Si creemos que un DT interino es aquel que aguanta los trapos entre el raje al ex entrenador y la llegada del nuevo, no hay duda que Pompei cumple los requisitos. Ahora si nos ponemos a hilar fino y pensamos que un DT interino debe durar uno, dos o hasta tres partidos, estamos muy confundidos. Porque en el Boca 2010, un Borghi dirigió 14 encuentros, un Alves 13 y un interino como el Tito 11. Y ojo (?) que fueron 11 pero en dos etapas eh...
Tras la anunciada renuncia de Alves la noche del jueves 8 de abril en el Cementerio de los Elefantes, el viernes 9, Tito fue eyectado de su puesto en las inferiores para tapar el agujero. Así de rápido, ese mismo viernes a primera hora, fue presentado en el vestuario y dirigió su primera práctica en Casa Amarilla junto a su ayudante de campo, Omar Larrosa, el técnico de la quinta división.
Y toda el perfil bajo y sentido común que Pompei traía debajo del brazo, alcanzó para aquietar apenas por 24 horas las turbulentas aguas de un plantel desmadrado por donde se lo mire. El sábado 10 a la mañana tuvo que parar la práctica cuando Medel y Rosada se agarraron a piñas delante de todos. Pompei les habló muy didácticamente a los dos pero tomó partido: el Bombón voló de la lista para enfrentar a Arsenal el lunes 12 en la Bombonera y ya no jugaría nunca más en Boca.
Tras la primera granada bastante bien esquivada antes del debut, Pompei tuvo un estreno sin dudas positivo pero que le dejó arriba de la mesa una segunda granada y bastante más poderosa que la primera. El primer gol con el que Boca despachó 4-0 a Arsenal, transformó a Palermo en el máximo goleador de la historia de Boca superando a Cherro. Pero como Riquelme no abrazó al Titán en el festejo y lo dejó de garpe, la interna del plantel quedó en llamas y la semana de trabajo se fue a pura conferencia de prensa y pases de factura por todos lados. A partir de ahí, Pompei seguramente habrá extrañado horrores a los pibes de las inferiores e hizo lo que pudo hasta el final. Que no fue poco viendo la realidad de ese equipo.
Perdió 0-1 con Gimnasia en el Bosque, pero metió dos triunfos al hilo frente a San Lorenzo en La Boca e Independiente en Avellaneda. Y lo que se perfiló como una interesante remontada para terminar el campeonato lo más arriba posible, se fue al tacho ahí nomás. Tuvo que lidiar con el pelotudo de Mouche haciéndose echar dos veces seguidas jugadores que no estaban pasando su mejor momento y las últimas dos derrotas ante Huracán y Banfield le pusieron lo que todos creimos que era el broche oficial a sus primeros 6 partidos dirigidos: tres triunfos, tres derrotas, 10 goles a favor y 8 en contra. Días más tarde cómo Borghi no quiso viajar en avión Tito tuvo que poner la caripela en el mamarracho llamado USA Tour que, días antes del Mundial de Sudáfrica, nos regaló (?) tres derrotas contra tres equipos yanquis. Pero el destino lo tenía reservada una merecida (?) revancha.
Con la renuncia de Borghi luego del superclásico del Apertura 2010, Pompei fue llamado nuevamnete a hacer las veces de bombero. Y mal que mal, ratificando a Javi García en lugar de Lucchetti, restableciendo la línea de cuatro y discontinuando a matungos casos como Jesús Méndez, dirigió los últimos 5 partidos metiendo 2 triunfos, 2 empates y 1 derrota. Su Boca hizo 4 goles a favor y le metieron 3. Un verdadero campañón si tenemos en cuenta lo que venía haciendo ese equipo en el campeonato.
Tras la anunciada renuncia de Alves la noche del jueves 8 de abril en el Cementerio de los Elefantes, el viernes 9, Tito fue eyectado de su puesto en las inferiores para tapar el agujero. Así de rápido, ese mismo viernes a primera hora, fue presentado en el vestuario y dirigió su primera práctica en Casa Amarilla junto a su ayudante de campo, Omar Larrosa, el técnico de la quinta división.
Y toda el perfil bajo y sentido común que Pompei traía debajo del brazo, alcanzó para aquietar apenas por 24 horas las turbulentas aguas de un plantel desmadrado por donde se lo mire. El sábado 10 a la mañana tuvo que parar la práctica cuando Medel y Rosada se agarraron a piñas delante de todos. Pompei les habló muy didácticamente a los dos pero tomó partido: el Bombón voló de la lista para enfrentar a Arsenal el lunes 12 en la Bombonera y ya no jugaría nunca más en Boca.
Tras la primera granada bastante bien esquivada antes del debut, Pompei tuvo un estreno sin dudas positivo pero que le dejó arriba de la mesa una segunda granada y bastante más poderosa que la primera. El primer gol con el que Boca despachó 4-0 a Arsenal, transformó a Palermo en el máximo goleador de la historia de Boca superando a Cherro. Pero como Riquelme no abrazó al Titán en el festejo y lo dejó de garpe, la interna del plantel quedó en llamas y la semana de trabajo se fue a pura conferencia de prensa y pases de factura por todos lados. A partir de ahí, Pompei seguramente habrá extrañado horrores a los pibes de las inferiores e hizo lo que pudo hasta el final. Que no fue poco viendo la realidad de ese equipo.
Perdió 0-1 con Gimnasia en el Bosque, pero metió dos triunfos al hilo frente a San Lorenzo en La Boca e Independiente en Avellaneda. Y lo que se perfiló como una interesante remontada para terminar el campeonato lo más arriba posible, se fue al tacho ahí nomás. Tuvo que lidiar con el pelotudo de Mouche haciéndose echar dos veces seguidas jugadores que no estaban pasando su mejor momento y las últimas dos derrotas ante Huracán y Banfield le pusieron lo que todos creimos que era el broche oficial a sus primeros 6 partidos dirigidos: tres triunfos, tres derrotas, 10 goles a favor y 8 en contra. Días más tarde cómo Borghi no quiso viajar en avión Tito tuvo que poner la caripela en el mamarracho llamado USA Tour que, días antes del Mundial de Sudáfrica, nos regaló (?) tres derrotas contra tres equipos yanquis. Pero el destino lo tenía reservada una merecida (?) revancha.
Con la renuncia de Borghi luego del superclásico del Apertura 2010, Pompei fue llamado nuevamnete a hacer las veces de bombero. Y mal que mal, ratificando a Javi García en lugar de Lucchetti, restableciendo la línea de cuatro y discontinuando a matungos casos como Jesús Méndez, dirigió los últimos 5 partidos metiendo 2 triunfos, 2 empates y 1 derrota. Su Boca hizo 4 goles a favor y le metieron 3. Un verdadero campañón si tenemos en cuenta lo que venía haciendo ese equipo en el campeonato.