martes, 30 de junio de 2009

Boca Juniors de Cali (Colombia)


Hemos creado esta nueva sección en la que en una investigación a lo largo y a lo ancho del globo terráqueo estaremos documentando la actualidad e historia de diferentes equipos, en los más diversos países de diferentes continentes, que se han inspirado en nuestro querido Boca Juniors para fundar equipos con el mismo nombre y en algunos casos hasta con los mismos colores.
Es el caso del Boca Juniors de Cali, el cual a través de las investigaciones preliminares, creemos que tal vez fue el más exitoso de los “otros” Boca Juniors.

Este equipo ha conformado desde el comienzo (1939) la Liga Profesional de Fútbol de Colombia y ha militado en ella hasta 1957, cuando por problemas financieros en casi todos los equipos del fútbol colombiano, dejó de participar en torneos profesionales.
Los colores de Boca Juniors de Cali se han inspirado efectivamente en nuestro Boca Juniors.
Su fecha de fundación se remonta al 1939 y su campo de juego, donde disputaba sus encuentros como local era el mítico Pascual Guerrero (inaugurado en 1937), estadio en el que nuestro Boca Juniors ha jugado sólo 5 partidos oficiales y en el que la estadística nos hes favorable con un record de 2 partidos ganados, 2 empatados y solo 1 perdido a manos de Deportivo Cali por la Copa Libertadores 2001.
Boca Juniors de Cali ganó en dos ocasiones la Copa Colombia, justamente en sus dos ediciones iniciales (1951 y 1952), derrotando en las finales a Independiente Santa Fé y a Millonarios de Bogotá.
Además, logró dos subcampeonatos del Campeonato Profesional Colombiano, también en los años 1951 y 1952, en las dos ocasiones siendo segundo del Millonarios que contaba con don Alfredo Di Stéfano (goleador de ambos torneos y técnico campeón con Boca en 1969) y dirigido técnicamente por don Adolfo Pedernera, quien sería técnico de nuestro Boca Juniors en los años 1966 y 1967.
Luego de su desafiliación en 1957, el Club pasó al ostracismo total, jugando en ligas menores.
En el año 2006, cuando en Colombia se creó la Copa El País, organizada por la Liga Valleucana de Futbol, el equipo boquense, como lo llaman en el país del norte de Sudamérica, volvió a participar en un torneo reconocido por la Federación Colombiana de Fútbol, logrando 3 nuevos subcampeonatos, tanto en 2006, 2007 como en 2008.
Hoy en día también el equipo caleño participa en torneos de Pony Futbol o fútbol juvenil, donde se ha consagrado campeón 2009 de este torneo organizado desde 1984 entregando una nueva vuelta olímpica, esta vez frente al Barrio Fátima de Medellín, jugando de visitante.

También es de destacar que Boca de Cali se enfrentó a nuestro Boca en 2 oportunidades, ambas en el Pascual Guerrero y en ambas ocasiones se impuso Boca Juniors de Argentina 3-1.

lunes, 29 de junio de 2009

Festejos Imborrables (XII)


Tribuna de socios que da a Casa Amarilla minutos antes que salga Boca. Metropolitano 1981.
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(Gracias a Matías Gontan)

Trejo y su fuga al Mallorca


Cuando empezó a comentarse que había un pibe de inferiores con características muy parecidas a las de Carlitos Tévez, nadie pudo imaginar semejante desenlace para una de las joyas de Casa Amarilla. Porque todo lo que prometía Oscar Guido “Chocota” Trejo quedó sepultado tras su huida al fútbol de España.
Centrodelantero con potencia y habilidad, que a los 17 años jugó su único partido oficial en Boca. Fue el 3 de julio de 2005 por la última fecha del Clausura. Esa tarde-noche, un Boca de emergencia y con el Chueco Alves como técnico, puso un montón de juveniles para que vayan y jueguen frente a Almagro en José Ingenieros. Más allá de lo anecdótico de la derrota 2-3 y la suspensión del partido a los 20 del segundo tiempo, la imagen que dejó Trejo fue un poco la confirmación de todo lo bueno que se venía hablando de él. Y encima mandarse con un buen gol de frente a la hinchada de Boca, no hacía otra cosa que fogonear las esperanzas puestas en él.
Pese a todo, en el ciclo Basile pudo jugar apenas unos minutos en algunos amistosos de la pretemporada a mediados de 2006. Y acá empieza la parte más jugosa.
Como todavía estaba sin contrato, Boca le acercó un borrador que, según dicen, el pibe aprobó. Pero mientras su mamá decía que Oscarcito estaba descansando en Santiago del Estero y su pasaporte estaba en las oficinas de Boca, Trejo hizo una mágica aparición en la Madre Patria a principios de 2007. ¿Con qué pasaporte viajó? Tremenda pregunta.
Lo concreto es que usando el viejo truco de la patria potestad, se rajó con el pase en su poder y comenzó a coquetear con el Sevilla para finalmente terminar firmando en el Mallorca.
Boca presentó un reclamo pidiendo diez millones de euros (?) por su pase, pero un par de meses después, el Tribunal de Arbitraje Deportivo falló en su contra, habilitando el transfer de Oscar Trejo para que pueda plasmar en España todo lo que aprendió en La Boca.

sábado, 27 de junio de 2009

viernes, 26 de junio de 2009

Los cuatro penales errados en Manizales


Boca, a lo largo de su historia, cayó en un montón de definiciones por penales. Infinidad de veces le fue bien e infinidad de veces le fue mal. Tuvo tardes fatídicas (contra Ñuls en 1991) y noches perfectas (frente a River en 2004). En algunos casos pudo haber buena suerte (contra Pumas en 2005) y en otras no tanto (frente a Olimpia en 1989). Pero lo que no registra muchos antecedentes que digamos (en Boca y a nivel mundial) es patear cuatro penales y errarlos todos.
Fue la noche del 1 de julio de 2004 y nada menos que definiendo una Libertadores. En el estadio Palogrande de Manizales, Boca vivió un verdadera calvario en esa definición por penales. El hasta entonces casi desconocido Once Caldas de Colombia, sacó provechó, y le arrebató el título al campeón defensor.
Tras empatar 1-1 en los noventa, el encargado de ejecutar el primer penal fue Rolando Schiavi. La verdad, una garantía. Pero el Flaco la quiso poner en el ángulo y la mandó a la tribuna.

