No fue el primero ni será el último, pero estamos ante uno de los tantos casos en que un jugador de fútbol queda pegado a la suerte o desgracia de un director técnico. Así que si Franzoia es La Volpe y un Miguelito Caneo es Bianchi (?), no hay vueltas que darle: Juan Carlos Donná es Zurdo López. Pobre Donná entonces, marcador de punta izquierdo clase 61 proveniente de las inferiores boquenses en tiempos de La Candela y nacido en Morón, provincia de Buenos Aires.
Y pobre porque se fue al fondo del mar atado a ese yunque que terminó siendo Miguel Ángel López promediando la segunda rueda del Metro 83. Repasemos (?). Aunque su debut había tenido lugar a mediados de septiembre de 1983 jugando unos diez minutos en pleno interinato de Ernesto Grillo, el martes 1 de noviembre nuestro homenajeado recibió la buena nueva de arrancar como titular desde el comienzo por primera vez. Y la cita, Nueva Chicago en cancha de Vélez por la fecha 27, si bien no era para relajarse, tampoco era para suponer ni la cuarta parte de lo que terminó pasando: una catátrofe de la que Donná fue partícipe pero no responsable.
A los 23 minutos Boca hacía agua, ya perdía 0-2 y con la roja del árbitro hincha de San Lorenzo Calabria a Pasucci la cosa pintaba jodidísima. Encima quedó con un marcador central menos pero el técnico ordenó seguir con los tres del fondo que seguían en cancha. O sea el Tano Di Natale, Huguito Alves y un Donná que hizo lo que pudo persiguiendo de atrás las contras del Torito de Mataderos.
Igual a los 15 del segundo tiempo y tras la inyección anímica del Loco Gatti atajando un penal, el técnico decidió suicidarse pero bien (?). Así que tal vez para preservarlo, sacó a Donná y puso al Gallego Vázquez con el objetivo de llegar al descuento como sea. Maniobra que salió pésimo ya que Nueva Chicago se terminó alzando con un histórico 0-5 a favor en una paliza que dejó al Zurdo López colgado de las bolas y nos guste o no, a Donná semi-incendiado. Lo de semi es porque a los cinco días se completó la faena (?).
En cancha de Atlanta Boca hizo de local con Temperley y el Zurdo, ya con el agua al cuello, se la jugó con Di Natale de cuatro, Bachino y Mouzo como centrales y nuestro querido Donná de tres. Si a los 40 del primer tiempo el partido iba 3-0 para el Gasolero y con olés bajando de la tribuna, muy poco queda para agregar. O sí. Que no podés ni loco poner a Bachino de central Miguel Ángel López inexplicablemnete se mantuvo en el cargo hasta mediados de 1984 pero que Donná desapareció de Boca para siempre con apenas 3 partidos oficiales jugados.
El tiempo lo mostró tratando de buscar revancha en el ascenso con las camisetas de Banfield, Tigre y San Miguel.