jueves, 30 de abril de 2009

Pablo Trobbiani

Antes de ponernos a desmenuzar el meteórico paso de Pablo Marcelo Trobbiani por Boca, hay que aclarar que sí. Es hijo de Marcelo Antonio, el volante ofensivo que vistió la azul y oro en la década del setenta y principios de los ochenta.
Hecha la salvedad, nos zambullimos ahora en Pablo. Volante central con más técnica que quite que surgió de las inferiores xeneizes en el apogeo de la era Griffa. Debutó oficialmente el 29 de septiembre de 1996 frente a River por el Apertura. Esa tarde-noche, seguramente más recordada por el nucazo agónico de Guerra que por el debut de Trobbiani, ingresó por “Tito” Pompei promediando el segundo tiempo.
No tuvo mucho lugar y menos aún oportunidades de mostrarse en semejante jungla que era el plantel del Boca de Bilardo. Lo de jungla va por la insólita cantidad, y también calidad, de jugadores.
En total jugó 4 partidos y, obviamente, no hizo goles. Al debut con River le siguió un 2-0 a Unión (el día que debutó Riquelme), un 6-0 a Huracán (el día que debutó Guzmán, uff) y un 4-1 a Platense. Todos por ese Apertura, todos en La Boca y todos triunfos.
Con los bolsos armados, el oriundo de Elche, España, se fue en busca de un futuro mejor. No sabemos si lo encontró. Pero, con las pruebas a la vista, podemos asegurar que por lo menos lo intentó. ¿Por qué? Porque pudimos verlo vistiendo una banda de camisetas a lo largo de su carrera: Talleres (Córdoba), Cobreloa (Chile), Castel Di Sangro (Italia) y Málaga, Badajoz, San Fernando, Sabadel y Motril (todos de España).

martes, 28 de abril de 2009

Mellizo Guillermo vs Profesor Macaya


En medio del descomunal quilombo que fue la semifinal de ida contra River por la Libertadores 2004, merece un párrafo aparte la actuación de Guillermo Barros Schelotto. Y por ende, un post aparte.
Acostumbrado a llamar la atención por gambetas, goles y asistencias, esa fría noche del 10 de junio, el mellizo estuvo a la altura de una noche de Luna Park.
Cuando el cuerpo técnico de River entró a la carrera al campo de juego para copar la parada, la situación se hizo más confusa. Astrada y Hernán Díaz fueron los primeros en llegar y mientras todos se empujaban con todos, Guillermo recibió y bajó de un piñazo en la cara al profesor Macaya, quien se quedó tendido varios minutos en el piso.
En ese momento la situación estaba tan descontrolada, que no había muchas precisiones de si le había pegado o no. Pero las fotos de los agitados días posteriores confirmaron el nocaut.
Gracias a Juan Martín Muñoz por enviarnos la foto

Rolando Mannarino (1991)


La historia del pase de Rolando Francisco Mannarino a Boca duró muy poco. Pero fue tan corta como casi un hecho.
Antes de comenzar la temporada 1991/92, Alegre y Heller fueron por el veloz puntero del Lobo. Un tipo muy rápido pero con casi nula presencia en las redes contrarias. Se hizo una oferta que no llegaba a lo que pedía Gimnasia, y como los triperos no afinaron el lápiz, Boca se bajó.
Pero lamentablemente la cosa no quedó ahí. Al toque fueron a la carga y se decidieron a comprar a su compañero de ataque: Gabriel Amato.

domingo, 26 de abril de 2009

Boca 1984


Arriba: Di Natale, Ruggeri, Krasouski, Berta, Gatti y Otero.
Abajo: Porté, Segovia, el uruguayo Morena, Gallego Vázquez y Sotelo.

sábado, 25 de abril de 2009

viernes, 24 de abril de 2009

Villarreal vs Marangoni


La mano en el hombro de “Maranga” sobre “Villita” parecen desmentir la pelea. Pero al mismo tiempo, semejante muestra de afecto ante las cámaras de fotos, no hace otra que confirmarla. Y la prueba irrefutable del duro cruce entre los dos volantes centrales, son los números que llevaron en los pantaloncitos Adidas ese trágico viernes 14 de diciembre de 1990 (trágico por la absurda muerte de Saturnino Cabrera en la tribuna de socios sur),
Esa noche, Boca recibía a San Lorenzo por el Apertura y debutaba como técnico interino Osvaldo Potente tras la renuncia del “Cai” Aimar en la fecha anterior. Además, volvía a la titularidad Claudio Marangoni, quien no jugaba desde el 23 de septiembre cuando Boca cayó 0-2 con River en Núñez y Aimar lo desafectaba del plantel.
Lo concreto es que ante el indulto de “Patota”, la camiseta cinco, en teoría, debía volver a manos de "Maranga". Pero Villarreal pateó el tablero, se plantó y alzó la voz quejándose de tener que volver a jugar de volante por derecha y con la ocho en la espalda. Como si esto fuera poco, “Villita” dejó entrever cierta reticencia de Marangoni para entrenar y algunas licencieas especiales que se le otorgaban al ex Independiente (como moverse en auto y no en micro). Marangoni reclamó lo suyo, pero según cuentan, no tuvo mucho eco en el resto del plantel.
Potente, se debe haber hinchado tanto las pelotas, que cortó por lo sano y esa noche no le dio la camiseta cinco a ninguno de los dos. Se la dio al mendocino Moya.
Como dato de color podemos agregar que ese, fue el último partido de Claudio Marangoni con la azul y oro. Y verlo con la siete fue toda una rareza.

