Penosa tarde la del 7 de abril de 1985, y no nos referimos a la derrota y eliminación de Boca del Nacional 1985 sino a los incidentes ocurridos en la tribuna visitante de la cancha de Independiente, y especialmente sus irreparables consecuencias. Hechos que derivaron en la suspensión del partido faltando cinco minutos y que dejaron como saldo trágico la muerte de Adrián Scaserra, un hincha boquense de 14 años que falleció casi en el acto producto de un disparo policial con bala de plomo a la altura del pecho. Un desastre.
La tarde arrancaba con clima de final ya que ese Independiente - Boca, partido único por la cuarta fase de la Ronda de Perdedores del Nacional, era a suerte y verdad para ver qué equipo seguía en el torneo. Como Independiente venía de ser goleado por Ferro en la Ronda de Ganadores tenía la ventaja deportiva de ser local.
El partido arrancó luchado y trabado desde el comienzo, pero con una chance muy clara desperdiciada por el Chino Tapia. Sobre la media hora, Bochini metió una de sus clásicas puñaladas, Merlini tiró un buscapié y la Porota Barberón conectó al gol. Pero Boca no sintió el impacto y fue a buscar enseguida el empate. Antes que termine el primer tiempo, el Ruso Hrabina tiró un centro, la pelota quedó bollando en el área y Stafuzza metió un terrible puntinazo con olor a gol. Pero con Goyén vencido, Trossero estiró la mano y desvió la bocha. La tribuna de Boca estalló en el grito de “...penaaaal...” pero Nitti hizo seguir el juego. Ese fue el instante exacto del comienzo de los primeros incidentes de la tarde. Empezaron a volar cascotes que le pegaron a Marangoni en el brazo y a Villaverde y que obligaron a parar el partido durante unos cuantos minutos. ¿Qué dijo Nitti después del partido cuando el aspecto deportivo ya había pasado a segundo plano?: “...yo estaba ahí. Trossero no tuvo ninguna intención de cometer falta. Sólo se cubrió. Por eso hice señas que había sido mano pero sin intención y por lo tanto sin falta. Que el tiro iba al arco y podía convertirse en gol es cosa que no tiene nada que ver con el reglamento...”. Sigamos.
Ya en el segundo tiempo Boca, medio a los ponchazos, puso al Rojo contra las cuerdas. Pegó dos tiros en el travesaño, Goyén sacó una tremenda y Villaverde salvó un gol. Todo gracias a un equipo por demás batallador gracias ael empuje de Plumero Gómez, Brown, Pasucci, Hrabina, Olaricoechea, Krasouski y Stafuzza.
Pero faltando cinco minutos y ya con la inminente eliminación revoloteando, un grupo de la barra de Boca decidió atacar a unos hinchas de Independiente que estaban en la misma popular visitante casi debajo de la Cordero. Enseguida el grupito de hinchas (?) de Boca se hizo más numeroso y se metió la bonaerense en el medio para supuestamente poner orden. Pero el caos fue imparable.
Primero volaron proyectiles hacia la Infantería. Pero ya aa los pocos minutos hubo botellazos, cinturonazos y luchas cuerpo a cuerpo entre los policías y barras de Boca. Todo mientras los hinchas comunes (?) se apiñaban y corrían para donde podían. La confusión era total. Roberto Mouzo, a esa altura jugador de Estudiantes de Río Cuarto, estaba en la platea viendo el partido en calidad de hincha. Se mandó al campo de juego, saltó el foso caminando sobre un cartel de publicidad y entró a la popular para tratar de pedir calma. Habló con hinchas y todo, pero en ese instante, la bajísima chance de restablecer la calma quedó descartada cuando un pelotón de policías formó filas sobre el área grande y empezó a disparar balazos de goma sobre la tribuna de Boca. A partir de ahí el desbande fue mayúsculo, incluso con hinchas de Boca cayendo al foso.
La gente trató de ganar la calle pero una de las salidas fue bloqueada por la Policía que, parapetada desde ese lugar, empezó a disparar hacia todo lo que se moviera cerca. Y como quedó de manifiesto con balas de plomo también. Uno de los disparos le pegó a Adrián Scaserra a la altura del pecho. Fue cargado en andas y sacado por un hincha anónimo dando lugar a una de las tapas de El Gráfico más escalofriante. Moriría minutos después llegando al Hospital Fiorito, lugar al que empezaban a llegar toda clase de heridos. Mientras tanto en la tribuna seguía cayendo gente lastimada y de muchísima gravedad, como el pibe Marcelo Artur con un vidrio que le cortó el cuello a la altura de la yugular y que casi lo hace morir desangrado en la misma tribuna.
Al tiempo que hinchas de Boca cargaban en sus brazos a otros hinchas heridos para sacarlos del estadio, en la calle hubo lugar para una feroz emboscada de las fuerzas policiales arreando a la gente a los tiros limpios hacia la Avenida Belgrano. Una estampida en la que aguardaban más efectivos para meter palos y meter gente dentro de camiones de asalto preparados para la ocasión. El número de detenidos pasó los 300 dando lugar a un operativo inédito por la noche ya que se trasladaron hinchas de Boca hacia todas las comisarías de la zona sur del Gran Buenos Aires. De más está decir, que la trágica noticia del pibe Scaserra ya a esa altura estaba instalada en todos los medios.
El Tribunal de Disciplina tuvo que expedirse muy rápidamente ya que el formato del torneo obligaba a que en pocos días debía jugarse la siguiente fase del campeonato y tenía que estar definido qué equipo avanzaba de ronda. Por supuesto el partido no se completó y el resultado quedó como como estaba: Independiente 1 - Boca 0. La verdad, lo de menos.