El segundo en la lista fue Cascini. Que venía con la chapa del penal ante el Milan. Pero el Mosquito tiró un bombazo casi al medio del arco y a media altura. Bombazo que fue rechazado por el arquero.

El tercero, y ya con el agua al cuello, fue Nico Burdisso. La quiso asegurar como indican los manuales. Fuerte, arriba y al medio. Pero fue demasiado alto y la pelota le movió el arco a Henao tras reventar el travesaño.

El cuarto y último, fue responsabilidad nada menos que de Franco Cángele. Un pibe que había hecho un buen partido pero al que, si nos guiamos por la cara que tenía al acomodar la pelota, la situación lo había sobrepasado. A esa altura el estadio era un infierno y los festejos del local inminentes. Cángele tiró una masita. Débil, de rastrón y no muy esquinado. Una papa para un Henao que se hizo famoso esa noche. Esa fatídica noche para Boca.

Arley Dinas


Si hubiera que armar un top cinco de las incorporaciones más descolgadas en la historia del club, seguramente habría que hacerle un merecido lugar a la llegada de Arley José Dinas. Porque para ser sinceros el desembarco del colombiano no tuvo absolutamente nada que ver con nada.
Y si no, que alguien con mucha imaginación trate de explicar por qué se trajo a un marcador central cafetero, desconocido, limitado, ya con 28 pirulos sobre el lomo y sin ninguna chance de meterlo en una futura transacción a Europa. Para completar el panorama, el puesto estaba bastante cubierto con Nico Burdisso, el flaco Schiavi, Crosa y César el Beto González.
Entonces, ¿por qué Dinas llegó a Boca? Comentarios muy off the record, de esos que son casi imposibles de probar, siempre apuntaron a una especie de apuesta que recibió el representante del defensor. Y el empresario, sólo para mostrar su poder y sus contactos, juró a su desafiante que era capaz de llevar en cuanto se lo propusiera a un Dinas casi de vuelta al mismísimo Boca Juniors de la Argentina.
Lo cierto es que de buenas a primeras se cerró la operación y el colombiano se preparó para llegar a La Boca en septiembre de 2002. Y según declaraciones del propio Dinas, la idea le cerraba: "...ya está todo acordado, así que en las próximas horas viajaré hacia Buenos Aires. Juego de centrocampista o de defensor y tengo mucha expectativa por llegar a un club como el Boca...".
A la hora de calzarse los cortos, lo de Dinas duró nada. Técnicamente fueron 2 partidos, aunque en realidad fue 1 y medio. Disputó la llave de octavos de final frente al Lobo por la Sudamericana. Jugó los noventa en la derrota 1-3 en el Bosque (11 de septiembre) y los primeros cuarenta y cinco en la revancha 0-0 en Salta (una semana después). En ese entretiempo, el Maestro Tabárez lo sacó para quemar las naves con el Equi González.
Tras la eliminación armó los bolsos y se fue silbando tan bajito como cuando llegó.
Su carrera, iniciada en el América de Cali, tres ciclos en el Deportes Tolima, Deportivo Cali y un paso bizarro por el Bellmare Hiatsuka de Japón, siguió en Millonarios de Bogotá.
Para el final nos gustaría saber si en su corta estadía, por lo menos habrá tenido tiempo de hacerse una escapada para probar la fugazzeta de Banchero y sacarse un par de fotos en Caminito. Ojalá que sí.

jueves, 25 de junio de 2009

La mitad más dos (II)


Coppola, Francis Ford. Guionista, productor y director de cine.
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(Gracias a Juan Martín Muñoz)

miércoles, 24 de junio de 2009

Julio César Balerio


Seria tan fácil como injusto ponerse a señalar con el dedo si Julio César Balerio, uruguayo que atajó en Boca durante 1984 y 1985, era un arquero bueno, regular o malo. En este caso en particular, mucho más que en otros, hay que tener muy en cuenta el contexto. Porque al charrúa, más allá de sus condiciones, le tocó ponerse en el arco de Boca quizás en los momentos más difíciles de la historia xeneize.
Procedente de Bella Vista de Uruguay, debutó oficialmente el 13 de mayo de 1984 por la séptima fecha del Metropolitano. Ese Boca que venía de derrota en derrota, empató 0-0 con Racing de Córdoba en cancha de Vélez. Al partido siguiente, en Arroyito frente a Ñuls se volvió a empatar 0-0 y Balerio, además de cumplir una buena actuación, le contuvo un penal a Victorino. El inicio no pudo ser mejor.
Tras cartón, Boca volvió a una Bombonera semihabilitada y le ganó dramáticamente a Unión 1-0. Luego aguantó los cascotazos de Temperley en el Sur, de donde se trajó otro agónico 1-0. Y su quinto partido, fue un trabado y desprolijo 0-0 contra Chacarita en Liniers. Recién recibió su primer gol en contra a los 34 del segundo de tiempo en el choque con Argentinos en Ferro.
Para los amantes de las estadísticas hay tal vez un nuevo desafío. ¿Pudo algún arquero debutante mantener su valla en cero en los primeros cinco partidos (casi seis)? Desde ya que no es poca cosa, y si a eso le sumamos que fue en el Boca del 84, los 529 minutos toman características de hazaña digna de levantarle un monumento a Julio César Balerio.
En el Nacional 85 fue el arquero titular nuevamente y en el campeonato 1985/86 comenzó atajando en los primeros partidos, pero la recuperación física, anímica y contractual de Hugo Gatti lo mandó, merecida o inmerecidamente, derechito al banco de suplentes.
Jugó en total 38 partidos y su despedida no fue la mejor. El 8 de dicembre de 1985 salió en el entretiempo en un partido con Vélez. Dejó el arco con tres pepas adentro para que entre el Torito Genaro y Boca termine perdiendo 2-5 en Liniers.
Su carrera siguió en Racing de Avellaneda, Blooming de Bolivia y Deportivo Sipesa y Sporting Cristal de Perú, país donde años mas tarde se nacionalizó.

domingo, 21 de junio de 2009

Festejos Imborrables (XI)


Guillermo Barros Schelotto frente a River. Clausura 2003.

