lunes, 4 de abril de 2011

Maradona vuelve a jugar oficialmente en la Bombonera pero con la camiseta de Ñuls

Con un marco imponente casi como si Boca se jugara la definición del campeonato, el domingo 28 de noviembre de 1993 a las cuatro de la tarde la Bombonera explotaba de gente. Y semejante clima para recibir a Ñuls en un partido por la fecha 12 del Apertura 93, desde ya no era por el andar irregular de ese Boca que dejaba atrás la gestión del Profesor Habegger, el interinato de Quique Hrabina y estrenaba esa jornada a César Luis Menotti como técnico. La cosa pasaba claramente por ver a Diego Armando Maradona que aunque defendiera los colores rojinegros, volvía a jugar un partido oficial en cancha de Boca luego de 12 años.
Así que vitoreada como nunca, la salida del cuadro visitante se llevó de regalo un aplauso cerrado desde los cuatro costados de la Bombonera. Mientras hordas (?) de fotógrafos corrían de un lado al otro del campo de juego, Diego hizo un par de jueguitos y se dio un flor de abrazo con Menotti a metros del banco de suplentes local. Lo probó un par de veces a Scoponi y levantó los brazos saludando a la gente de Boca. Cumplido el protocolo (?), ya estaba todo listo como para empezar el partido.
Y los primeros 25 minutos fueron un festival de Boca. Con toda la mentira impronta menottiana hecha fulbito pase al compañero y a la red, Ñuls quedó arrinconado y no pudo prácticamente tocar la pelota. En ese rato hubo goles de Acosta y Manteca Martínez, dos mano a mano y jugadores que compraron la mentira levantaron su nivel a niveles insospechados como Mancuso, Saldaña y el Betito Carranza.
A eso de los 30 y con un olor bárbaro a partido liquidado, la hinchada empezó con el set list (?) clásico por aquellos años. Primero el himno “...Giunta, Giunta, Giunta...”, segundo el “...pa-ra-gua-yo...” y por último una que no podía faltar: el “...vale 10 palos verdes...”. Demás está decir que los dos primeros sólo eran homenajes a los soldados caídos tras la era Habegger,
El segundo tiempo estuvo de más con Boca regulando y tocando para los costados mientras Diego hacía lo que podía junto al Tata Martino, Alfredo Berti, Escudero, Calcaterra y Ruffini. Sin embargo hubo tiempo para un diálogo interesante y que tal vez puso haber sido el origen de un cuerpo técnico que llevaría adelante los destinos de la Selección Argentina 17 años después. Con el partido parado por Bava, Mancuso se acercó a Diego y le susurró: “...vamos Diego eh, seguí enchufado así que este partido es para vos...”. A lo que Maradona le contestó sin anestesia: “...Mancu, no te podés comer el gol de recién. Si querés después te enseño...”. El Avi prefirió tirar la toalla y cerró la charla con un “...dejá, con el 2-0 estamos bárbaro...”. Ya tendrían tiempo de seguirla.
Tras el partido, la figura buscada en los vestuarios fue obviamente Diego. Quien pese a quedarse medio calentito con la victoria de Boca 2-0, hizo una especie de análisis: “...sentí un gran orgullo al comienzo. El cariño de la gente, el recibimiento, eso quiere decir que a Boca le di algunas cosas positivas ¿Ñuls? Tenemos que darle tiempo a Castelli para que trabaje y convencernos de que podemos hacer daño. Yo quiero aportar lo mío para salir de esto, aunque me duele mucho el gemelo de la pierna derecha. Pero vamos a salir adelante... ya van a ver... Hoy me parecieron muy soberbias algunas actitudes de Bava, pero no voy a hablar de la actuación de los árbitros. Sólo voy a decir que frente a Independiente, Lamolina me cuidó bastante porque teníamos que jugarnos la clasificación al Mundial... ahora ya está, no me cuidan más...”.
Mientras tanto, mucha gente de Boca esperaba ansiosa en el playón la retirada del micro de Ñuls saltando y cantando “...vamos Boca, ponga huevo, griten todos, para que vuelva Diego...”. Algo para lo que todavía faltaban dos años.