jueves, 23 de abril de 2009

El elefante que casi hace un gol


Con la excusa de que Boca se encaminaba inexorablemente a la obtención del torneo Clausura 1991, la efervescencia y las movidas organizadas para ir adelantando los festejos alcanzaron ribetes insólitos.
Es verdad que ya se cumplían diez años sin festejar campeonatos locales, pero lo que se vio esa fría y nublada tarde del 16 de junio fue más que bizarro. Sin muchos antecedentes que digamos. Sobre todo para los socios y plateístas que ya se amontonoban metros antes de La Glorieta de Quique. Algunos reían. Otros, nerviosos, buscaban ganar las veredas para alejarse.
Lo concreto es que la idea era meter un elefante por Brandsen, llevarlo por las vías del tren carguero hasta el playón y, con precisión quirpúrgica, meterlo en el campo de juego media hora antes de que arrancara el Boca - Ñuls de la fecha 17. ¿Para qué? Para hacerlo patear un penal en el arco de Casa Amarilla y de paso hacerle el chivo al Circo Royal, que había desembarcado días antes en los terrenos que daban sobre Almirante Brown.
A último momento, por las fuertes lluvias que estaban cayendo desde el día anterior, se prefirió preservar el campo de juego y la movida quedo suspendida. Pero el elefante quedó dando vueltas un rato largo con su dueño. Volvió por Brandsen y dobló en Irala hacia Aristóbulo del Valle mientras algunos se sacaban fotos y los pibes lo tocaban. Por suerte era bastante tranqui.

martes, 21 de abril de 2009

Oscar Vijande


El destino a veces actúa de las formas más impensadas. Pero sin dejar lugar a duda de que por algún motivo que desconocemos las cosas tienen que darse de la manera en que se dan.
Hace unos días llegó a nuestras manos la foto que adorna este post y que, con la mano en el corazón, no parece ser la mejor para hablar de un arquero. Porque la verdad que haber sido escrachado de espaldas y comiéndose un gol contra River en Núñez no es un buen comienzo. Pero es lo que le tocó a Oscar Alberto Vijande.
Aunque pensándolo bien, no está nada mal tener una foto de un tipo que jugó sólo 5 partidos en la primera de Boca. Llegó para el Metropolitano 1982 y ya desde el vamos se sabía que venía a comer banco. Debutó oficialmente el 31 de agosto en el triunfo 1-0 en la Bombonera contra The Strongest de Bolivia por la Libertadores.
La participación del xeneize en esa Copa y un Gatti con algunos problemas físicos durante esa temporada, le dieron un poco de aire para jugar bastante más que lo debía imaginar el propio Vijande.
Los otros cuatro partidos que atajó fueron contra Jorge Wilsterman de Bolivia (2-2), Quilmes (1-1), River (0-1 el de la foto) y Platense (2-2). Este último, el de su despedida, fue el 3 de noviembre y sirve para resumir cómo fue su corto paso por el xeneize. Boca le ganaba a Platense 2-0 en cancha de River con goles de “Gallego” Vázquez y Miguelito Brindisi. Pero para el segundo tiempo, Faraone dejó a Gatti en las duchas y mandó al arco a Vijande. El empate final dejó pegado, merecidamente o no, al arquero.
Su carrera se había iniciado bajo los tres palos de Chacarita y posteriormente Huracán. Tras su errático paso por La Boca se lo pudo ver en Central Norte y Juventud Antoniana de Salta.

lunes, 20 de abril de 2009

Aston Villa 0 - Boca 2


La incursión de Boca en la 19na. Copa Joan Gamper no terminó con el catastrófico 1-9 frente al Barcelona de España. Al día siguiente de semejante mazazo, hubo que poner la caripela para definir el tercer y cuarto puesto.
Así fue entonces como la noche del 22 de agosto de 1984, y ante 100.000 espectadores ansiosos de ver la final entre los catalanes y el Bayern Munich, el xeneize se midió con el Aston Villa.
Pero lo que tendría que haber sido un partido sin mucha manija, terminó siendo un hecho casi más mediático que la final. ¿Por qué? Porque era el primer choque futbolístico entre argentinos e ingleses luego de la guerra de Malvinas. Y, con la mano en el corazón, lo que esperaba todo el mundo era una batalla campal.
Se había enrarecido tanto el clima, que los jugadores de Boca organizaron una reunión antes del encuentro para ponerse de acuerdo en "desmalvinizar" el partido y no generar más quilombo que pudiera empeorar la imagen luego de la goleada en contra de la noche anterior.
Por eso antes del partido hubo intercambio de banderines, apretones de mano y hasta trueque de guantes de arquero entre Gatti y Day.
El partido en sí fue un bodrio, casi sin llegadas al arco. No hubo pierna fuerte ni por asomo y todo el morbo previo quedo descartado casi desde el arranque. El resultado fue 2-0 para Boca con goles de Carlos Mendoza a los 79 y el uruguayo Morena faltando 5 minutos. Las propias palabras de Mendoza contando su gol, tal vez resuman lo que fue el choque contra los británicos: "...llegué casi hasta el fondo, levanté la vista y vi que el arquero se movía para esperar el centro. Entonces tiré al primer palo, pero me salió un bombazo que cayó en el segundo a espaldas del arquero...". Sin palabras.
Los once que alineó Dino Sani esa jornada fueron: Gatti, Matabós, Alberto, Mouzo, Córdoba, Krasouski, Berta "Gallego" Vázquez, Abdeneve, Morena y Sotelo. Con el correr de los minutos, fueron ingresando Ivar Stafuzza, Mendoza y Porté.