Bianchi vs Plateísta de la preferencial


No es un hecho muy común ver a un director técnico del club pelearse con un hincha de Boca en pleno partido y ante las cámaras de televisión. Y eso que por el banco de suplentes desfilaron, entre otros, un Habegger que aguantó escupitajos, un Aimar que aguantó botellazos y un Basile que aguantó petacas de whisky y cubitos de hielo.
Por eso, queda la sensación de que lo que tuvo que soportar Carlos Bianchi la tarde del 2 de noviembre de 2003 fue un poroto. Tarde recordada por todo lo que atajó el arquerito de Independiente y por la tremenda murra a Carlos Tévez que lo sacó de las canchas por un largo tiempo.
La piedra de la discordia fue Miguelito Caneo. Una especia de pollo del Virrey, bancado en muchas oportunidades cuando ya quedaba medio evidente que al pibe no le daba el cuero para ser el enganche de Boca.
Y esa tarde de 0-0 ante el Rojo en la Bombonera, luego de que Caneo rifara un par de avances, un plateísta de la preferencial se sacó y le gritó al juvenil y al mismísimo Virrey para que lo reemplazara.
Bianchi, dejando a un lado su característico perfil ultrabajo, reaccionó y encaró derechito hacia donde estaba el plateísta al grito, tal vez desmedido, de que si no le gustaba el pibe se vaya a su casa a ver el partido por tele.
Si nos agarramos de los hechos, algo de razón habrá tenido el plateísta, porque a los 20 del segundo tiempo, tras una flojita actuación, Miguel Eduardo Caneo voló a las duchas dejándole el lugar a Cángele.
Para el final, nos queda un interrogante: ¿no habrá sido peor el remedio que la enfermedad?

sábado, 20 de junio de 2009

Guzmán incendiado por Veira frente a Deportivo Español


Cuando un hincha es testigo del momento en qué un técnico saca e incinera a un jugador, inmediatamente se da cuenta de que la carrera de ese tipo ya no será nunca más la misma. Y, sin importar quién tenga la razón, es normal que uno tienda a solidarizarse con el jugador y hacerle algún reproche al DT por semejante acto.
Pero es muy probable que en el caso que nos ocupa ahora, la enorme mayoría haya festejado la decisión del entrenador. Porque en esta vida, todo tiene un límite.
La tarde en cuestión fue la del 1 de junio de 1997. El Boca de Veira hacía rato que venía a los tumbos en el Clausura y en esa jornada recibía a Deportivo Español en la Bombonera. Con Sandro Guzmán bajo los tres palos. Guzmán, que un tiempo antes le había quitado el puesto a Abbondanzieri, venía más a los tumbos que ese Boca. Ya no daba seguridad ni a los defensores ni al técnico y mucho menos a la hinchada. Se había comido varios goles y quedó definitivamente en la mira la tarde-noche que Boca le ganaba a River 3-0 y terminó empatando.
Ese partido con Español empezó torcido desde el vamos. Antes de los cinco minutos, en una jugada confusa en el área de Boca, le patearon a Guzmán. El uno quiso embolsar pero la pelota le pegó en el pecho y dio un rebote larguísimo. Cuando Almirón puso el 0-1, los bombos de “La 12” pararon de sonar durante cinco segundos. Y eso, se sabe, es sinónimo de condena popular. A partir de ese momento, cada pelota que llegaba a Guzmán iba acompañada de silbidos al principio y aplausos irónicos cuando la agarraba. La historia estaba sentenciada. Pero faltaba la estocada final.
Cuando los equipos salieron al segundo tiempo, sorprendió ver a Pato Abbondanzieri yendo hacia el arco del Riachuelo. El Bambino había metido mano a fondo y rompió todos los códigos al reemplazar al arquero sin haber una lesión de por medio. Cuando tras la derrota 1-3 le preguntaron el por qué del cambio, inmortalizó una respuesta épica: “...a Guzmán lo saqué para protegerlo...”. Menos mal.

viernes, 19 de junio de 2009

Carlos Marinelli


Cualquier ser humano (?) que siga los pasos de su padre y, aunque sea por poco, logre superarlo debe sentir una enorme satisfacción. Y en tren (?) de imaginar ejemplos debe estar el de Carlos Ariel Marinelli, enganche clase 1982, que no sólo siguió el camino de su progenitor, sino que lo superó. Apenitas, pero lo superó. Su papá, Héctor, jugó en Boca sólo dos partidos a mediados de los sesenta. Y Carlos Ariel, con la azul y oro en el pecho, se dio el gustazo de vestirla en 3 encuentros oficiales en los que no pudo hacer goles.
Llegó de Argentinos Juniors a fines de la década del noventa para sumarse al megaproyecto de inferiores que transitaba el xeneize. Pero Marinelli no llegó a debutar en primera que ya estaba armando los bolsos para irse a Inglaterra a jugar en el Middlesbrough. De allí pasó al Torino de Italia para luego, a comienzos de 2004, recalar en el Boca de Bianchi.
Llegó con bastantes bombos y platillos, ya que la experiencia europea, en teoría, había terminado de forjar a un supuesto crack a punto de dar el gran salto.
Su debut fue un día bisiesto. El domingo 29 de febrero Boca recibió a Vélez en la Bombonera por el Clausura. Hubo mucha expectativa por ver las fintas de un Marinelli que tuvo cierta participación en el primer gol de Boca, ya que saltó a cabecear un centro y forzó a que Alcaraz la meta en contra de su propia valla.
Pero la cosa no terminó bien. Promediando el segundo tiempo, en un ataque velezano sobre la derecha, Marinelli se dejó gambetear y cometió el peor de los pecados: no siguió a su marca y lo dejó desbordar y tirar el centro con toda la comodidad del mundo. Para colmo de males, el centro fue conectado por el uruguayo De Souza y la pelota fue a descansar dentro del arco que da a la calle Brandsen. Hubo enseguida murmullos por lo grave de la jugada. No fue imperdonable que haya sido gambeteado. Pero sí fue imperdonable desentenderse de la jugada y ni siquiera correr de atrás al rival.
Bianchi debe haber entendido lo mismo porque a los cinco minutos lo sacó del campo de juego para poner al brasileño Iarley. El 3-3 final no dejó muy bien parado que digamos a Carlos Marinelli. Es sabido que el Virrey freeza al que sea ante actitudes de ese tipo.
Jugó dos partidos más (triunfos 2-1 a Banfield y 4-1 a Racing) en marzo y chau Marinelli. Off the record todos coincidían en que la falta de compromiso y su marcada pachorra le cavaron la fosa en el xeneize.
Se fue de Boca y siguió su carrera por distintos rincones del planeta: Sporting Braga de Portugal, Kansas City de USA y Millonarios de Bogotá.

