martes, 26 de abril de 2011

Cai Aimar vs Marangoni / Barra brava


Sin perder nunca las formas pero al mismo sin la mínima chance de vuelta atrás, el cruce entre Carlos Aimar y el número cinco titular, capitán y figura del equipo, Claudio Marangoni, hizo volar las esquirlas suficientes como para terminar de pudrir la campaña de Boca en el Apertura 90, dividir al plantel y forzar nada más y nada menos que el retiro de Maranga y la renuncia de Aimar. Todo esto en el lapso de dos meses y medio.
La bomba explotó el sábado 29 de septiembre de 1990 casi a la medianoche y fue arrojada por Aimar en plena concentración de Boca en el hotel Carlton. El técnico llamó aparte a Marangoni antes de la cena y le tiró sin anestesia: “...Claudio, lo pensé toda la tarde, no te veo bien físicamente, por eso voy a poner a Villarreal contra Central. Pero quiero que vayas al banco, quizás necesite tu experiencia en algun momento del partido...”. Hay que reconocer que Maranga reaccionó como un caballero. Le contestó que no estaba de acuerdo, pero aceptó ir al banco y hasta fue a buscar a Villita para alentarlo y darle todo su apoyo. Hasta acá la cosa se mantenía en los carriles de cierta normalidad. Pero como no podía ser de otra manera, empezaron a intervenir otros factores. Como por ejemplo los resultados, los hinchas y la barra.
Tan imprevista y entrada la noche fue la charla técnico-jugador que ningún diario del domingo alcanzó a incluir a Villarreal en el once titular. Todos anunciaron a Marangoni de entrada, cosa que terminó siendo un boomerang para el DT. Con la Bombonera llena y los altoparlantes anunciando a Marangoni con la 14 en el banco de suplentes, empezaron las primeras reacciones. También hay que reconcoer que el clima venía bastante caldeado por un detalle para nada menor. Tras cuatro triunfos y un empate en las primeras cinco fechas, la ilusión que despertó ese Boca chocó a 120 contra un muro de hormigón al perder sin poner la patita contra River en el Monumental. Imperdonable.
Así que semejante previa el domingo 30, con el equipo a punto de salir al campo de juego, necesitó sólo un par de gotas de nafta para iniciar los primeros focos de incendio. Tarea que fue llevada a cabo magistralmente (?) por la barra al recibir al equipo con algunos hits contundentes. A saber: “...si perdimos con River no vamo’ a llorar, si perdimos con River no vamo’ a llorar, el equipo, es gallina por Aimar...”. O el que usó la música de Movete Chiquita Movete, pero le puso los puntos al Cai:  “...andate Aimar vigilante, andate haceme el favor, nosotros queremos a Boca, no te queremos a vos...”.
La primera lectura, casi obligada, era que Aimar apuntaba a Marangoni como el responsable del duro golpe en Núñez. Pero había algunos off the record que inclinaban la balanza para un lado o el otro. Como por ejemplo que la guerra declarada desde la barra hacia Aimar era por la negativa del técnico a poner plata para el telón gigante estrenado en noviembre de 1989. O como que el verdadero motivo de la salida de Maranga no era por estar más o menos físicamente sino porque era bastante reacio a los entrenamientos. Ni hablar de los mal pensadoS (?) que creían po$ible un pacto entre la barra y el mediocampiSta para voltear al DT. Patrañas (?).
Lo cierto es que Aimar pateó el tablero pero pagó la jugada le salió pésimo al perder ese domingo contra Central en la Bombonera. Tras un Boca que puso todo pero erró goles increíbles en los pies de Batistuta, el pitazo final de Pichi Loustau desató más cánticos contra el DT. Como por ejemplo “...si lo tiran a Maranga al bombo va a ver quilombo...” o el “...es Marangoni y su ballet ole ole ole oleeee...”. Los jugadores se juntaron en el círculo central y comenzaron una cabizbaja caminata hacia el túnel local. Caminata que fue arengada por Marangoni casi a gritos: “...levanten la cabeza uds se mataron...”.
En los vestuarios la cosa se llegó a poner tensa. Marangoni individualizó a Daniel Czwan, un periodista que había seguido los entrenamientos de Boca durante toda la semana, y lo consultó: “...¿vos me viste trabajar toda la semana no? La verdad que no sé por qué me sacó. Sé que estan corriendo algunos rumores de un enfrentamiento pero nada que ver...”.
A todo esto, ya pasada unas horas, la retirada del Cai de la Bombonera fue algo traumática. Con apenas unos 50 hinchas aguardándolo en el playón, pero sólo con 3 policías de custodia, el técnico recorrió el anillo interno y tardó algunos minutos en animarse a salir. Ni hablar cuando asomó la cabeza y le gritaron “...Aimar sos gallina, en Boca no te queremos...”. Se puso blanco pero secundado por Navarro Montoya corrió unos metros para subir al micro. Pero desde que subió al Chevalier hasta que arrancó, pasaron unos 20 minutos en donde el micro fue prolijamente (?) rodeado de gente para moverlo un poco (?) mientras los cánticos dejaban en claro que si había que optar por uno de los dos, el elegido era Marangoni.
Lo que siguió fue un distanciamiento total entre jugador y técnico. La interna del plantel quedó mal herida. Cosa evidenciada fechas más tarde en las diferencias entre Villita y Maranga o en las acusaciones sobre Marangoni cuando se fue de un entrenamiento en un auto particular antes que el resto de los jugadores. Si encima le sumamos una parva de partidos sin ganar (2 triunfos sobre 14 partidos) de ahí en adelante el resultado es fácil de catalogar. Desastre total.