Boca 1986/87


Arriba: Pipa Higuaín, Gatti, Krasouski, Abramovich, Pasucci y Oveja Bordet.
Abajo: Stafuzza, Chancha Rinaldi, Hoyos, Comas y Tuta Torres.

domingo, 19 de abril de 2009

Festejos Imborrables (V)


Oscar Córdoba frente a Cruz Azul en la Bombonera. Boca campeón de la Copa Libertadores 2001.

sábado, 18 de abril de 2009

Christian Jara Lunghi


La historia de Christian Ariel Jara Lunghi en Boca, seguramente no fue todo lo duradera que pudo haber soñado este humilde pibe nacido en Formosa en 1981.
Zaguero central ágil y veloz para cruzar hacia los costados, Jara Lunghi surgió de las inferiores boquenses cuando desembarcaba Carlos Bianchi en Brandsen 805. La llegada del Virrey le daba esperanzas de mostrarse a toda esa camada de pibes compuesta también por Emiliano Rey, "Leche" La Paglia y Navas entre otros.
Le debe haber sido imposible no ilusionarse cuando Bianchi lo llevó al banco de suplentes en su debut por el campeonato local. Fue el 9 de agosto de 1998 en cancha de Ferro por la primera fecha del Apertura. Esa soleada tarde casi de primavera, Boca fue un vendaval y le hizo precio de amigos a los de Caballito dejando el resultado en un digno 4-2. Jara Lunghi no entró ni siquiera un minuto pero fue parte de esa histórica tarde en la que el xeneize puso en marcha una hegemonía pocas veces vista en el ámbito local (e internacional también).
Para el que a esta altura ya está impaciente por saber qué carajo hizo Jara Lunghi con la azul y oro le pedimos aguantar unos renglones más. Antes de cerrar el post es obligatorio detenerse en la foto. ¿Por qué una foto del pibe sentado tomando sol en cancha de Ferro y no corriendo detrás de una pelota? Porque Jara Lunghi, a diferencia de otros juveniles, nunca más fue convocado ni siquiera para integrar un banco de suplentes. No pudo jugar nunca en Boca. Ni un minuto aunque sea en algún amistoso perdido.
Seguramente a las puteadas, armó sus bolsos y pudo sacarse las ganas de entrar a una cancha vistiendo las camisetas de Marte FC (México), Sol de América de Formosa y General Caballero, Sol de América, 3 de Febrero y 2 de Mayo, todos de Paraguay.

miércoles, 15 de abril de 2009

El Estudiantes - Boca de la temporada 1986/87


El choque con los pinchas por la segunda rueda de la temporada 1986/87 es un claro ejemplo de que en el fútbol, 90 minutos “son una eternidad” en la que puede pasar de todo. El partido tardó un poco más de 3 meses en finalizar, Boca tuvo dos técnicos diferentes a lo largo del encuentro, hubo un gol en contra, se erraron dos penales y hasta se vivió un intento de linchamiento a Menotti quien no tuvo mejor idea que, según cuentan, pelar un arma de fuego para defenderse. Pero vayamos por partes.
...
El 30 de noviembre de 1986, el Pincha recibía en La Plata al Boca de Marito Zanabria. Esa calurosa y soleada tarde, el xeneize formó con: Gatti, Di Natale, Juan Amador Sánchez, Zacarías, Abramovich, Ivar Stafuzza, Pasucci, La Fata, Irazoqui, “Tuta” Torres y Jorge Comas.
La modesta realidad de ambos equipos entregaban un trámite bastante impreciso por no decir un bodrio. Hasta que a la media hora, la suerte le guiñó un ojo a Boca. Tras un pelotazo largo, el “Tuta” Torres atropelló junto a dos defensores y disparó bastante exigido ante la salida del arquero de Estudiantes Bertero. Pero la jugada, de pronto se convirtió en un blooper. El remate del “Tuta” fue devuelto por el arquero y la pelota, tras iniciar su recorrido para salir del área, rebotó en Jeannoteguy (que venía corriendo de frente a su arco) y se metió despacito y picando para poner el 1-0 a favor del xeneize (sino se entendió ni medio mirá aquí).
Nueve minutos después, en una jugada aislada llegaría el principio del fin. Tras un centro, Bertero la paró con el pecho y rechazó largo. Parece que la canchereada no cayó bien en la hinchada local que el grito de “...Bertero, hijo de puta, la puta que te parió...” hizo parar el partido. Para colmo de males, mientras lo puteaban de arriba a abajo, Bertero no tuvo mejor idea que hacer gestos como que dirigía una orquesta. Al toque empezaron a volar cascotes sobre el arquero e incluso una baldosa le pegó directamente al árbitro Espósito en las costillas. La bronca no aflojaba y tras varios minutos de idas y vueltas, el juez decidió acercarse junto con Bertero hacia el área. Al ver que seguían cayendo proyectiles no tuvo más remedio que suspender el partido.