miércoles, 17 de junio de 2009

El fiasco de Boca TV


Las movidas marketineras de la gestión Macri no se limitaron exclusivamente a la contratación de jugadores japoneses, chinos, belgas o húngaros. Tampoco por tirar abajo los palcos y levantar en su lugar plateas preferenciales. Y menos aún por formar un sospechoso Fondo Común de Inversión.
En uno de sus proyectos más audaces y lanzados, y dándole forma a un viejo sueño, se le dio impulso a Boca Televisión, un canal de 24 horas que ponía en pantalla la vida institucional y deportiva del club mechándola con historias acerca del barrio de La Boca.
El nuevo canal fue un emprendimiento conjunto de PRAMER (productora), Compañía Deportiva y Boca Juniors. Y su lanzamiento fue a todo trapo.
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NACIMIENTO
El lunes 17 de noviembre de 2003 más de 1500 invitados abarrotaron el Museo de la Pasión Boquense para luego ser testigos de un impresionante show de fuegos artificiales, de la algarabía de una murga y de la excitación generalizada por tan gigantesco proyecto puesto en marcha.

Y el optimismo brotaba a cada paso. Juan Fabbri, capo de Companía Deportiva SA no se andaba con chiquitas: "...Boca Televisión ya arranca con la mitad más uno de los televidentes, lo que representa una enorme audiencia para nosotros. No será una señal sólo de fútbol, sino que también abarcará las otras actividades deportivas, la vida social y la relación con la comunidad de uno de los clubes más populares del mundo. Además contará la historia de uno de los barrios porteños más reconocidos internacionalmente que, con su particular encanto, atrae a miles de turistas. Se trata de un gran desafío producir una programación, única en su tipo, que será la primera en su género de toda América y el quinto caso en todo el mundo, junto con la Juventus, el Manchester United, el Real Madrid y el Barcelona...".
El capo de Pramer, Claudio Bevilacqua, no descuidaba el costado comercial de la cosa: "...Boca Televisión representa un desafío para nosotros: ofrecer una nueva señal temática bien definida, como lo son todos nuestros productos. En este sentido, creemos que Boca Televisión se convertirá en una vía de acceso a un nuevo mercado específico. Esperamos trasladar rápidamente a los cableoperadores y anunciantes el enorme interés que este canal despertará entre los televidentes...".
Por su parte, el presidente de Boca, tal vez en un fallido, aseguró: “...hace tiempo que queríamos tener nuestra propia señal televisiva porque es a través de la comunicación que esta pasión por Boca puede crecer en todo el mundo, lejos de la violencia y lejos de la locura que rodea al fútbol", Si la idea era hacer crecer la pasión por Boca “lejos de la locura del fútbol” y “cerca de un canal de televisión” ya había claras señales de que no se iba a buen puerto.
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DESARROLLO
Los primeros días de diciembre de 2003 fueron un hervidero. Con Boca campeón del Apertura y arriba de un avión para ir a Yokohama a enfrentar al Milan, Boca TV tuvo un escenario ideal para su promoción. Diarios y radios de todo el país, en especial los del interior, e incluso sitios de internet de Brasil, Uruguay, Chile, Venezuela y España pusieron en sus titulares la irrupción del canal xeneize.
De arranque, la pantalla de Boca TV contó con un mix que buscaba abarcar todas las aristas posibles del mundo Boca.
En su grilla inicial pudo verse “Fútbol juvenil”, un ciclo que ponía el aire por primera vez partidos completos de divisiones inferiores con los comentarios de Jorge Griffa.
De la mano de "Boca TV Noticias", con Gabriela Carchak y "Por el club", con Claudia Cuis, se intentó captar al público femenino así como con "Categoría Dama", programa donde iban hinchas famosas. Y si hablamos de público femenino, no podemos dejar de mencionar el recordado (?) “Fútbol con rouge”.
La parte más jugosa venía con los programa partidarios. Daniel Campos, conductor de "Pintado de azul y oro", trató de hacer buena letra, pero le duró poco: "...seguiremos igual que siempre, con media hora por día, analizando el fútbol pero con el desparpajo habitual que el hincha ya conoce bien. Quizás al principio nos cuidemos un poquito de no ser muy ácidos con ciertos comentarios pero eso será hasta que el televidente se acostumbre...".
En “Dale Bo”, por lejos el más bizarro, era muy fuerte ver a Formento y su inolvidable co-equiper, Marcelo Oveja Lerner, cantar (?) y desafinar contra River.

Roberto Leto, se convirtió en figurita repetida y era sólo cuestión de poner Boca TV para verlo. Supo conducir "La mitad más vos" (junto al gordo Marcelo Palacios), "Por el título" (repetición de recordadas finales), “El rival” (analizaba cuestiones tácticas de los rivales a enfrentar) y "Palco de prensa" (opinión y polémica junto a periodistas y jugadores invitados).
Tanto calce se le dio a Leto, que incluso participó de "Radio Mitre en Boca TV", una especie de antecesor de lo que hoy es “Minuto Cero”. Allí se televisaba en vivo las transmisiones radiales de la previa de los partidos de Boca.
A sabiendas que muchos espectadores soñaban con poder ver los partidos, o aunque sea el campo de juego, los directivos del canal no se mostraron muy preocupados que digamos: "...venimos a sumar adeptos al club y no a competir con las transmisiones en vivo. Sumaremos fanatismo a los canales de deportes...".
Para ese momento, en Multicanal ya podía verse una notoria inclinación al costado marketinero del negocio, ya que constantemente aparecían en pantalla los productos Boca oficiales, acompañados del famoso "llame ya". En CableVisión, por ese entonces, no había ni noticias de Boca TV.
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AGONÍA
A mediados de 2004, ante evidentes desprolijidades en los programas (como el poco feliz caso del Flaco Vivaldo en “Palco de prensa”) y seguramente lejos de los ganancias soñadas por los capos, se buscó a ciegas con algunos manotazos desesperados. Y bastantes improductivos por cierto.
Como el ciclo “El show de Dalma”, un programa que arrancó en septiembre de 2004 y mostraba sketchs y entrevistas realizadas por Dalma Maradona. La presencia de algunos invitados confirmó el rumbo del ciclo. Porque todo bien con Ronnie Arias, Leo García o Piñón Fijo, pero es evidente que el hincha de Boca no esperaba ni por asomo ese tipo de reportajes. Evidentemente se buscaba captar otro público. Para rematarla, la Dalma rellenaba su programa con videos de rock y si quedaba tiempo pasaba algún video viejo con goles de su papá. Un despropósito.

