Juntos, lo que se dice juntos y al mismo tiempo, no fue. Porque ahí si que cerrábamos todo y nos íbamos (?). Primero dio la vuelta olímpica Boca, cabal y justo campeón de la Copa Ciudad de Mar del Plata. A continuación, la dio River, ganador de la Copa Desafío Jockey Club. Con 26.000 y pico de entradas vendidas pero bastante más gente en la tribuna de Boca que en la de enfrente, en definitiva las dos hinchadas gritaron “dale campeón”. Eso sí, los hinchas millonarios estuvieron prácticamente obligados a presenciar los festejos boquenses. No así al revés por suerte.
La singular jornada tuvo lugar el miércoles 25 de febrero de 1987 en el estadio Minella de La Feliz por la última fecha del triangular de verano que juntó a Boca, River y el Spartak de Moscú. Tras los empates de los rusos 1-1 contra River y 2-2 contra Boca, la noche en cuestión los equipos de Menotti y Veira definían todo a suerte y verdad. Y contra algunos pronósticos, salió un partidazo.
Arrancó mucho mejor un Boca que, aunque salió con varios suplentes priorizando el choque oficial del domingo 1 de marzo contra Gimnasia en el Bosque, sorprendió a River en base a mucho toque en mitad de cancha y achique en defensa. Hasta que el Millonario se avivó y se dedicó solamente a tirar la pelota al vacío para que un volante se lance dede el fondo, rompa la última línea y quede mano a mano con Genaro. Así planteado el escenario no tardaron en sucederse las salvadas milagrosas en los arcos. Y respondió muy bien el Torito en el de Boca tapando un par de mano a manos.
Pero en pleno vendaval de River, con una salvada tremenda de Musladini en la línea, Boca se puso arriba en el marcador gracias a la velocidad de Comas. Un pelotazo de Graciani terminó en pique del paranaense, gambeta larga a Pumpido y toque suave al gol mientras Nelson Gutiérrez se desgarraba todo tratando de evitarlo. Golazo.
En el segundo tiempo, el achique siguió agrandando a River que empató rápido con gol de Gorosito. Comas volvió a poner en ventaja a Boca con un cabezazo fulminante tras un corner que cayó en el segundo palo pero el fulbito de Menotti no sabe de momentos ni lugares. Con Boca ganando, siguió tirando el achique y pasó lo que tenía que pasar. Empató River faltando diez minutos.
El resultado no se modificó pese a que Boca se salvó un par de veces más. El final fue 2-2 y Boca, ante la igualdad en puntos y en diferencia de goles entre los tres equipos, se coronó campeón por haber metido más goles a favor. El intendente de Mar del Plata, Ángel Roig, le entregó la copa en mano a Higuaín y comenzaron los festejos, que por esos años, eran prácticamente como los de una Libertadores (?).
Terminada la vuelta olímpica, Ramón Ruiz, gerente de Nobleza Piccardo, le entregó la copa Jockey Club al Tolo Gallego. La copita esta premiaba al equipo que obtuviera más puntos a lo largo de los tres enfrentamientos entre Boca y River durante el verano. El primero había sido el épico 3-3 con gol de Hrabina de palomita sobre el final. Después vino un 3-1 de River y este 2-2 que no hizo otra cosa que permitir la vuelta olímpica riverplatense. Hecho que ocurrió ya con muy poca gente en el estadio.
Los once de Boca fueron Genaro, Abramovich, Higuaín, Musladini, Hrabina, Stafuzza, el Flaco Fornés, Dykstra, Graciani, el Tuta Torres y Comas. Mientras que River puso toda la carne en el asador con Pumpido, Gordillo, Nelson Gutiérrez, Ruggeri,. Montenegro, Gorosito, Gallego, Patricio Hernández, Alfaro, Caniggia y Alzamendi.