Seis años después de un enfrentamiento bastante pesado con un jugador de Boca, Abel Gnecco se vio involucrado en un nuevo incidente que también ganó tapas de diarios y revistas. Pero a diferencia del intento de ahorcamiento del Loco Salinas en el ‘78, lo ocurrido el 1 de abril de 1984 dejó a salvo su integridad física. No así su tarjeta roja.
Por la 1era. fecha del Metro 84 Boca visitó a Estudiantes en 1 y 57. Desde el vamos con un partido trabado y muy luchado, tral el gol local hecho por Fortunato a los 41 del primer tiempo, el Pincha redobló la apuesta haciendo tiempo, mechando mucho foul táctico y pegando algunos golpes. De la mano de Pasucci y Krasouski, Boca no se quedó atrás, pero al estar abajo en el marcador cayó en la trampa pincharrata y perdió de vista el objetivo principal de tratar de conseguir el empate.
Así, a pura impotencia de Boca, se fue dando la cosa hasta llegar a los 43 del segundo tiempo. Luego de un foul de Pasucci al Bocha Ponce, Gnecco cobró y Pasucci revoleó sus brazos en señal de queja. Siguió gesticulando unos segundos hasta que el árbitro lo llamó y le mostró la roja. La verdad, merecida, teniendo en cuenta que ya había metido varios trancazos y tenía amarilla casi desde el arranque del partido. Aunque el gran Roberto Pasucci, no compartió para nada la medida: “...la jugada de mi expulsión fue muy tonta. Después de tantas patadas, de tantos roces, me viene a echar por una esupidez...”. Genio.
La cosa es que ante la expulsión del defensor boquense, Ricardo Gareca se mandó un pique a fondo desde unos veinte metros hasta quedar cara a cara con Gnecco y poder vender un poco de humo protestando la sanción. En ese momento, el árbitro sacó nuevamente la roja de su bolsillo y expulsó a Gareca. Pero el Tigre no se quedó en el molde. Tiró un manotazo con su zurda y le revoleó la tarjeta haciéndole volar varios metros por el aire. Inédita acción para un tipo que había sido ídolo de Boca pero evidentemente la cadena la llevaba suelta para desandar los últimos meses en el club antes de su traspaso a River.
¿Qué dijo Gareca en los vestuarios?: “...le fui a decir que era injusto, que tuviera en cuenta lo que estaba en juego, que en medio de un partido el jugador no puede medir sus gestos. El tema es que me puso la tarjeta roja en la cara, con agresividad y yo la manoteé, eso lo recuerdo bien. Pero mi intención no fue esa. Ni menos hacerlo quedar mal. En esos momentos de nervios es difícil controlarse. Reconozco que fui a protestarle porque había expulsado a mi compañero, que no me gustó que me pusiera la tarjeta roja en la cara, pero no suise atacarlo..:”. No aclarés más por favor.
La retirada de Gareca fue vendiendo más humo besándose la camiseta de Boca de cara a los hinchas locales y en medio de una torrencial lluvia de proyectiles. El final fue derrota 0-1 y un Gnecco que le bajó varios decibeles al tema: “...no me insultó. Lo expulsé porque vino a protestar y porque en el primer tiempo lo había amonestado por el mismo motivo. No puedo decir que voy a poner en el informe. Ustedes vieron cómo fue, aunque creo que su intención no fue tan grave...”.
El informe que iba a terminar presentando Gnecco fue bastante más benévolo de lo que en un principio se especulaba. Cosa que derivó en una suspensión de 7 fechas para el delantero de Boca.