A comienzos de 2005, el agua comenzó a entrar por todos lados. Puras repeticiones de partidos viejos, historias de ídolos y programas que, de tanto pasarlos, ya aburrían hasta al hincha más fanatico. Imposible olvidar esta etapa, en la que el gordo de Crónica presentaba el programa “Planteles dorados” varias veces en el mismo día. Una burla.
Para hacer más evidente el ocaso, y de paso probar tratando de enganchar otro target, empezó a ganar espacio “Fantástico Bailable en Boca TV“. Típico programa de bailanta con grupos de cumbia cantando o directamente haciendo playback. Digno, pero tal vez no para una señal televisiva de un club de fútbol.

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MUERTE
Para marzo de 2005, Boca TV voló de la grilla de Cablevisión, y aguantó en Multicanal hasta noviembre, cuando finalmente dejó de emitirse.

Nelson Iturrieta


La idea de traer el recuerdo de tipos como Nelson Fabián Iturrieta no es para rendirles homenaje ni mucho menos. Simplemente se trata de tener lo más presente posible a jugadores de sospechoso deambular por el club. Y si de paso, aunque sea de pedo (?), le encontramos algo que nos llame la atención, listo el pollo (?).
Marcador de punta izquierdo surgido de las inferiores durante 1981 que ya de entrada nos regala su primera rareza. Porque debutar con la camiseta de Boca jugando en Costa de Marfil contra el Stade Abidjan no es cosa que se pueda ver muy seguido.
Su estreno oficial fue días más tarde. El 29 de noviembre de 1981 por la primera fase del Campeonato Nacional en el 1-1 contra Estudiantes en la Bombonera.
Jugó un par de partidos más por ese Nacional y algunos otros por el Metro 1982. Al perder continuidad en el Boca de Faraone, toda la hinchada descontó que la mano venía por el lado de su pobre nivel futbolístico. Sin embargo, en una entrevista a la revista El Gráfico, el pibe dio señales de contar con otra versión acerca de su ostracismo: “...Faraone no me borró. Eso es un invento. Lo que pasa es que estoy por ser transferido a un club español. Me lo comentó un dirigente y al parecer las condiciones serán muy importantes para mi...”. Pobre Iturrieta. O chamuyó a full o le vendieron un buzón más grande que la cancha de Boca.
Un año más tarde, en diciembre de 1983, con cero minuto en cancha y sin ninguna novedad acerca de su inminente traspaso al fútbol español, le llegaría la hora de su partido despedida con la azul y oro. Despedida no muy feliz que digamos, ya que fue integrando una formación de emergencia que en la última fecha de ese Metropolitano cayó por goleada 1-5 contra Instituto en Córdoba.
En sus aproximadamente dos años en el club, jugó apenas 14 partidos oficiales y no hizo goles. Y la causa de su poco rodaje hay que buscarla en un factor determinante: su nivel irregular no le daba ni a palos para intentar robarle el puesto a Carlos “Cacho” Córdoba, titular inamovible.
Otra rareza que pudimos ver rascando un poquito es que en sus 14 partidos fue dirigido por 5 técnicos diferentes. Un promedio bastante llamativo. Luego de escuchar las indicaciones de Silvio Marzolini, Vladislao Cap, Ernesto Grillo, Faraone y Alberto Gonzalito, su carrera siguió básicamente en el ascenso con las camisetas de Nueva Chicago, Gimnasia de La Plata y Almirante Brown.

martes, 16 de junio de 2009

Ubaldo Antonio Rattín


El Rata, capitán y símbolo boquense con la número cinco en la espalda, también tuvo su momento como director técnico. Fue llamado para suceder nada menos que al Toto Lorenzo y la verdad es que agarró un grupo de jugadores ganadores e históricos pero que ya estaban en la recta final de sus trayectorias. Y pagó las consecuencias.
En el Metropolitano el comienzo fue terrible. Actuaciones pésimas y derrotas domingo tras domingo se sumaron para poner un clima muy tenso. La verdad es que al finalizar la primera rueda, se hablaba como un escenario posible el descenso de Boca a la “B”.
Si habrá sido ídolo el Rata, que un respetuoso silencio despedía al equipo tras desastrosas goleadas en plena Bombonera (2-5 ante River e Independiente y 0-4 con Central). Gracias a Dios, pudo torcer el rumbo y el equipo levantó bastante en la segunda rueda para terminar en un digno séptimo puesto algo alejado (no mucho) de los que peleaban por salvarse.
En el Nacional la cosa no mejoró mucho. Quinto en un grupo de siete equipos, no pudo pasar a las rondas finales y sufrió varios cachetazos más. Como la derrota con San Martín de Mendoza en la primer fecha o las goleadas contra el Argentinos de Maradona en la Bombonera y en Vélez. La excepción la marcó un festejadísimo 1-0 a River en La Boca gracias a un tiro libre del Mono Perotti al ángulo y sobre la hora.
Sus números finales marcan 50 partidos al frente de Boca, con 16 victorias, 18 empates y 16 derrotas. Boca marcó 60 goles y le convirtiron 69. Queda a la vista que el final del ciclo Armando y el manotazo de Rattín técnico, no salió como a todos los hinchas nos hubiera gustado.

