocharía inseguridad en una Supercopa que duraría muy poco para Boca y recién en 1998 trasladaría todo su mar de dudas al campeonato local. Así fue como en el Clausura 98, la agonía del ciclo Veira, tuvo algo más de rodaje pero siempre como fusible de cambio cuando había que ir a empatar o morir, cosa que generalmente pasaba todos los domingos. Y para comprobar esto basta solo con repasar que en sus 17 partidos oficiales dejó el lugar en cancha a los Latorre, Islas, Carioca Ruiz, Florentín o el que estuviera más a mano.
Su carrera, bastante prometedora según algunos, había comenzado en Guaraní Antonio Franco de Misiones y Deportivo Español y tras le experiencia nefasta en Boca, siguió en el Atlas de México, Belgrano y un retorno seguramente muy esperado a Guaraní Antonio Franco.
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Gracias a Guille por la foto