Entre el calor, las fiestas que se venían y el siempre apretado y desornado fixture argentino, el tribunal decidió que se continúen los 51 minutos restantes (un tiempo de 25 y otro de 26) el 5 de marco de 1987.
...
Pero en tres meses las realidades habían cambiado bastante. Boca tenía ahora a Menotti sentado en el banco de suplentes y traía a cuestas una impactante seguidilla de triunfos que lo habían catapultado a la lucha por la punta del campeonato.
La cuestión es que ese jueves 5 de marzo (también muy caluroso), Boca formó con: Gatti, Abramovich, Musladini, Zacarías, Hrabina, Melgar, Fabián Carrizo, Tapia, Rinaldi, Graciani y Comas.
Y acá es donde el partido termina de sumar todos los condimentos posibles para hacerlo de colección. La llegada del Chevallier boquense a 1 y 57 fue caótica. Al bajar la delegación, Menotti, el profe Dean y la “Chancha” Rinaldi equivocan el recorrido y quedan separados del resto. Los rodean unos cien barras de Estudiantes al grito de “...borom bom bom, borom bom bom, es el equipo del Narigón...”. Hay insultos y vuelan algunas patadas y manotazos. El interminable enfrentamiento Menotti - Bilardo (con el agregado de la fresquita Copa del Mundo ganada por el doctor en México) parece tener un nuevo capítulo. Vuela un pote de mostaza y le pasa rozando al técnico de Boca. Desde lo alto de la tribuna, dos bombitas de agua impactan en la camisa celeste del “Flaco” y Menotti, desencajado, pierde su acostumbrada calma. Mete su mano derecha en una carterita que lleva. Amaga sacar algo. Un policía lo frena. Según hinchas presentes y hasta un periodista de Radio Mitre, se pudo ver un arma de fuego empuñada por el entrenador y apuntando contra la gente. Hubo corridas y un jugador de Estudiantes (Insúa) abrió una puerta y metió a los tres rezagados adentro salvándolos de una paliza.

Mientras los jugadores hacían el precalentamiento, el comisario tiró la bomba. Se iba a allanar en forma inmediata el vestuario de Boca. Menotti acepta, pero una vez que el equipo haya salido a la cancha. Al mismo tiempo que Espósito daba inicio a la reanudación del partido, un grupo de policías revisan el vestuario y encuentran un revólver calibre 38 pero de juguete. El presidente de Estudiantes explota de bronca y ante los micrófonos que iban y venían por todos lados sugiere que hubo tiempo de cambiar las armas.
En esos minutos Boca, en sus dos primeras llegadas, mete dos goles por intermedio de “Chino” Tapia y Comas. La cosa está 3-0 y pinta para escándalo porque la noticia del revólver llega vía radio a los hinchas presentes. La hinchada de Estudiantes está más pendiente de Menotti que del partido. La cancha era un polvorín.
Promediando el segundo tiempo, hay penal para el Pincha. Es la posibilidad concreta del descuento y de poner aún más picante el partido. Pero Gatti vuela sobre su derecha y saca el tiro de Insúa. Ya sobre el final, y para no ser menos, el que erra un penal es Alfredo Graciani. Lo tira muy lejos de los tres palos y tal vez, inconscientemente, evita flor de quilombo. Porque había muchos hinchas de Estudiantes sobre el alambrado y un cuarto gol podría haber sido el peor cierre para semejante tardecita tan quenchi.

A la salida la pregunta obligada cae sobre Menotti: “...¿trajiste un arma?...”. Y la respuesta del técnico desorientó a propios y extraños: “...los que traen un arma son los jugadores de Boca. Pero es de juguete y es por cábala. Ellos dicen que este Boca, mata...”.

Cahais incendiado por La Volpe frente a Estudiantes


No descubrimos nada al decir que el paso de Ricardo La Volpe por Boca fue nefasto. De todas las pifiadas que hizo en apenas tres meses vamos a detenernos, por ahora, en la última. No es que haya sido la más grave, pero semejante actitud pinta de cuerpo entero su estruendoso porrazo en el xeneize.
En el tristemente célebre desempate contra Estudiantes en Vélez para definir al campeón del Apertura 2006, Bigotón pateó el tablero dándole la titularidad a Matías Cahais en reemplazo del central titular Matías Silvestre. No es que Cahais no tuviera condiciones (todo lo contrario), pero tirarlo a la cancha en semejante brasa caliente que iba a ser esa final y encima a lidiar con la estrella del campeonato (Mariano Pavone) no parecía el mejor escenario. Sólo había jugado algunos minutos durante dos partidos en ese torneo y estaba ante los ojos de cualquiera su falta de experiencia.
Y pasó lo que tenía que pasar. Ante un rechazo largo del arquero Andújar, Matías dejó picar la pelota, dudó un segundo y Pavone lo dejó parado como poste. Si a eso le sumamos la salida en cámara lenta de Bobadilla, el desastre quedó consumado.
Pero con la pelota todavía picando en el fondo del arco xeneize, La Volpe no dudó y ordenó un cambio de esos que prenden fuego (sobre todo en un partido de esa trascendencia). A la cancha Franzoia. Afuera Cahais. Es imposible olvidar la cara del defensor saliendo del campo de juego. Y sin pecar de exagerados, poco más que le mutiló su carrera en el xeneize.

