El orgásmico 26 de junio de 2011, y a nueve días de cumplir 35 años, nos topamos con que Martín Ezequiel Andrizzi estaba sentadito en el banco de suplentes de Belgrano de Córdoba chupando un frío de locos en el estadio Liberti. Pobre. Por suerte pudo ingresar al campo de juego cerca del final como para correr un poco y entrar en calor, algo siempre difícil por aquellos pagos. La cosa es que esa Promoción 2011 entre River y Belgrano, que termió definiendo quién era de la B y quién de la A, mostró un final soñado pero con nuestro homenajeado huyendo junto al resto de sus compañeros ante la ira de una parcialidad local que, en lugar de despedir a su camiseta con aunque sea una pequeña muestra de fidelidad, decidió darle la espalda a sus colores y romper todo.
Y algo de festejos ya junaba para ese entonces Andrizzi. Superhéroe con Arsenal en cancha de Racing allá por 2007 cuando metió el gol que en definitiva le dio la Copa Sudamericana a los de Sarandí y confirmó lo Cebollitas que pueden ser los mexicanos. Pero mucho más joven y ágil en movimientos, nuestro amigo (?) tuvo participación en uno de los mejores años en la historia de Boca. El año 2000. Es verdad que la billetera de Macri lo compró en 1996 cuando estaba en All Boys, pero los sucesivos préstamos por Brown de Arrecifes, Unión y San Martín de San Juan pospusieron un par de años su ingreso a Casa Amarilla.
Su llegada le aportó al Virrey un soldado más para rellenar el costado del mediocampo. En resumen, un carrilero de interesante ida y vuelta. Y su debut fue en ese mismo segundo semestre de 2000, en ocasión de la Copa Mercocur, competición ninguneada por el técnico con motivos de priorizar el Apertura. La noche en cuestión, 2 de agosto, se comenta que Boca le ganó 1-0 a Olimpia de Paraguay en el Defensores del Chaco y que nuestro homenajeado usó la camiseta gris que quedó perfectamente camuflada bajo una espesa niebla que prácticamente imposibilitó ver el gol de Battaglia por televisión. Un detalle nomás.
Volvió a lucir el último grito de la moda pergeñado por Nike en esa misma Copa y en el cómodo triunfo 3-0 ante los brasileros en La Boca. Partido en el que formó mediocampo con Sapo Marchant, Battaglia y Chavo Pinto. Y partido en que se anotó con un gol y todo en el arco de Casa Amarilla, el tercero a los 20 del segundo tiempo.
Volvería a jugar y a ser testigo directo de la calidad del Rifle Pandolfi y hasta de un gol de la Tota Medina en el dramático 3-3 contra Nacional de Montevideo en el Centenario. Correteó unos ratos más en otros empates: el 2-2 contra Atlético Mineiro en la Bombonera por los cuartos de final y el 3-3 con Rosario Central pero por el Apertura. Tarde en que el celular no le anduvo del todo bien al Virrey. Con el partido 2-1 a favor sacó a Chelo Delgado y puso a Andrizzi. Al minuto nomás empató Central y ya sobre la hora hubo otro gol de Boca y un nuevo empate Canalla para terminar finalmente 3-3. Esa fecha 13 fue su única presentación por campeonatos locales y ya para la temporada siguiente, y tras escasos 5 partidos oficiales en la primera de Boca, seguiría su carrera en Estudiantes y posteriormente en un montón de clubes más: Arsenal, Lanús, Banfield, San Miguel y en el exterior Deportivo Quito de Ecuador y Dorados de Mexico.
Y algo de festejos ya junaba para ese entonces Andrizzi. Superhéroe con Arsenal en cancha de Racing allá por 2007 cuando metió el gol que en definitiva le dio la Copa Sudamericana a los de Sarandí y confirmó lo Cebollitas que pueden ser los mexicanos. Pero mucho más joven y ágil en movimientos, nuestro amigo (?) tuvo participación en uno de los mejores años en la historia de Boca. El año 2000. Es verdad que la billetera de Macri lo compró en 1996 cuando estaba en All Boys, pero los sucesivos préstamos por Brown de Arrecifes, Unión y San Martín de San Juan pospusieron un par de años su ingreso a Casa Amarilla.
Su llegada le aportó al Virrey un soldado más para rellenar el costado del mediocampo. En resumen, un carrilero de interesante ida y vuelta. Y su debut fue en ese mismo segundo semestre de 2000, en ocasión de la Copa Mercocur, competición ninguneada por el técnico con motivos de priorizar el Apertura. La noche en cuestión, 2 de agosto, se comenta que Boca le ganó 1-0 a Olimpia de Paraguay en el Defensores del Chaco y que nuestro homenajeado usó la camiseta gris que quedó perfectamente camuflada bajo una espesa niebla que prácticamente imposibilitó ver el gol de Battaglia por televisión. Un detalle nomás.
Volvió a lucir el último grito de la moda pergeñado por Nike en esa misma Copa y en el cómodo triunfo 3-0 ante los brasileros en La Boca. Partido en el que formó mediocampo con Sapo Marchant, Battaglia y Chavo Pinto. Y partido en que se anotó con un gol y todo en el arco de Casa Amarilla, el tercero a los 20 del segundo tiempo.
Volvería a jugar y a ser testigo directo de la calidad del Rifle Pandolfi y hasta de un gol de la Tota Medina en el dramático 3-3 contra Nacional de Montevideo en el Centenario. Correteó unos ratos más en otros empates: el 2-2 contra Atlético Mineiro en la Bombonera por los cuartos de final y el 3-3 con Rosario Central pero por el Apertura. Tarde en que el celular no le anduvo del todo bien al Virrey. Con el partido 2-1 a favor sacó a Chelo Delgado y puso a Andrizzi. Al minuto nomás empató Central y ya sobre la hora hubo otro gol de Boca y un nuevo empate Canalla para terminar finalmente 3-3. Esa fecha 13 fue su única presentación por campeonatos locales y ya para la temporada siguiente, y tras escasos 5 partidos oficiales en la primera de Boca, seguiría su carrera en Estudiantes y posteriormente en un montón de clubes más: Arsenal, Lanús, Banfield, San Miguel y en el exterior Deportivo Quito de Ecuador y Dorados de Mexico.