Ya desfilaron por esta sección equipos nacionales, equipos del exterior, jugadores y hasta provincias enteras. Así que hoy, en este humilde acto, le brindamos todo nuestro reconocimiento (?) a Rodolfo Motta, un experimentado director técnico que siempre se destacó por tres cosas: su enrulada cabellera, su constante laburo tratando de zafar de descensos y, lo que nos importa en esta oportunidad, su experiencia dirigiendo a distintos equipos que usando la misma receta terminaron arruinándole varias jornadas a Boca.
Todo pasaba a segundo plano cuando el fixture ponía en el horizonte a alguno de los tantos cuadros que dirigió Motta en la década del ochenta. Así que daba lo mismo juez, localía, día de la semana, luz natural o artificial, la cosa es que ya estaba asumido que Boca iba a parir para tratar de romper los 4-4-2 ásperos y bien cerraditos atrás, que eran marca registrada del entrenador. Y pasar de un empate se convirtió en misión imposible.
El Nueva Chicago 1983 de Motta protagonizó contra Boca un lindo Viet-Nam (?) en la Bombonera. Empate 1-1 a raspada limpia con Berta y Larramendi como abanderados, la tarde que los dirigentes tuvieron que abrir el estadio ante una huelga del personal administrativo del club. Ah, vale decir que ese equipo del Torito terminó yéndose al descenso a fin del campeonato. Los héroes de Mataderos con que Motta le hizo frente a los Mouzo, Gareca, Ruggeri y compañía fueron Traverso, Lucca, Loyarte, Larramendi, Juan Carlos Erba, Fusani, Fren, Vega, Acuña, Vera Benítez y Otermín.
Que Platense se hacía panzadas con Boca por aquellos años no es novedad. Así que podemos decir que Motta estuvo a la altura de las circunstancias sacando dos empates visitando a Boca: 1-1 por la segunda rueda del Metro 84 haciendo de local en cancha de River y el 2-2 del 25 de agosto de 1985 en la Bombonera por la primera rueda de la temporada 1985/86. Una tarde que Boca estuvo dos veces en ventaja pero primero Abdeneve con un gol maradoniano en el arco de Casa Amarilla, y luego un grueso error de Balerio, permitieron el empate Calamar.
A cartón seguido, nuestro querido (?) Motta hizo pata ancha con Temperley durante la temporada 1986/87. Dos pardas que fueron puntazos para que el Gasolero engrosara su promedio pero que en definitiva no le sirvieron de mucho ya que terminaría descendiendo. Los empates fueron un 2-2 en cancha de Vélez dondo Temperley hizo de local y un heroico 0-0 en la Bombonera que impidió al equipo de Menotti tomar por asalto la punta del campeonato a pocas fechas del final. Esa nublada tarde del 28 de marzo 1987, Puentedura fue figura, se atajó todo y el Celeste terminó pungueando (?) un punto que sería clave en el conteo final. Pero ojo que adelante de Puentedura hubo diez maratonistas dispuestos a inmolarse por la causa Motta. A saber: Pavón, Orlando Ruiz, Tanucci, la Oveja Bordet, Jorge Cabrera, Marioni, Dalla Líbera, Carrizo, el Polaco Matuszyckz y Barrella.
En la temporada 1989/90 el turno fue de Racing de Córdoba. ¿El turno de qué? De cagarle la existencia a Boca para también terminar yéndose a la B. En la última fecha del campeonato, la cosa tomó visos de vida o muerte (?). Para no irse a la B, Racing de Córdoba necesitaba ganar y que Chaco For Ever no sume de a dos frente al Bicho en Resistencia. Y así fue como en Nueva Italia, Boca no estuvo a la altura de lo que se jugaba y cayó 0-1 sin excusas. Argentinos empató en Chaco sobre la hora y la historia terminó con un desempate Chaco For Ever - Racing de Córdoba para ver quien se quedaba en primera. Y cómo vendría de dulce Motta, que pidió especialmente jugar ese partido en la Bombonera. Pero enfrente estuvieron los chaqueños y no el xeneize, así que la cábala no le dio muy buen resultado si vemos el 5-0 final de For Ever.
Y ya que hablamos de Chaco For Ever, aterrizamos por fin en el último capítulo de Motta enfrentando a Boca. Fue en el arranque del Apertura 90, más precisamente el 16 de septiembre de 1990 y en las condiciones más desfavorables que se puedan imaginar. El Boca de Aimar venía de cuatro triunfos en las primeras cuatro fechas y movilizó una multitud digna de una final para recibir a For Ever en la Bombonera. Los chaqueños, más partenaire que nunca, cerraron filas y prendieron velas a un Ciancaglini que sacó todo lo que le tiraron. También hicieron un poco de tiempo y rasparon duro y parejo en mitad de cancha, dos detalles que nunca faltaban en los equipos de Motta. El 0-0 final fue tomado casi como una derrota y terminó siendo el comienzo del fin para el ciclo Aimar.