martes, 14 de abril de 2009

Carmelo Faraone


Carmelo Faraone llegó a Boca para dirigir el Metropolitano 1982, tras la partida de Vladislao Cap luego de un pobre desempeño en el campeonato Nacional de ese año.
Proclive a innovaciones tácticas y de carácter con mecha corta, Faraone se topó con un Boca bastante empobrecido técnicamente luego del boom Maradona en 1981. No es por hacer nombres propios, pero tener que echar mano a gente como Iturrieta, Apariente, Rodrigues Neto, Bachino, Lúquez y Vijande pueden mandar al muere hasta al mejor entrenador del mundo.
Pese a eso se las rebuscó para dar forma a un equipo combativo que pegó un tercer puesto en el Metro, detrás de Estudiantes e Independiente (a los que se les ganó). En la Libertadores, a la que no se priorizó, hizo agua ya que quedó eliminado en primera fase en un grupo compartido con River y Jorge Wilsterman y The Strongest de Bolivia. Aquí, el tema del recambio fue clave. Y volvemos a lo mismo: algunos jugadores del plantel asustaban a la hinchada y agrandaban rivales.
Siguió hasta 1983 pero los tiempos se acortaron en forma veloz. Eliminado por Argentinos Juniors en octavos de final del Nacional, en el Metro la cosa no mejoró y aguantó casi una rueda: una derrota 0-1 con Unión el 18 de septiembre de 1983 puso fin a su ciclo.
En total dirigió 69 partidos oficiales. Ganó 29, empató 24 y perdió 16. Se convirtieron 102 goles y se sufrieron 72 conquistas en arco propio.De carácter explosivo y temperamental en exceso, vivía los partidos casi al borde de infarto y cualquier fallo o jugada polémica le hacían saltar la térmica y entrar al campo de juego a protestar y pelear con quien se cruzara delante. Quedan el recuerdo numerosos enfrentamientos con árbitros (piña a Bava), rivales y jugadores de Boca (Marito Zanabria y “Gallego” Vázquez por ejemplo)..

lunes, 13 de abril de 2009

Lucas Castromán


Este post está tibio todavía. Recién salido del horno. Nada de jugadores de los noventa y mucho menos de los ochenta o setenta. Su inminente salida del club ya nos da vía libre para escribir acerca del penoso transitar de Lucas Martín Castromán por el xeneize.
Llegó a principios de 2008 proveniente del América de México. Debutó oficialmente el 24 de febrero en la victoria 2-0 con goles de Palermo a San Martín de San Juan como visitante por el Clausura. En el entretiempo le dejó el lugar en la cancha a Neri Cardozo y en ese momento, Lucas parecía tener todo para triunfar. Pese a no venir en la mejor condición física, el volante / delantero iba a ser llevado de a poco para agarrar ritmo de competencia.
Pero la realidad es que no terminó de agarrar ritmo nunca. Es verdad que jugó de a ratos, pero cada vez que entró se lo notó a kilómetros de distancia de compañeros y rivales.
En ese primer semestre jugó 5 partidos oficiales entre Copa y campeonato (en realidad fueron algo así como 270 minutos en total, o sea 3 partidos) y su nivel fue pobre.
Algo excedido de peso, tomó la pretemporada de mitad de año como un salvavidas en el agua y como la última oportunidad de pegar el salto para ganarse definitivamente un lugar. En la gira mexicana hasta le hizo un gol a los Dorados y parecía que su futuro pintaba ídem. Pero... Para el Apertura jugó sólo los primeros 45 minutos de la primera fecha contra el Lobo jujeño y su nivel fue notoriamente flojo. Lejos de las jugadas. Lejos de los rebotes. Sin velocidad. Sin desborde. Ni siquiera aprovechando lo que era su buena pegada con pelota parada. Nada de nada. Ischia lo sacó en el entretiempo para poner a Noir y el “Tito” abrió el camino del 4-0 final. Evidentemente la cosa pintaba jodida para el oriundo de Luján.
Enojado por el lugar que iba perdiendo a manos de Viatri, Mouche, Noir y Figueroa, decidió continuar su carrera (que había comenzado en Vélez, Lazio y Udinese de Italia) en Racing. Una vez instalado en Avellaneda tiró un par de bombas dando a entender que en Boca no se lo había respetado ni tenido en cuenta. En fin...

sábado, 11 de abril de 2009

Boca 1988/89


Arriba: Quique Hrabina, Navarro Montoya, Simón, Richard Tavares, Marangoni y Abramovich.
Abajo: Fabián Carrizo, Graciani, Perazzo, Hoyos y Comas.

viernes, 10 de abril de 2009

La preguna del millón (VI)


¿Cómo carajo hago para hacer patear este penal de vuelta?

