Si UNICEF hubiera estado en las mangas de la camiseta de Boca allá por 1984, como buena organización que lucha en defensa de los niños, seguro hubiera hecho algo al respecto sobre el caso Fabián Carlos Peruchena. Ojo que hablamos en esta oportunidad de un Peruchena como podríamos citar otros ejemplos de toda esa camada de pibes que fue prendida fuego durante la crisis de mediados de los ochenta. Con los chicos no, viejo (?).
Con una impronta más para Pelito o Clave de Sol que para la primera de un club de fútbol, nuestro homenajeado fue arrojado al pasto de la Bombonera, y con la 10 en la espalda, la mítica tarde del fibronazo contra Atlanta en la Bombonera. Así que posó en una foto histórica junto a Walter Medina, Javier Franco, Manfredi, Dos Santos, Jorge Latorre, un todavía lampiño Pimpinela Tessone, el Flaco Fornés, Denny Ramírez, Tuta Torres y Gabriel Vales. Un equipo totalmente improvisado y que tuvo la responsabilidad de reemplazar a los jugadores profesionales que andaban de huelga en huelga, siempre arengados por Guillermo Cóppola.
Los pibes recibieron todo el apoyo de la hinchada de Boca, corrieron, metieron, trabaron pero perdieron 2 a 1. Una cagada. Pese al revés, la retirada del campo de juego fue en medio de una ovación conmovedora. En resumen, una jornada correspondiente a la primera rueda del Metro 84 que vaya si habrá quedado marcada en la vida de Peruchena. Fue su debut y despedida con la camiseta de Boca. El único partido jugado pese a lo prometedor de sus condiciones que habían sido forjadas jugando como enganche habilidoso en las infantiles de Vélez.