Ahhh, qué superclásicos aquellos de mediados de la década del '90. Con Boca sin brújula y desesperado por ganar campeonatos y con un River que por aquel entonces, unos 15 años antes de jugar en la B Nacional, estaba institucionalmente y deportivamente bastante fuerte, codeándose con la gloria, metiendo vueltas olímpicas cada tres días y hasta dándose algunos lujos como llegar a la Bombonera como vigente campeón de Copa Libertadores. Pese a semejantes diferencias, hay que reconocer que Boca se las rebuscaba más que bien para ganarle casi siempre. A veces con mucha suerte, otras porque aparecía un Navarro Montoya y a veces, como la noche del domingo 14 de julio de 1996, por la actuación espectacular de Claudio Paul Caniggia.
Y al enorme placer de vapulear al rival de siempre con una goleada 4-1, le tenemos que sumar que la figura estelar, autor de tres de los cuatro goles, cargaba a cuestas un pasado riverplatense que esa noche enterró para siempre besándose la camiseta boquense y erizándole los pelos a los simpatizantes millonarios. Simpatizantes que esa jornada solo atinaron a cantar contra Nariana Nannis, cosa que evidentemente, si es que Caniggia llegó a escuchar, no sirvió de mucho.
El partido, fecha 16 del Clausura 1996, fue de trámite bastante cerrado durante el prime tiempo. No por nada terminó apenas 1-0 para Boca gracias a un cabezazo bombeado del Pepe Basualdo. Totalmente diferente fue la segunda parte, donde Boca salió con todo, River sintió una vez más el peso de jugar en la Bombonera y Caniggia aprovechó el revoleo para hacer un desastre.
El primero de su cuenta personal fue a los 5 minutos del segundo tiempo. Tras una escalada medio a los ponchazos de Tchami, el camerunés terminó siendo derribado, pero la pelota quedó en los pies de Caniggia que entró al área por la derecha y entre tres defensores cruzó un tiro bajo al segundo palo de Burgos. Párrafo aparte para los testigos privilegiados de Hernán Díaz y Sincogote Rivarola.
El segundo gol 15 minutos más tarde, nada que ver con el primero, fue un verdadero catálogo de pifiadas de la defensa visitante que cerró Burgos con una salida casi de Julio Bocca (?). El Pájaro no tuvo más que puntear al gol y partido 3-0.
Nueve minutos más tarde, ya con el ole instalado en la cancha, Caniggia cerró su cosecha tocando al gol un nuevo penal que Maradona erró en ese campeonato. Tras el tiro de Diego en el poste y la siesta de la defensa riverplatense, Boca se puso 4-0 y arrancaron oficialmente los incidentes en la tribuna visitante con la rotura de los acrílicos que sirven de techo para la tribuna de Socios Sur. Un bochorno.
Un gol agónico de Amato sirvió para descontar y dejar cifras definitivas de Boca 4 River 1. La noche que Caniggia con sus tres goles en el arco de Casa Amarilla se ganó un lugar en la historia de Boca.
Y al enorme placer de vapulear al rival de siempre con una goleada 4-1, le tenemos que sumar que la figura estelar, autor de tres de los cuatro goles, cargaba a cuestas un pasado riverplatense que esa noche enterró para siempre besándose la camiseta boquense y erizándole los pelos a los simpatizantes millonarios. Simpatizantes que esa jornada solo atinaron a cantar contra Nariana Nannis, cosa que evidentemente, si es que Caniggia llegó a escuchar, no sirvió de mucho.
El partido, fecha 16 del Clausura 1996, fue de trámite bastante cerrado durante el prime tiempo. No por nada terminó apenas 1-0 para Boca gracias a un cabezazo bombeado del Pepe Basualdo. Totalmente diferente fue la segunda parte, donde Boca salió con todo, River sintió una vez más el peso de jugar en la Bombonera y Caniggia aprovechó el revoleo para hacer un desastre.
El primero de su cuenta personal fue a los 5 minutos del segundo tiempo. Tras una escalada medio a los ponchazos de Tchami, el camerunés terminó siendo derribado, pero la pelota quedó en los pies de Caniggia que entró al área por la derecha y entre tres defensores cruzó un tiro bajo al segundo palo de Burgos. Párrafo aparte para los testigos privilegiados de Hernán Díaz y Sincogote Rivarola.
El segundo gol 15 minutos más tarde, nada que ver con el primero, fue un verdadero catálogo de pifiadas de la defensa visitante que cerró Burgos con una salida casi de Julio Bocca (?). El Pájaro no tuvo más que puntear al gol y partido 3-0.
Nueve minutos más tarde, ya con el ole instalado en la cancha, Caniggia cerró su cosecha tocando al gol un nuevo penal que Maradona erró en ese campeonato. Tras el tiro de Diego en el poste y la siesta de la defensa riverplatense, Boca se puso 4-0 y arrancaron oficialmente los incidentes en la tribuna visitante con la rotura de los acrílicos que sirven de techo para la tribuna de Socios Sur. Un bochorno.
Un gol agónico de Amato sirvió para descontar y dejar cifras definitivas de Boca 4 River 1. La noche que Caniggia con sus tres goles en el arco de Casa Amarilla se ganó un lugar en la historia de Boca.