Sichuan Quanxing 0 - Boca 3


En el medio del receso por los Juegos Olímpicos de Atlanta 96, Boca no dudó rajarse a una minigira por China. Poco importó estar definiendo el Clausura de ese año y, a pocas fechas del final, se priorizó los verdes billetes en lugar de una puesta a punto de cara a lo que se venía.
Fue así como el 27 de julio se enfrentó al Sichuan Quanxing local en un colmado estadio Chendgdu ansioso por ver a Diego Maradona en acción.
Los goles de Kili González, Vivas (sí, Vivas) y Alphonse Tchami pusieron cifras definitivas a un 3-0 que estuvo más cerca de ser un entrenamiento que de un partido más o menos en serio.
Tras el amistoso, el equipo de Bilardo visitó la muralla china y se volvió a la Argentina para caer con Racing y despilfarrar la chance de obtener el campeonato.

Muchas gracias a Nano de Turdera por la foto.

jueves, 9 de abril de 2009

El uruguayo Bueno vs Valdivieso


La tarde del 23 de septiembre de 2007 dio toda la sensación de que Carlos Bueno estaba hecho a la medida de la camiseta azul y oro. O por lo menos de que estaba dispuesto a ganarse a la hinchada a fuerza de piñas en lugar de goles.
Boca dominaba y buscaba pero perdía increíblemente 0-1 con Gimnasia de Jujuy en la Bombonera y ni los propios jujeños podían creer semejante batacazo.Y en el medio de un partido que ya se venía caldeando a lo loco, el ingreso del uruguayo por Gracián a los 20 del segundo tiempo fue como tirar un bidón de nafta en una fogata.
Con los jujeños haciendo tiempo constantemente en cada saque de arco o tiro libre, y ante la vista gorda de Baldassi, Bueno se quiso hacer el justiciero y no se anduvo con vueltas.
En un remolino que se armó sobre la raya de fondo del arco que da a la calle Brandsen, los jugadores de Boca querían llevarse la pelota al córner y sacar rápido pero los jugadores del Lobo trataban de esconderla. Empujón va, empujón viene, se acercó Bueno y le pegó tremenda piña al arquero Valdivieso en la cara. De todas maneras, semejante box le vino como anillo al dedo al uno visitante que aprovechó y se quedó a vivir en el piso.
De yapa, tras el 2-2 de Berza con un cabezazo en el sexto minuto de descuento (insólitamente todo lo que adicionó Baldassi terminó beneficiando a los que hicieron tiempo). comenzó a perseguir al autor del gol tirándole dos cortitos y una patada para sacarle la pelota que llevaba escondida debajo de la camiseta.
Carlos Bueno no habrá dejado goles ni títulos en el recuerdo de la hinchada. Pero sí un par de piñas.

martes, 7 de abril de 2009

Julio Héctor Apariente


Esta foto del 0-0 con Huracán en cancha de Boca por el Metro 82 deja varias para analizar. De la exquisita pegada de Carlos Babington no podemos adjudicarnos de ninguna manera ser los descubridores. De que la tribuna de socios que da a Casa Amarilla aparezca llena hasta el foso tampoco debería sorprendernos. Ahora, de que el primero de la barrera empezando de la izquierda sea Julio Héctor Apariente y encima lleva el 10 en el pantaloncito Adidas es un tema que no podemos dejar pasar.
Centrodelantero que llegó de Huracán pedido expresamente por Carmelo Faraone. Debutó oficialmente el 18 de julio de 1982 por la primera fecha del Metropolitano. Fue en un 1-1 con Central en Arroyito. En esa fría tarde, su mejor jugada fue dejarle el lugar a Héctor Scotta faltando unos quince minutos para que el ex San Lorenzo empate el partido.
A ese estreno le siguieron once partidos más, algunos por campeonato local y otros por Libertadores pero siempre redondeando un nivel de flojito para abajo.
En sus únicas 12 presentaciones con la azul y oro en el pecho, no pudo convertir goles.
El partido de la foto fue su despedida del xeneize.
Su carrera (que había comenzado en Flandria, Sarmiento de Junín, Ferro, Quilmes y Huracán) continuó en Deportivo Morón.

domingo, 5 de abril de 2009

sábado, 4 de abril de 2009

Boca 1983


Arriba: Hugo Alves, Ruggeri, Krasouski, Gatti, Pasucci y Cacho Córdoba.
Abajo: Potro Domìnguez, Jota Jota López, Gareca, Gallego Vázquez y Carlos Mendoza.

