Pavada de humillación honor la de Hugo Oscar Coscia en su fugaz paso de dos meses por la primera de Boca. Nos referimos puntualmente a la tarde del 12 de octubre de 1980 cuando formó delantera junto a Perotti y el Muñeco Outes en el mítico (?) amistoso contra Acerías Bragado pero donde tuvo que dejar su lugar en el campo de juego para el ingreso de Guillermo Cóppola. El cambio fue faltando 15 minutos para terminar el partido, pero el bochorno hecho curioso no se lo quita nadie.
Previo a eso, su arribo a Boca, con la plenitud que dan los 28 años, se había dado un mes antes y como refuerzo de fuste para encarar dignamente el campeonato Nacional. Sus pergaminos como delantero no muy eficaz en las redes pero de buen pie con las camisetas de Estudiantes, Colón, River y San Lorenzo lo hicieron picar en punta a la hora de su presentación: estadio Monumental para enfrentar a River por la fecha interzonal de la primera rueda. Como Pernía puso el 2-2 cerca del final con un cabezazo fulminante, el buen humor reinante (?) lo aguantó 72 horas más para su segunda prueba: Huracán en Parque Patricios. Y Coscia cumplió. Tras un arranque furioso, a los 2 minutos abrió el marcador en el triunfo final 2-0. Bien.
Pero el tobogán que fue ese campeonato para Boca no tuvo contemplaciones con casi nadie. Pensemos que se morfó a varios históricos de peso así que un nuevito (?) estaba en el horno. Cantó presente en las dos goleadas sufridas ante el Argentinos Juniors de Maradona y Espíndola y hasta correteó unos minutos la tarde del triunfo a San Lorenzo de Mar del Plata, pero que terminó siendo derrota por el dóping positivo de Pancho Sá.
Así que con la rápida eliminación en primera fase consumada, tras 7 partidos oficiales y 1 gol, vio con buenos ojos la oferta de un Rosario Central que se preparaba para jugar la Libertadores 1981. Claro que a esa altura, noviembre de 1980, ni el más optimista podía sospechar el equipazo que formaría Boca en cuestión de meses.