lunes, 15 de junio de 2009

viernes, 12 de junio de 2009

Freddy Guarín


El reciente choque entre la selección Argentina y la de Colombia por las eliminatorias, y principalmente un buen llamado de atención de JR en la cajita Cbox, nos abrió los ojos para dedicarle unos minutos a Freddy Alejandro Guarín. No mucho tiempo, porque la realidad es que su paso por Boca duró un suspíro, pero por lo menos cumplimos con nuestro deber (?).
Volante colombiano de buena técnica y despliegue en el mediocampo, que llegó a Boca a mediados de 2005 procedente del Envigado de su tierra natal. Y con 18 años, su arribo, recomendación de Fabián Vargas, fue pensado para que se sume a las divisiones inferiores.
La realidad es cuando el pibe fue citado a la Posada de los Pájaros a principios de 2006, nadie tenía mucha información sobre él. Y la mejor prueba la dio el mellizo Guillermo cuando fue consultado acerca de Guarín: “...llegó hace muy poco. Por algo será que está acá...”. Zafó bien.
El propio Guarín tuvo que tirar algún dato ni bien le pasó un micrófono cerca: "...yo era un 9 de choque, fuerte. Hasta que el profe Eduardo Lara, en los juveniles, como había otros delanteros mejores que yo, me hizo jugar en el medio. Arranqué de 8 y terminé de 5, aunque me gusta más jugar por afuera. Soy de meter mucho, de buena pegada y responsable...".
Tras jugar algunos partidos de la Copa de Verano, el Coco Basile lo llevó al banco de suplentes y lo hizo debutar oficialmente el 1 de febrero de 2006. Fue ante Central en el Gigante de Arroyito cuando lo puso faltando diez minutos para aguantar el 2-1 y las cascoteadas del Canalla. Pero Guarín demostró en esos pocos minutos que estaba para algo más que eso.
Y los cuarenta y cinco minutos finales que jugó a los quince días en la Bombonera, no hicieron otra cosa que confirmar que el pibe, sin ser un crack, condiciones tenía. Un par de trepadas por la banda derecha ese domingo de derrota 1-2 con San Lorenzo, nos hicieron creer a muchos que había Guarín para rato con la azul y oro.
Pero no. El volante cafetero, tras esos 2 partidos (en realidad fueron 55 minutos) no jugó nunca más y al finalizar ese Clausura, armó las valijas y se fue al Saint Ettiene de Francia. Más tarde siguió su carrera en el Porto FC de Portugal.
Su carrera se había iniciado en el Tolima y en el Atlético Huila, ambos de Colombia.

jueves, 11 de junio de 2009

Robert Waltner


Tal vez para plantársele de una a Takahara, Yourassousky o Yao Li a ver quién de todos es la incorporación más bizarra en la historia de Boca (¿futura encuesta?), cayó a mediados de 2002 y como peludo de regalo el húngaro Robert Waltner.
Delantero de 24 años, 1,84 de altura y procedente del Zalaegerszeg de Hungría, que llegó al club a cambio de 150.000 dólares y pura y exclusivamente por las gestiones llevadas a cabo por la dirigencia que se jugaron en Waltner algo así como un pleno en la ruleta. Para colmo, su arribo no le gustó ni medio al Maestro Tabárez.
Los primeros días de Waltner fueron desopilantes. Como no entendía una jota de castellano, la embajada de Hungría le puso un traductor para que por lo menos tire un par de bombas de humo: "...estoy como en las nubes, no puedo creer lo grande que es Boca. Aparecí en una foto de un diario y ya me saludan. Es más, fui a un negocio de ropa y el dueño, que era hincha de Boca, me reconoció y me hizo el 30 por ciento de descuento por un autógrafo y una foto. Increíble...".
Agregó algo más de humo cuando dijo que "...a excepción de Puskas o Kocsis, glorias de la década del 50, de Hungría no trascendieron grandes jugadores. Ojo, yo no soy tan bueno como ellos, pero tengo lo mío. Creo que no cualquiera juega en un equipo donde brilló Maradona. Ojalá pueda dedicarle un gol, ya que me contaron que siempre va a un palco...".
Lo que el recién llegado evidentemente no sabía es que él no era el primer húngaro en llegar al xeneize ya que un paisano suyo, Francisco Shon "Sas", recaló en Boca en 1939, directo del Hungría FC.
Todo muy lindo, pero la hora del debut no llegaba. Y lo peor de todo es que no llegó jamás. Robert Waltner no jugó nunca en la primera de Boca. Ni siquiera un minuto. Disputó solamente un partido de reserva en la Bombonera.
Es evidente que no ser del agrado del técnico, más el arribo paralelo del Pampa Sosa, más su elevada opción de compra de 1.000.000 de verdes, más sus continuas lesiones (en su corta estadía se le detectó un ganglión en el tobillo y sufrió una operación de un sobrehueso y de un problema ligamentario en el tobillo derecho) armaron flor de combo para que su paso sea nulo. Lo que se dice flor de paquete.
A todo esto hay que sumarle un detalle no menor. Las miradas y comentarios subidos de tono que despertaba su infartante novia Petra, en Casa Amarilla, tal vez lo hayan decidido a tomárselas urgente. Porque eso de no jugar vaya y pase, pero ya tener que aguantar que te traten de soplar la mina es el colmo.
Armó las valijas y antes de 2003 ya estaba de vuelta en su pago para jugar en el Vasas. Previamente su derrotero había incluido al Videoton, al Ujpest y al Zalaegerszeg, todos de Hungría.
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(Gracias Sebi por las perlas estadísticas)

Los cuatro goles de García Cambón a River


Ya de por sí que un tipo se ponga la camiseta de Boca y le meta cuatro pepas a River es una cosa con la que se asegura la inmortalidad en el recuerdo de los hinchas. Ahora, si encima sumamos que la hazaña fue cometida en plena Bombonera y en el día de su debut con la azul y oro, la cosa toma características casi imposibles de describir. Como mínimo, podemos afirmar que el jugador en cuestión fue un tocado por la varita. Un elegido.
Con semejante estreno, Carlos María García Cambón logró meterse en la historia de Boca y dejar en un segundo plano sus 104 partidos disputados en los que convirtió 33 goles. No es que no le importen a nadie sus números finales, pero es un hecho que será más recordado por sus primeros cuatro goles, que por los veintinueve que hizo luego.
Centrodelantero de mucha habilidad y técnica que, tras surgir en Chacarita, se puso por primera vez la camiseta del xeneize la tarde del 3 de febrero de 1974 por la primera fecha del Metropolitano.

Y desde el vestuario nomás, a los 2 minutos, marcó el 1-0 (foto 1). A los 37, con un cabezazo volvió a poner a Boca arriba en el marcador (foto 2) para irse al descanso 2-1. Y en una ráfaga, a los 23 y 25 del segundo tiempo, puso cifras definitivas para sellar un 5-2 épico para los hinchas de Boca y, en especial, para Carlos María García Cambón.
Esa tarde, el Boca dirigido por Rogelio Domínguez formó con: Rubén Sánchez, Tarantini, Mouzo, Rogel, Tano Pernía, Marcelito Trobbiani, Mané Ponce, Chino Benítez, Patota Potente, García Cambón y Enzo Ferrero.