Boca 1 - Tirol 0


En el medio de los siempre picantes partidos de verano contra Racing, Independiente y River se coló un partido que visto ahora a la distancia, no tuvo absolutamente nada que ver.
El 23 de enero de 1990 en el estadio mundialista de Mar del Plata, chocaron el Boca de Aimar y el Tirol de Austria. Fue tres días después de un superclásico que terminó 0-0.
Trámite aburrido, pocas llegadas y encima un solo gol hicieron del encuentro 90 minutos ideales para dormir un poco. O para degustar algunos choris o patys con cebolla.
El gol de Walter Perazzo sirvió para ganar 1-0 y para que "Waltergol" cortara una importante sequía en las redes contrarias.
Los once que alineó el "Cai" esa noche fueron Navarro Montoya, "Chiche" Soñora, Cucciuffo, Moya, Ignacio Medina, José Luis Villarreal, Carrizo, Itabel, "Porota" Barberón, Pico y Perazzo.
Para reflexionar: ¿la camiseta de los austríacos parece la de un equipo europeo serio de primera división?

viernes, 3 de abril de 2009

El "Equi" González


Ezequiel González llegó a Boca para la temporada 2002/03 procedente del fútbol italiano. De la Fiorentina para ser más exactos, previo paso por Rosario Central en sus comienzos.
Debutó oficialmente el 28 de julio de 2002 en la primer fecha del Apertura cuando recibió la orden del "Maestro" Tabárez para ingresar por Omar Perez frente a Nueva Chicago en cancha de Vélez. El 0-0 final, tal vez haya sido todo un adelanto de su intrascendente paso con la azul y oro.
¿Era hábil? Sí. ¿Tenía técnica? Sí. ¿La pedía? Sí. ¿Le fue bien en Boca? No. El tema con el "Equi" es que siempre quedaba la sensación de que podía dar mucho más, de que su partido o gol consagratorio era inminente. Pero pasaban las fechas y "su" momento nunca llegaba.
Jugó en total 27 encuentros e hizo 4 goles (el de la foto fue a Independiente de Medellín por la Libertadores 2003).
Con Bianchi tampoco explotó si bien muchas veces cumplió buenas actuaciones.
A su favor hay que reconocerle un aspecto. Fue el encargado de jugar con la diez tras la partida de Riquelme a Europa. Y las comparaciones eran entonces inevitables.
Tras esa temporada 2002/03 se fue de Boca al fútbol griego y sobrevivió en el Panathinaikos. Luego pegó la vuelta a su Rosario Central en donde está actualmente.

jueves, 2 de abril de 2009

Barcelona 9 - Boca 1



La noche del 21 de agosto de 1984 fue, deportivamente hablando, la más oscura en la historia de Boca. Esa jornada, que en la previa pintaba histórica por el orgullo de ser invitado y enfrentar al Barcelona en el Nou Camp por la tradicional Copa Joan Gamper, terminó siendo nefasta por el 1-9 final con que los catalanes se llenaron los ojos y clasificaron a la final. Y de paso nos encajaron la peor derrota de toda la historia.
Para semejante porrazo hubo una suma de factores. Sería muy fácil decir que el Barça tenía un equipazo comandado por el alemán Bernd Schuster y que ese Boca versión 84 era una especia de banda que deambulaba por los campos de juego con mil problemas futbolísticos y extrafutbolísticos a cuestas. Pero de ahí a comerse nueve goles hay un mundo de diferencia.
Al nivel de juego hay que sumarle otro factor clave: el cansancio. Y no es excusa. La maratón empezó el miércoles 15 de agosto en cancha de Vélez para jugar con Estudiantes por el Metropolitano. El viernes 17 Boca se presentó en Tucumán para enfrentar en un amistoso a Unión (Simoca). Y cuatro días después ya estaba en España para disputar la Copa Joan Gamper.
Como si todo esto fuera poco se suma un hecho que terminó por preparar el terreno para el desastre. A los 33 minutos del primer tiempo y ya con el partido 0-2 se fue expulsado Roberto Pasucci. Antes de los primeros 45 hubo un nuevo gol que mandó a Boca al descanso 0-3 y con 10 jugadores. El panorama metía miedo.
En el segundo tiempo si alguien supuso que el Barça iba a salir con el freno de mano y regulando para la final que se jugaba al día siguiente, se equivocó de punta a punta.
Antes de los 20 metió cuatro goles en el arco de Gatti y ya las cifras se veían tremendas en el cartel electrónico.
Con el 0-7 Boca fue para adelante y logró el gol del honor con un penal pateado por Fernando Morena. Pero a la película de terror le faltaba un final acorde. Dos goles más de los catalanes a los 39 y 41 sellaron el resultado final.
Tras el partido sólo algunas voces trataron de capear la tormenta. El más dolido fue Roberto Mouzo: “…yo nunca me comí nueve y jugué en todas las divisiones de Boca. Me quiero morir. Antes de subir al micro nos cargaban los gallegos. ¿Sabés lo que van a sufrir los hinchas de Boca en la Argentina?...”
Los once que salieron a la cancha bajo las órdenes de Dino Sani fueron: Gatti, Hugo Alves, Mouzo, Pasucci, Córdoba, Krasouski, Mario Alberto, el “Gallego” Vázquez, “Turco” Abdeneve, el uruguayo Morena y Carlos Mendoza. Con el descalabro a medio hacer fueron ingresando Berta, Matabós y Sotelo sucesivamente. Pero muy poco pudieron hacer para evitar este mazazo a la gloriosa historia de Boca.
A los que vivieron esa derrota en edad escolar (yo estaba en quinto grado con 10 años) es el día de hoy que seguramente recuerdan lo que fue entrar al aula al día siguiente. Mamita...

