martes, 10 de agosto de 2010

Panathinaikos 2 - Boca 3


La llegada del plantel de Boca a Atenas, en plena gira de 1984, fue bastante a los tumbos por decirlo suavemente. Primero y principal, porque cargaba sobre el lomo los nueve goles del Barcelona. Segundo, porque dos días antes había perdido frente al Sevilla con el caramelito incluido de cinco horas de espera en el Aeropuerto. Y tercero, porque surgió un tema legal que casi tira todo para atrás.
Boca debía cobrar un cachet de 15.000 dólares por presentarse en el Estadio Olímpico de Atenas frente al Panathinaikos. Pero un llamado de último momento de los directivos griegos al empresario catalán José María Minguella, organizador de la gira, trató de bajar el precio a 10.000 verdes. Finalmente hubo acuerdo, pero surgió un nuevo problemita. Los números no le cerraban al tal Minguella. El traslado de Boca de España a Grecia, más los gastos de estadía y demás, le costaron 30.000 dólares. Y cómo esa cifra era casi imposible de recuperar, sacó un as de la manga. Convenció a los popes del Panathinaikos para que la noche del amistoso con Boca, le hagan de paso cañazo, el partido despedida a Dimitris Domazos, catalogado por los medios como “el mejor jugador de fútbol que Grecia dio en toda su historia”. Poco importó que Domazos tuviera 42 años y ya hacía dos que había colgado los botines. La movida seguraba un estadio colmado de punta a punta. Y adelante con los faroles.
Efectivamente la noche del 31 de agosto de 1984, el Estadio Olímpico se venía abajo de gente. Pero poco pareció importarle a un Boca que arrancó con todo. Puso contra el arco a los griegos y a los 8 minutos, tras un centro de Stafuzza desde la derecha, el Potrillo Morena la dominó y cruzó un zurdazo medio incómodo a la red.
Pero ese Boca no era garantía de nada. Cinco minutos después llegó el empate local gracias a un penal ejecutado por Charalambinis. Y casi sobre la media hora, el juez Antoine Vassaras, se puso la gorra otra vez tuvo vista de lince y dio otro penal. Pero esta vez, entre el palo primero y Balerio después, el arco xeneize se mantuvo a salvo.
Boca fue un poco más, pasó al frente con un gol de Porté tras un rebote, pero en el segundo tiempo hubo un nuevo empate local tras otro error de la defensa. Esta vez gracias a los servicios (?) de Mario Alberto. Pero en medio de un griterío ensordecedor de las tribunas, Porté bajó con el pecho un centro de Mendoza y clavó el 3-2 final con una media vuelta.
Con la victoria decretada gracias a la labor de Balerio, Pasucci, Alberto, Segovia, Cacho Córdoba, Stafuzza, Gallego Vázquez, el Pelado Sotelo, Porté, Morena y Carlitos Mendoza, Boca tuvo que salir arando para seguir su derrotero de amistosos. Los próximos destinos, Niza y Turín, obligaban a jugar dos partidos más en 24 horas. Hecho que dejó una reflexión final del técnico Dino Sani de camino al hotel: “...este equipo no está preparado para jugar en Europa y la verdad tengo miedo por lo que pueda pasar en Buenos Aires cuando se reanude el campeonato. Van a llegar destrozados fisicamente...”.