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(Gracias Guille por hacer que la tortuga no se escape)

martes, 9 de junio de 2009

Héctor “Gringo” Scotta


Que la camiseta de Boca pesa varias toneladas no es ninguna novedad. Y hay un montón de casos que lo prueban. Podemos discutir un rato largo las causas, pero lo concreto es que infinidad de cracks y goleadores seriales se pusieron la azul y oro en el pecho y fue como tirarle un balde de agua a una vela.
Y un caso bastante llamativo fue el de Héctor Horacio Scotta. Temible delantero goleador en todos los clubes por donde pasó, incluso hombre récord con la camiseta del Ciclón, arribó a Boca a mediados de 1982 para encarar la disputa del Metropolitano y de la Libertadores.
Encima la tarde de su debut fue como para soñar a lo grande. Por la primera fecha, Boca perdía 0-1 contra Central en Arroyito y Faraone, jugado por jugado, lo mandó a la cancha faltando quince minutos por Julio Apariente. Y el Gringo cumplió. Porque a los 41 del segundo tiempo, persiguió un pelotazo sin destino, y tirándose al piso primereó al defensor canalla y se la puso abajo a Carnevali para salvar las papas y empatar el partido. Puro olfato de goleador.
Semejante estreno encendió a la ilusión y el comentario obligado era que la nueva incorporación tenía todos los números para ser el goleador del campeonato.
Para colmo, a los dos o tres partidos, el Gringo tuvo su bautismo en una Bombonera llena. En un partido chivísimo contra Estudiantes, con un cabezazo bombeado en el arco que da al Riachuelo, se la clavó en el ángulo a Delménico para que Boca gane 1-0. La cosa pintaba de maravillas.
Pero, por lo menos para Scotta, lo bueno duró poco. Increíblemente no pudo hacer más goles y eso le fue haciendo perder lugar en el equipo. Tras jugar algunos partidos de la Copa y varios de ese Metro, el Gringo abandonó el club dejando una enorme decepción en la hinchada.
¿Habrán influido los 32 pirulos que tenía al llegar a Boca? Nunca lo sabremos. Lo que sí sabemos es que de los 276 goles que hizo en toda su carrera, sólo 2 fueron en Boca. Y 2 goles en 15 partidos es nada para las enormes expectativas que se habían generado.
Para poner un ejemplo a los de veintipico o menos, es como que hoy día Martín Palermo vaya a San Lorenzo y haga sólo dos goles en una temporada.
Su carrera, extensa, incluyó a Unión, San Lorenzo, Ferro, Gremio de Brasil, Sevilla de España, Nueva Chicago, All Boys, Deportivo Armenio, Villa Dálmine y San Miguel.

lunes, 8 de junio de 2009

París Saint Germain 1 - Boca 3


Tras la sufrida obtención del Metropolitano 1981, Boca se lanzó a una maratónica gira por distintos rincones del globo terráqueo con la necesidad de juntar guita urgente para equilibrar las finanzas y de paso, soñar con retener a Maradona.
Y la verdad que en esa gira hubo para todos los gustos. Porque en el medio del casi linchamiento en México y la llegada a Costa de Marfil en plena epidemia de paludismo, hubo por suerte algunos momentos con un poco más de glamour.
Como la corta pero feliz estadía en París el 5 de septiembre. Y hablamos de felicidad por el claro triunfo ante el París Saint Germain en pleno Parque de los Príncipes. Con Astor Piazolla, Jairo, Mónica y César Masetti como testigos, Boca se las arregló para ganar 3-1 y hacerle precio a los franchutes ya que Diego erró dos goles increíbles sobre el final en jugadas en las que incluso había gambeteado al arquero.
Tras un primer tiempo cerrado con leve dominio del local aunque casi sin llegadas, Boca se destapó y fue pura contundecia entre los 44 y los 15 del segundo tiempo marcando tres golazos a través del Mono Perotti (en dos oportunidades) y Miguelito Brindisi. Y los locales ya no pudieron encontrarle nunca más la vuelta al partido.
La formación que mandó Silvio Marzolini a la cancha esa noche fue: Rodríguez, Colorado Suárez, Ruggeri, Mouzo, Cacho Córdoba, Pasucci, Trobbiani, Brindisi, Pichi Escudero, Diego y Perotti. Luego fueron entrando Quiroz, Huguito Alves, el Chino Benítez y la eterna promesa de Jorge Ramoa.

Pero no sólo el triunfo fue lo que trajo felicidad al baqueteado plantel de Boca. Tras el amistoso, algunos jugadores y dirigentes, más Don Diego y Cyszterpiler se mandaron de una al cabarulo más famoso del mundo: el Lido de París.
Morfaron, tomaron, se sacaron fotos y vaya a saber Dios qué otras cosas hicieron, aunque no es difícil suponer quién fue el encargado de encarar los gatos. ¿O acaso alguien se imagina a la Pantera Rodríguez o a Habegger encarando las minas?
Arriba: Habegger con bigotes, Marzolini, Cacho Córdoba, el político Bello, Perotti, la Pantera, Marcelito Trobbiani vestido para matar y el Chino Benìtez a full. Abajo: Quiroz (¿con sueño?), Tito García, Quintieri y Diego en su salsa.

La cábala del talco entre Coco Basile y Panadero Díaz


Cuando Bilardo prohibió al Mono usar buzos de color verde, los hinchas de Boca creíamos haber visto todo respecto al tema cábalas. Pero no. Diez años después, llegó otro técnico que redobló la apuesta y no sólo no se avergonzaba de ser cabulero, sino que practicaba las suyas a la vista de todos y en pleno partido.
El Coco Basile ya había probado cambiar de camisas, pero decidió no andar con vueltas y patentó una forma medio dudosa de espantar a la mala suerte.
Su ayudante, el Panadero Díaz tenía que tener la mano izquierda dentro del bolsillo de su pantalón lleno de talco. La técnica consistía en apretar y palpar constantemente el talco cada vez que los rivales se acercaban al área de Boca. Si la cosa se ponía más complicada, el procedimiento era acompañado por un especie de rezo: “...saque si quiere ganar...saque si quiere ganar...” repetía el Panadero cada vez que cascoteaban a Pato Abondanzzieri.
Pero no terminaba ahí la cuestión. Si Boca llegaba al gol, el Panadero tenía que sacar su mano entalcada del bolsillo y palmear en la espalda al Coco para dejarlo manchado. Supuestamente, manchado de buena suerte.
Al principio fue muy criticado. Luego fue tomado medio a risa, pero al final, al compás de las buenas actuaciones, los triunfos y, sobre todo, las vueltas olímpicas, nadie se atrevió a hablar mal de la cábala del talco.
Y a la luz de los resultados, se convirtió en indestructible ya que Boca ganó todo lo que jugó. De la mano de un muy buen plantel, un muy buen cuerpo técnico y, por que no, una muy buena cábala.

sábado, 6 de junio de 2009

Festejos Imborrables (X)


Carlitos Tévez más Barijho, Iarley, Ledesma, Neri Cardozo, Pablo Alvarez, Cángele y Cagna frente a River y en un estadio mudo. Copa Libertadores 2004.

