La verdad una lástima, pero nos vemos obligados a agregar al Mono Perotti en el extenso listado de grandes ídolos boquenses que se van del club de pésima forma. Seguramente una deuda pendiente de Boca a nivel institución.
El tema es que allá por agosto de 1982 surgió una oferta relámpago (?) procedente del Atlético Nacional de Medellín para contratar los servicios de Hugo Osmar Perotti. Como el Mono estaba apuntado como un rebelde, la CD no dudó y agarró viaje volando para sacárselo de encima. Así las cosas, el jueves 19 de agosto el plantel de Boca más Guillermo Cóppola se juntaron a cenar en la Costanera Norte, más precisamente en “Los años locos”, para despedir al puntero izquierdo. Brindis va, brindis viene, Perotti fue agasajado y de paso Guillote se llevó un lindo recuerdo cuando el plantel boquense le entregó una plaqueta grabada con la siguiente frase: “Guille, sos y serás, hoy y siempre, parte de nosotros. Plantel profesional de Boca Juniors”. Cuánto amor (?).
Esa noche fue todo pura emoción y mostró a un Perotti confiadísimo en poder despedirse de los hinchas jugando ante Sarmiento de Junín en la Bombonera 72 horas después, o sea el domingo 22 por la séptima fecha del campeonato. Pero no, pobre Mono. Los dirigentes se agarraron de que cualquier mínima lesión podía hacer caer la transferencia y forzaron a Faraone a no incluirlo ni siquiera en el banco de suplentes. Guillermo Cóppola trató de mediar y hasta ofreció 50.000 dólares como garantía, pero no pudo ser.
Perotti tuvo que coinformarse con seguir el partido desde la platea y levantar las manos saludando cada vez que la hinchada lo ovacionó. Igual no perdió la oportunidad y, tras la goleada 4-1 con Sergio Sánchez, Gareca y el Pelado Sotelo como delantera, pasó una gigantesca factura en los vestuarios. Y sin sutilezas: “...espero algún día volver para jugar en Boca. Eso sí, ojalá no me encuentre con estos dirigentes, que deben ser los peores que tuvo el club en toda su historia...”. Clarito.
Como si la despedida no fuera lo suficientemente tensa, un grupo de dirigentes escuchó las palabras de Perotti y blanqueó todo vía ante distintos medios, entre ellos EL Gráfico: “...la verdad, Perotti nos volvió locos con sus planteos. Además era el cabecilla del grupo. Le pagamos con la misma moneda...”.