Hermosa trifulca de dos equipos con mucha personalidad y bien coperos. Porque no jodamos, tanto el Independiente como el Boca de mediados de los setenta, por más que River era el equipo argentino que estaba a punto de perder jugar una nueva final de Libertadores, derrochaban agallas. A saber: Gatti, Pernía, Sá, Mouzo, Tarantini, Daniel García, Suñé, García Cambón, Mastrángelo, Veglio y Felman por el lado de Boca. Y Quiroiga, Bertolé, Villaverde, Enzo Trossero, Ricardo Elbio Pavoni, Saggioratto, Semenewicz, Bochini, Percy Rojas, Astegiano y Bertoni por el lado del Rojo, que esa tarde del 13 de junio de 1976, hacía de local en cancha de River por la primera fecha de la Zona Campeonato del Metro 76.
Y el partido se puso espeso tras el descuento de Percy Rojas a los 12 del segundo tiempo. ¿Por qué? Imaginamos que con Trossero, el Chivo Pavoni, Pernía y Suñé juntos la garantía de un Viet-Nam (?) es inminente. Pero lo que pasó en concreto fue que Independiente arrinconó a Boca y lo tuvo contra las cuerdas casi media hora. Pero el equipo del Toto Lorenzo dio una gran muestra de carácter jugando como si fuera la final del mundo. Ojo que aparte de carácter, hubo picarescas (?) como para tratar de poner nerviosos a los jugadores de Independiente.
Faltando un minuto, Veglio entretuvo la pelota cerca del banderín del córner. La técnica del Toti consiguió freezar los segundos finales del partido cosa que enardeció al volante rojo Semenewicz. El Polaco le entró con todo a Veglio para sacarle la pelota pero para dejarle los tapones de recuerdo también.
El Toti cayó al piso y todo Boca se fue encima de Semenewicz, Pernía a la cabeza. Hubo trompadas, manotazos y empujones atentamente mirados por el juez Barreiro y por Mouzo, Sá, Gatti y Quiroga, los únicos jugadores que no participaron de la pelea y trataron de separar. Los 18 restantes se atendieron de lo lindo durante dos o tres minutos en los que no faltaron las corridas.
Sobre el cierre mismo del partido, Barreiro decidió expulsar a Pernía y a Semenewicz. Telón lento que fue festejado ruidosamente por la multitud boquense que se negaba a abandonar el Monumental mientras cantaba: “...no pasa nada, no pasa nada, adentro pega Boca, afuera pega la hinchada...”.
En los vestuarios, algunos protagonistas trataron de contar lo sucedido en el campo de juego, donde los incidentes finales se habían robado todas las miradas. Y arrancó el Tano Pernía: “...fui a separar, a decirle a Semenewicz que no tratara así a Veglio. Después hubo empujones, gritos. ¡Qué se yo! Me tocó a mi la expulsión...”.
Bastantes más cerebrales, Sá y Mouzo dijeron lo suyo. Pancho Sá: “...son cosas del fútbol. El partido estaba un poquito “picado”, vino esa acción del Polaco y del Tano Pernía y se armó. Yo traté siempre de separar. Somos todos amigos. Tanto en los rojos como en Boca. Fue una lástima lo que pasó, pero no hay que agrandar los hechos...”. Roberto Mouzo: “fue feo lo del final. Yo lo conozco bien al tano y sabía que no iba a pegarle a nadie. Pero se arremolinaron todos y se armó. Pernía no pegó, pero por ejemplo, Trossero estaba enloquecido. No lo podía parar por nada del mundo. Quería matarnos a todos....”.
Sin embargo, Juan Carlos Lorenzo fue el que ganó por goleada a la hora de hablar. De pie señores: “...a nosotros nos puede gana rcualquiera, pero nadie de guapo e Independiente nos quiso llevar por delante y así le fue. Tocamos y los enloquecimos. Sí, Boca tiene toque y sale rápido para aprovechar la velocidad de Felman. A Boca no lo para nadie. Ya estamos al 70% d elo que quiero. ¿Qué quiero? Un Boca campeón. Y eso se logra con sacrificio, con trabajo y jugando en bloque, tanto en defensa como en ataque. Y hoy además demostramos que de guapos no nos van a ganar. El Fútbol es para vivos, pero vivos con “v” corta. Pues si sos vivo con “b” larga, ésa es la “b” de bobos. Aquí ganamos y chau...”.