El campamento boquense en Tokio se vio sacudido, primero por el rumor y luego por la confirmación de la noticia. A casi nada del choque frente a Real Madrid, Bianchi volaba a Fagiani del once titular, corría a Matellán como lateral izquierdo y mandaba a un soldado de su confianza a la zaga central: Christian Traverso .
Y cuando la bomba cruzó el globo terráqueo y llegó a la Argentina, fue vista como un disparate del técnico de Boca. Hoy, diez años después, parece algo perfectamente posible. Pero si nos situamos en aquel caluroso noviembre de 2000, el movimiento de piezas era lo más parecido a una improvisación que podía terminar en suicidio futbolístico. Pero no. Por suerte todo lo contrario.
El Mate recién en ese Apertura 2000 y tras la venta de Samuel, se había ganado la titularidad como marcador central y luego de muchos años de lucharla. Pero la realidad es que no gozaba de la confianza de prácticamente nadie. De producciones irregulares y enormes dudas con la bocha en los pies, Aníbal tenía encima que ocupar un lugar de la defensa que le exigía bastante más recorrido que su puesto natural. Y como si todo esto ya fuera poco, el escenario lo obligaba a toparse con una figura por demás pesetera estelar: Lucho Figo.
En ese momento se habló de una supuesta lesión muscular de Fagiani que obligaba a toda la movida. Pero no. Posteriores declaraciones de Bianchi lo desmintieron rotundamente. La verdad es que en esos días previos, el ojo clínico del Virrey no vio bien a Fagiani quien de esa manera, tras ser titular todo el semestre, se quedaba afuera del partido más importante.
La aventura tuvo un final soñado, y no como otras intentonas del pasado . Matellán se comió crudo al portugués y fue una de las claves para sacar adelante la final y ganar la Copa Intercontinental.