Para empezar no le dicen Neri como a Exequiel. Así que eso ya es un punto a favor. Le dicen "Trucha" y la verdad no sabemos por qué (?). Para no herir susceptibilidades, vamos a referirnos a nuestro homenajeado de turno por su nombre y apellido completos: Juan Carlos Benavídez.
Nacido el 5 de diciembre de 1975 en el conurbano bonarense, su derrotero en el predio de La Candela se demoró bastante más de la cuenta en darle la oportunidad de llegar a la primera de Boca. Estamos hablando de años en donde se buscaba con desesperación vueltas olímpicas, y el plan (?) a seguir era básicamente la contratación masiva de refuerzos ante cada inicio de campeonato.
Por ejemplo, en este caso de Benavídez, a los ya instalados Polillita Da Silva, Manteca Martínez y Betito Carranza, de repente había que sumar a Alphonse Tchami para arrancar 1995.
Y ese año 1995, más precisamente ese verano, fueron sus quince minutos de fama. Aunque para ser exactos fueron 33 los minutos de fama. Ganada tras sus ingresos desde el banco de suplentes frente a San Lorenzo, el 11 de febrero, y frente a River, cuatro días más tarde. Ambos compromisos por copas de verano en el estadio Minella de Mar del Plata.
Contra el Ciclón, fue el as en la manga de un Marzolini recién llegado y que tras un gol del Pampa Biaggio mandó a Benavídez a empatar o morir. Boca terminó atacando con cuatro delanteros pero la derrota 0-1 no se pudo revertir.
Lo de River el 15 de febrero fue mucho más gris y algo más conservador. Entró Benavídez, salió el Polillita. Delantero por delantero y un 0-0 final que no iba a cambiar. En los penales, no estuvo entre los elegidos para la tanda de cinco donde Toro Acuña y Betito Carranza dieron la nota dejando sus disparos en las manos de Burgos. Cosa que provocó que esa Copa Revancha tenga su lugar de privilegio en las vitrinas del club de Núñez.
Evidentemente sin lugar en el plantel, jamás fue tenido en cuenta por Marzolini y no le quedó más remedio que buscarse nuevos horizontes. Cero partido oficial pero dos clásicos veraniegos fueron su curriculum para continuar una trayectoria forjada posteriormente en el ascenso defendiendo las camisetas de Almagro, Chaco For Ever, Banfield, San Miguel e Independiente Rivadavia de Mendoza.