Repasando y si las cuentas no nos fallan, fueron 7 enfrentamientos con 5 equipos diferentes y cero triunfo boquense contra equipos de Rodolfo Motta que sólo aspiraban a mantener la categoría y que perdían contra todos (?) menos contra Boca.
Todo pasaba a segundo plano cuando el fixture ponía en el horizonte a alguno de los tantos cuadros que dirigió Motta en la década del ochenta. Así que daba lo mismo juez, localía, día de la semana, luz natural o artificial, la cosa es que ya estaba asumido que Boca iba a parir para tratar de romper los 4-4-2 ásperos y bien cerraditos atrás, que eran marca registrada del entrenador. Y pasar de un empate se convirtió en misión imposible.
El Nueva Chicago 1983 de Motta protagonizó contra Boca un lindo Viet-Nam (?) en la Bombonera. Empate 1-1 a raspada limpia con Berta y Larramendi como abanderados, la tarde que los dirigentes tuvieron que abrir el estadio ante una huelga del personal administrativo del club. Ah, vale decir que ese equipo del Torito terminó yéndose al descenso a fin del campeonato. Los héroes de Mataderos con que Motta le hizo frente a los Mouzo, Gareca, Ruggeri y compañía fueron Traverso, Lucca, Loyarte, Larramendi, Juan Carlos Erba, Fusani, Fren, Vega, Acuña, Vera Benítez y Otermín.
Que Platense se hacía panzadas con Boca por aquellos años no es novedad. Así que podemos decir que Motta estuvo a la altura de las circunstancias sacando dos empates visitando a Boca: 1-1 por la segunda rueda del Metro 84 haciendo de local en cancha de River y el 2-2 del 25 de agosto de 1985 en la Bombonera por la primera rueda de la temporada 1985/86. Una tarde que Boca estuvo dos veces en ventaja pero primero Abdeneve con un gol maradoniano en el arco de Casa Amarilla, y luego un grueso error de Balerio, permitieron el empate Calamar.
A cartón seguido, nuestro querido (?) Motta hizo pata ancha con Temperley durante la temporada 1986/87. Dos pardas que fueron puntazos para que el Gasolero engrosara su promedio pero que en definitiva no le sirvieron de mucho ya que terminaría descendiendo. Los empates fueron un 2-2 en cancha de Vélez dondo Temperley hizo de local y un heroico 0-0 en la Bombonera que impidió al equipo de Menotti tomar por asalto la punta del campeonato a pocas fechas del final. Esa nublada tarde del 28 de marzo 1987, Puentedura fue figura, se atajó todo y el Celeste terminó pungueando (?) un punto que sería clave en el conteo final. Pero ojo que adelante de Puentedura hubo diez maratonistas dispuestos a inmolarse por la causa Motta. A saber: Pavón, Orlando Ruiz, Tanucci, la Oveja Bordet, Jorge Cabrera, Marioni, Dalla Líbera, Carrizo, el Polaco Matuszyckz y Barrella.
En la temporada 1989/90 el turno fue de Racing de Córdoba. ¿El turno de qué? De cagarle la existencia a Boca para también terminar yéndose a la B. En la última fecha del campeonato, la cosa tomó visos de vida o muerte (?). Para no irse a la B, Racing de Córdoba necesitaba ganar y que Chaco For Ever no sume de a dos frente al Bicho en Resistencia. Y así fue como en Nueva Italia, Boca no estuvo a la altura de lo que se jugaba y cayó 0-1 sin excusas. Argentinos empató en Chaco sobre la hora y la historia terminó con un desempate Chaco For Ever - Racing de Córdoba para ver quien se quedaba en primera. Y cómo vendría de dulce Motta, que pidió especialmente jugar ese partido en la Bombonera. Pero enfrente estuvieron los chaqueños y no el xeneize, así que la cábala no le dio muy buen resultado si vemos el 5-0 final de For Ever.
Y ya que hablamos de Chaco For Ever, aterrizamos por fin en el último capítulo de Motta enfrentando a Boca. Fue en el arranque del Apertura 90, más precisamente el 16 de septiembre de 1990 y en las condiciones más desfavorables que se puedan imaginar. El Boca de Aimar venía de cuatro triunfos en las primeras cuatro fechas y movilizó una multitud digna de una final para recibir a For Ever en la Bombonera. Los chaqueños, más partenaire que nunca, cerraron filas y prendieron velas a un Ciancaglini que sacó todo lo que le tiraron. También hicieron un poco de tiempo y rasparon duro y parejo en mitad de cancha, dos detalles que nunca faltaban en los equipos de Motta. El 0-0 final fue tomado casi como una derrota y terminó siendo el comienzo del fin para el ciclo Aimar.
Repasando y si las cuentas no nos fallan, fueron 7 enfrentamientos con 5 equipos diferentes y cero triunfo boquense contra equipos de Rodolfo Motta que sólo aspiraban a mantener la categoría y que perdían contra todos (?) menos contra Boca.