Tras la sufrida obtención del Metropolitano 1981, Boca se lanzó a una maratónica gira por distintos rincones del globo terráqueo con la necesidad de juntar guita urgente para equilibrar las finanzas y de paso, soñar con retener a Maradona.
Y la verdad que en esa gira hubo para todos los gustos. Porque en el medio del casi linchamiento en México y la llegada a Costa de Marfil en plena epidemia de paludismo, hubo por suerte algunos momentos con un poco más de glamour.
Como la corta pero feliz estadía en París el 5 de septiembre. Y hablamos de felicidad por el claro triunfo ante el París Saint Germain en pleno Parque de los Príncipes. Con Astor Piazolla, Jairo, Mónica y César Masetti como testigos, Boca se las arregló para ganar 3-1 y hacerle precio a los franchutes ya que Diego erró dos goles increíbles sobre el final en jugadas en las que incluso había gambeteado al arquero.
Tras un primer tiempo cerrado con leve dominio del local aunque casi sin llegadas, Boca se destapó y fue pura contundecia entre los 44 y los 15 del segundo tiempo marcando tres golazos a través del Mono Perotti (en dos oportunidades) y Miguelito Brindisi. Y los locales ya no pudieron encontrarle nunca más la vuelta al partido.
La formación que mandó Silvio Marzolini a la cancha esa noche fue: Rodríguez, Colorado Suárez, Ruggeri, Mouzo, Cacho Córdoba, Pasucci, Trobbiani, Brindisi, Pichi Escudero, Diego y Perotti. Luego fueron entrando Quiroz, Huguito Alves, el Chino Benítez y la eterna promesa de Jorge Ramoa.
Pero no sólo el triunfo fue lo que trajo felicidad al baqueteado plantel de Boca. Tras el amistoso, algunos jugadores y dirigentes, más Don Diego y Cyszterpiler se mandaron de una al cabarulo más famoso del mundo: el Lido de París.
Morfaron, tomaron, se sacaron fotos y vaya a saber Dios qué otras cosas hicieron, aunque no es difícil suponer quién fue el encargado de encarar los gatos. ¿O acaso alguien se imagina a la Pantera Rodríguez o a Habegger encarando las minas?
Morfaron, tomaron, se sacaron fotos y vaya a saber Dios qué otras cosas hicieron, aunque no es difícil suponer quién fue el encargado de encarar los gatos. ¿O acaso alguien se imagina a la Pantera Rodríguez o a Habegger encarando las minas?
Arriba: Habegger con bigotes, Marzolini, Cacho Córdoba, el político Bello, Perotti, la Pantera, Marcelito Trobbiani vestido para matar y el Chino Benìtez a full. Abajo: Quiroz (¿con sueño?), Tito García, Quintieri y Diego en su salsa.