domingo, 10 de enero de 2010

Japón 1 - Boca 1


Tras la esperada victoria ante Selangor y el batacazo de un Nelson Iturrieta ganador del torneo interno de natación, el plantel de Boca dejó atrás los agobiantes 34 grados de Kuala Lumpur, viajó diez horas en avión, hizo noche en Hong Kong y aterrizó en un feroz invierno desatado en Tokio. De hecho, la primera mañana que los jugadores asomaron sus narices por la ventana del hotel, se llevaron la sorpresa de ver caer algunos copos de nieve y todo. Igual vale aclarar que el brutal cambio de temperatura era lo que menos importaba en esa gira a principios de 1982. Lo importante era acumular partidos para juntar plata.
Con las prioridades bien definidas, el 16 de enero Boca se presentó en el estadio Olímpico de Tokio para medirse con la selección local. Tras exclusivas conferencias de prensa con Diego en el aeropuerto, en un shopping y en la cancha antes y después del partido, el amistoso fue promocionado casi como un Japón - Maradona.
Sin embargo, tanta manija con el fin de empezar a instalar el fútbol en ese rincón del mundo, no produjo resultados concretos. Al momento de mover del medio, había 25.000 japoneses soportando una temperatura de 2 grados, quietos, en silencio y prolijamente sentados en las tribunas. La única señal de que algo importante iba a pasar fue ver a 85 fotógrafos corriendo desesperados a sentarse detrás del arco hacia donde iba a atacar Boca en el primer tiempo. Muy diferente a los cuatro que le miraban la espalda a la Pantera Rodríguez.
El comienzo del partido mostró un trámite parejo. El xeneize, pese a no contar con Perotti por lesión, arrimó algo de peligro y a los 17 abrió el marcador a través de Ruggeri. Japón acusó el golpe y los minutos que siguieron fueron a puro dominio de un Boca que llegaba, pero no liquidaba. Hasta que pasó lo imprevisto: cerca del final del primer tiempo, un bombazo de Koshida desde lejos sorprendió a la Pantera Rodríguez y puso el empate.
Tras el descanso, el segundo tiempo fue otro partido. Los nipones cambiaron el libreto y salieron de la cueva a matar o morir buscando el triunfo. Y ayudados por el quedo físico de Boca, los últimos diez minutos fueron en medio de un cascoteo ininterrumpido sobre el arco xeneize. Hubo tiros en los palos, en el travesaño y dos mano a mano ahogados por la Pantera. Pese al zarandeo del final, la tribuna siguió imperturbable. Casi como una postal.
La formación que puso el Polaco Cap en cancha para chupar un frío de locos fue Pantera Rodríguez, Huguito Alves, Mouzo, Ruggeri, Cacho Córdoba, Chino Benítez, Krasouski, Marito Zanabria, Gareca, Maradona y Matuszyck.