Los seis años que tardó Boca en volver a salir campeón del fútbol argentino, léase 1992-1998, desataron un fervor contenido en el pueblo xeneize. El lado A de la historia contaba que la dirigencia de Boca quería agradecer de alguna manera el apoyo de la gente del interior para con el equipo y por tal motivo organizó una serie de tres partidos amistosos (uno sólo fue en La Boca) a jugarse en la primera semana de diciembre de 1998. Sin embargo, como en toda historia, había un lado B que por lo bajo contaba que la cúpula directiva del club acumulaba una deuda de 3 millones y medio de dolares para con el plantel en concepto de premios por el torneo obtenido. Por tal motivo, qué mejor idea que organizar partidos amistosos para cumplir con el pago.
La serie de tres encuentros que había comenzado en La Bombonera con goleada 5-0 ante la Universidad Católica continuó en Mar del Plata, ciudad que no acostumbraba a recibir al xeneize en otra estación del año que no sea la del verano. Aldosivi, rival de esa noche, venía de caer derrotado en Salta y sumaba 8 partidos sin poder obtener una victoria en la Primera B Nacional. En la previa, el "Indio" Solari, que acababa de regresar al club portuario, se refería al partido con un tono que mezclaba ironía y un toque de realidad: "...el martes a la mañana me reuniré con los muchachos y confirmaré el equipo. Pondremos lo mejor que tengamos porque sino Boca nos golea...".
Por su parte, la delegación xeneize viajó con lo mejor que tenía: Óscar Córdoba, Roberto Abbondancieri, Jorge Bermúdez, Walter Samuel, Cristian Traverso, Rodolfo Martín Arruabarrena, Aníbal Matellán, Guillermo Valdez, Fernando Navas, José Pereda, Mauricio Serna, Diego Cagna, Gustavo Barros Schelotto y Guillermo Barros Schelotto, José Horacio Basualdo, Juan Román Riquelme, Martín Palermo, Emiliano Rey y Antonio Barijho formaron parte de la lista que armó el Virrey para ese amistoso.
Esa noche de diciembre, feriado por el día de la Vírgen, se esperaba una buena cantidad de público en el Estadio Mundialista pero ésto no sucedió. Apenas 13 mil personas disfrutaron (?) de una fría vuelta olímpica de Boca antes del comienzo del partido y de una pobre demostración de fútbol. Inevitablemente, esa poca cantidad de espectadores no alcanzó para que los dirigentes saldaran cuentas y pudieran cumplir con su objetivo ya que los organizadores apenas cubrieron los costos y Boca sólo percibió 125 mil dólares...
A esa altura lo que menos importaba era el encuentro. Boca y Aldosivi jugaron un partido flojito y con pocas llegadas de gol: un cabezazo de Palermo, un bochazo del Melli Guillermo que sacó muy bien Néstor Merlo y un centro cruzado de Balmaceda para los locales fueron las chances más claras (?). Según cuentan las crónicas, el más motivado fue Fernando Navas, jugador nacido en la "Ciudad Feliz", que jugó como si fuera un partido por los porotos y que al final terminó convirtiéndose en la figura.
En el segundo tiempo hubo algunos movimientos de piezas en Boca pero que nada cambiaron. El campeón jugó al trotecito, dominó, pero no se esforzó mucho ya que aún quedaba enfrentar a Unión para salvar el invicto. Una buena para Bianchi fue la aparición del joven defensor Guillermo Valdez, posible alternativa de Hugo Ibarra.
En medio de la pobreza del encuentro, Riquelme, cuándo no, hizo una apilada de izquierda a derecha y dejó solo al Mellizo Guillermo, quien definió fenómeno y puso el 1 a 0. Quince minutos después, a los 30 del segundo, Abbondancieri rechazó mal un centro y Araujo no perdonó.
Al final fue un empate que dejó poco y nada, especialmente para los bolsillos de los directivos.
La serie de tres encuentros que había comenzado en La Bombonera con goleada 5-0 ante la Universidad Católica continuó en Mar del Plata, ciudad que no acostumbraba a recibir al xeneize en otra estación del año que no sea la del verano. Aldosivi, rival de esa noche, venía de caer derrotado en Salta y sumaba 8 partidos sin poder obtener una victoria en la Primera B Nacional. En la previa, el "Indio" Solari, que acababa de regresar al club portuario, se refería al partido con un tono que mezclaba ironía y un toque de realidad: "...el martes a la mañana me reuniré con los muchachos y confirmaré el equipo. Pondremos lo mejor que tengamos porque sino Boca nos golea...".
Por su parte, la delegación xeneize viajó con lo mejor que tenía: Óscar Córdoba, Roberto Abbondancieri, Jorge Bermúdez, Walter Samuel, Cristian Traverso, Rodolfo Martín Arruabarrena, Aníbal Matellán, Guillermo Valdez, Fernando Navas, José Pereda, Mauricio Serna, Diego Cagna, Gustavo Barros Schelotto y Guillermo Barros Schelotto, José Horacio Basualdo, Juan Román Riquelme, Martín Palermo, Emiliano Rey y Antonio Barijho formaron parte de la lista que armó el Virrey para ese amistoso.
Esa noche de diciembre, feriado por el día de la Vírgen, se esperaba una buena cantidad de público en el Estadio Mundialista pero ésto no sucedió. Apenas 13 mil personas disfrutaron (?) de una fría vuelta olímpica de Boca antes del comienzo del partido y de una pobre demostración de fútbol. Inevitablemente, esa poca cantidad de espectadores no alcanzó para que los dirigentes saldaran cuentas y pudieran cumplir con su objetivo ya que los organizadores apenas cubrieron los costos y Boca sólo percibió 125 mil dólares...
A esa altura lo que menos importaba era el encuentro. Boca y Aldosivi jugaron un partido flojito y con pocas llegadas de gol: un cabezazo de Palermo, un bochazo del Melli Guillermo que sacó muy bien Néstor Merlo y un centro cruzado de Balmaceda para los locales fueron las chances más claras (?). Según cuentan las crónicas, el más motivado fue Fernando Navas, jugador nacido en la "Ciudad Feliz", que jugó como si fuera un partido por los porotos y que al final terminó convirtiéndose en la figura.
En el segundo tiempo hubo algunos movimientos de piezas en Boca pero que nada cambiaron. El campeón jugó al trotecito, dominó, pero no se esforzó mucho ya que aún quedaba enfrentar a Unión para salvar el invicto. Una buena para Bianchi fue la aparición del joven defensor Guillermo Valdez, posible alternativa de Hugo Ibarra.
En medio de la pobreza del encuentro, Riquelme, cuándo no, hizo una apilada de izquierda a derecha y dejó solo al Mellizo Guillermo, quien definió fenómeno y puso el 1 a 0. Quince minutos después, a los 30 del segundo, Abbondancieri rechazó mal un centro y Araujo no perdonó.
Al final fue un empate que dejó poco y nada, especialmente para los bolsillos de los directivos.