¿Es serio juzgar una trayectoria de 1 partido oficial en la primera de Boca? La verdad que no, pero como justamente de eso trata (?), le damos la bienvenida a Héctor Damián Larroque, guardameta nacido en noviembre de 1971 y que recorrió La Candela de punta a punta hasta que un buen día se coló por el agujero de una cerradura en el fútbol grande. Misión imposible en una época donde Navarro Montoya no largaba el puesto ni de casualidad.
Tras la hecatombe 1-5 contra Vélez en Liniers por el Clausura 1996, a Bilardo se le cayeron varios soldados. Y no nos referimos puntualmente a la Tota Fabbri, Mac Allister y Maradona, expulsados en Liniers porel garca de Castrilli un árbitro que estaba con unas ganas bárbaras de que pìerda Boca muy nervioso. Las tarjetas amarillas también hicieron su trabajo y dieron de baja al Mono de cara al choque con Banfield en la Bombonera. Por ese motivo, el domingo 23 de junio de 1996 por la fecha 14, Bilardo mandó a la cancha como si nada a nuestro homenajeado.
En el comienzo del segundo tiempo Boca se puso 2-0 arriba y parecía que la noche venía tranqui. Pero sólo parecía. Cerca del final y tras dos baldazos de agua helada a cargo del Jardinero Cruz y Baena, el Taladro rascaba un punto de oro. Y ni queremos imaginar las cosas que pasaban por la cabecita del Pachi, parado y chupando frío en el arco del Riachuelo.
El partido pudo salir a flote gracias a un gol de Alphonse Tchami en el descuento. Pero lo que se hundió para siempre fue la incipiente carrera del arquero. Enseguida volvió el Mono, Boca se fue a la gira en China y perdió toda chance de pelear por el título. Y Larroque, sin ningún tipo de posibilidad, armó las valijas y llevó su humanidad a cuidar los tres palos de Godoy Cruz, San Miguel, Villa Mitre, San Martín de Mendoza, Estudiantes, Huracán de Tres Arroyos y Sportivo Italiano, último lugar donde lo pudimos rastrear.
Tras la hecatombe 1-5 contra Vélez en Liniers por el Clausura 1996, a Bilardo se le cayeron varios soldados. Y no nos referimos puntualmente a la Tota Fabbri, Mac Allister y Maradona, expulsados en Liniers por
En el comienzo del segundo tiempo Boca se puso 2-0 arriba y parecía que la noche venía tranqui. Pero sólo parecía. Cerca del final y tras dos baldazos de agua helada a cargo del Jardinero Cruz y Baena, el Taladro rascaba un punto de oro. Y ni queremos imaginar las cosas que pasaban por la cabecita del Pachi, parado y chupando frío en el arco del Riachuelo.
El partido pudo salir a flote gracias a un gol de Alphonse Tchami en el descuento. Pero lo que se hundió para siempre fue la incipiente carrera del arquero. Enseguida volvió el Mono, Boca se fue a la gira en China y perdió toda chance de pelear por el título. Y Larroque, sin ningún tipo de posibilidad, armó las valijas y llevó su humanidad a cuidar los tres palos de Godoy Cruz, San Miguel, Villa Mitre, San Martín de Mendoza, Estudiantes, Huracán de Tres Arroyos y Sportivo Italiano, último lugar donde lo pudimos rastrear.