miércoles, 1 de abril de 2009

Bianchi vs Macri


En el segundo semestre de 2001 y con una nueva Libertadores abrochada, Bianchi confirmó sin temblarle el pulso que no iba a continuar en Boca una vez finalizado su contrato a fin de ese año. La realidad es que la relación del Virrey con Macri y en especial con algunos dirigentes de su entorno era como mínimo helada.
Y semejante anuncio puso a casi toda la gente de Boca de la vereda del técnico. El estallido de un clima que venía siendo cada vez más heavy fue en la conferencia de prensa del 23 de septiembre de 2001 luego que Boca le ganara 6-1 a Lanús con gol del japonés Takahara incluido.
En esa oportunidad Macri, en un gesto sin precedentes, irrumpió en la sala y le exigió públicamente a Bianchi que dé explicaciones sobre los motivos por los cuales no iba a continuar luego del 31 de diciembre. Ante semejante apretada, a Bianchi no sólo se le transformó la cara. Se levantó, abandonó la conferencia de prensa y dejó a Macri hablando solo. En ese momento, con Boca alejado de los primeros puestos del Apertura, quedaba como único objetivo la Intercontinental frente al Bayern Munich. Tras la derrota en Japón y con el contrato vencido, Bianchi dejó de ser el técnico del club, cerrando de esta manera su primera etapa en Boca.
A continuación, el cruce que comenzó a las 18.04. Vale aclarar que antes de empezar, el técnico pidió especialmente hablar solamente de fútbol porque "...de mi contrato no voy a hablar...".
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Ingresa Macri. Bianchi se levanta y tira un venenoso "...¿Qué hacés, Mauricio? Parece que siguen las sorpresas..." mientras se daban un congelado apretón de manos y el show estaba por comenzar.
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Macri: “...si vos Carlos querés tirar la toalla y pensás que no vale la pena seguir remando, está bien. Pero vos tenés que darnos una respuesta porque los hinchas de Boca merecemos saber los motivos y no pasar por una situación tan penosa como la que vivimos hoy. Explicarnos por qué el proyecto no sigue y así también yo termino de entender las razones. Hay que aclarar cosas que no están claras...”. Y luego de unos tibios y sospechosos aplausos de algunos “periodistas”, le pasó el micrófono, que a esa altura era una especie de carbón encendido.
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Bianchi: “...recién me hicieron esa pregunta y dije que no iba a hablar de eso. Yo tomé la decisión de no renovar el contrato el 31 de diciembre, nada más. No renuncié y las causas no tengo por qué decirlas. Es así. No hagamos de esto uno de esos programas que pasan todos los días a las 3 o 4 de la tarde. ¿Cómo se llaman? A los 52 años, yo no estoy para eso...".
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Macri: “...vos no entendés que lamentablemente hay gente que pone palabras en tu boca que vos no dijiste. Por eso yo necesito que, por el bien de Boca, si vos realmente querés al club que tanto te ha dado, digas que te vas por una decisión tuya y que no tiene nada que ver con directivos que están dispuestos a irse si es necesario. Pero quiero que lo aclares. No es justo que guardes silencio y que yo no sepa cuál es el problema...”. El tono ya era muy parecido a una orden. La cara de Bianchi se iba desfigurando ante lo bizarra que se tornaba la situación.
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Bianchi: “...es una decisión mía de no renovar. Ya está”. Se levantó, saludó y desapareció ante la mirada desencajada del presidente.
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Macri seguía hablando solo sentado en la mesa: "...no corresponde lo que estás haciendo, tenés que explicarlo por la familia de Boca. Sólo vine acá para que este señor dé explicaciones de por qué cambió de decisión. Desde el presidente hasta el último hincha quieren que Bianchi siga en Boca, entonces queremos saber las causas de su negativa...".
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Según dicen, minutos después Macri se encerró a solas con Pompilio, Zidar y London (no estuvo el cuestionadísimo Orlando Salvestrini) a sacar conclusiones del papelón y reflexionar sobre los pasos a seguir. En el playón de estacionamiento se lo escuchó decir un resignado "...más de lo que hice, no puedo hacer".
Al toque los rumores volaban para todos lados. Macri abrió el paraguas por las dudas: "...el problema es cómo seguimos generando un espacio de trabajo armonioso . Hay cosas importantes en juego. Y en este clima, no se puede trabajar...”.
Off the record se hablaba de llamar a una votación de comisión directiva para rescindirle inmediatamente el contrato a Bianchi. Para completar un panorama dantesco, un delfín del cartonero llegó a declarar: “...si gana la Intercontinental, el mérito es de él. Si la pierde, la culpa es nuestra. Así no va...".
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Mauricio, antes de abandonar la Bombonera, y abatido como pocas veces se lo vio, tiró lo más parecido a un mensaje subliminal para el mismísimo Virrey: "...el fútbol es así: hoy sos Gardel y mañana, canillita". Lo que se dice todo un filósofo.