La pregunta del millón (XII)


¿Por qué será que el Beto no fue a saludar al Mono por su cumpleaños?

jueves, 4 de junio de 2009

Néstor Lorenzo


Un jugador que surge del semillero del mundo, tal como se lo conoce a Argentinos Juniors por sus exquisitas inferiores, y tras afianzarse en primera pasa al Bari de Italia. Luego al Swindon Town de Inglaterra. Más tarde integra la Selección Argentina y es titular en la obtención del subcampeonato de Italia 90. Luego pega la vuelta al país y lo contrata un equipo grande como San Lorenzo. De allí pasa a un club más que digno, como Ferro y termina arribando a Boca a mediados de 1996. ¿Qué conclusiones podemos sacar de todo esto? Primero, que estamos hablando de Néstor Gabriel Lorenzo. Y segundo, que o el fútbol es muy generoso o hay tipos que evidentemente tienen muchísima suerte en esta vida.
Defensor central que recaló en el xeneize para ordenar y dar experiencia y seguridad en la zaga del equipo dirigido por Bilardo. Pero en su única temporada en el club, la 1996/97 (el último campeonato de Bilardo y el primero del Bambino), jugó 14 partidos, no hizo goles y se morfó 3 expulsiones (dos en partidos consecutivos). Dos rojas frente a Independiente y una frente a San Lorenzo en el lamentable 0-4 en Bajo Flores.
Pero más allá de estos números, ya de por sí contundentes, Lorenzo dejó en el recuerdo un nivel muy malo. Lento en los cruces, regalado en los mano a mano y descontrolado en sus salidas, sufrió horrores las líneas de tres que probó Bilardo. Y con Veira, aunque un poco más resguardado, no pudo mostrarse seguro y confiable nunca. Sin pecar de exagerados, era una invitación para colarse en el área de Boca.
Tras su nefasto paso por el xeneize, su impecable trayectoria se cerró defendiendo la camiseta de Banfield.

El Gimnasia - Boca del Apertura 2006


La visita de Boca al Estadio Único para enfrentar a Gimnasia por el Apertura 2006 dio metros y metros de tela para cortar. Porque ese partido, por la sexta fecha, estuvo rodeado de todos los ingredientes posibles para hacerlo imborrable en serio. Por donde se lo mire.
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El 10 de septiembre, Boca llegaba a La Plata en busca de los tres puntos para matar varios pájaros de un tiro: seguir arriba en la tabla, alcanzar el récord argentino de 13 triunfos consecutivos y de paso despedir con todos los honores a Alfio Basile en lo que iba a ser su último partido por campeonato local dirigiendo al xeneize (luego de que el caprichoso llamado de Don Julio ponga fin abruptamente a un ciclo dorado en la vida de Boca).
Los once que mandó el Coco a la cancha fueron: Bobadilla, Pampa Calvo, Cata Díaz, Morel, Krupoviesa, Ledesma, Gago, Neri Cardozo, Marino, Palacio y Palermo. Y ya de entrada quedó evidenciada la superioridad del bicampeón. Circulación de pelota, posesión, toque al pie. El Lobo de Pedro Troglio se decidió a emparejar el trámite a las patadas limpias. Y lo logró. Porque lo que rasparon esos muchachos no tuvo nombre. El árbitro Daniel Giménez empezó a cargar de amarillas a más de medio equipo de Gimnasia que de a poco fue llegando al área de Bobadilla. En uno de esos avances, tras un centro, Calvo empujó al uruguayo Silva, el Sargento pitó penal y el Lobo se encontró con un regalito que ni se esperaba. Ponerse un gol arriba.

Boca arrimó un par de veces con disparos de media distancia, pero los primeros 45 se fueron 0-1 para los triperos. Lo mejor (o lo peor, según cómo se mire) estaba por venir.
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Pasaban los minutos y el entretiempo se hacía más interminable que de costumbre. Hasta que las radios empezaron a tirar el rumor. El partido no se iba a reanudar ya que el juez lo había suspendido en los vestuarios al ser invadido su camarín por el presidente de Gimnasia Juan José Muñoz y un par de barras. Aparentemente le patearon la puerta, entraron y lo apretaron con un contundente "...cuando salgas a la calle te vamos a matar...". Pareció fuera de contexto porque el arbitraje del Sargento no había sido para cuestionar. Lo cierto es que a los pocos minutos se confirmó la noticia. Partido suspendido y a otra cosa.

En la semana hubo mil idas y vueltas, hasta que el Tribunal ordenó la reanudación para el 8 de noviembre en un tiempo de 23 y otro de 22 minutos.
...
Asi fue como el miércoles 8 de noviembre Boca volvió a La Plata a tratar de dar vuelta el partido. Ahora con La Volpe en el banco y un punto de ventaja en la tabla sobre Estudiantes y River, el xeneize salió a la cancha esa noche con: Bobadilla, Ibarra, Silvestre, Cata Díaz, Morel, Marino, Gago, Neri Cardozo, Guillermo, Palermo y Palacio.
Ya al minuto todos los cálculos chocaron contra un nuevo escenario. ¿Por qué? Porque el Sargento dio un penal algo infantil de Goux sobre Palacio y Martín había puesto el 1-1.
Lo que pudo verse a continuación fue un monólogo de Boca que hizo y deshizo a su antojo. Gimnasia era un equipo increíblemente light comparado con el que casi dos meses atrás cagó a patadas a todo lo que le pasara cerca vestido de azul y oro. Con dos goles de Palacio y otro de Marino la chapa se cerró en un 4-1 que sonaba a increíble antes del minipartido.
Pero, contra lo que muchos creían, el partido todavía no llegaba a su fin. Mejor dicho, la parte más jugosa estaba por comenzar.
...
Al día siguiente se filtró la noticia que la barra del Lobo había ido a visitar a los jugadores triperos antes de la reanudación del partido para dejarles en claro que había que perder sí o sí el partido con Boca, para no beneficiar a Estudiantes en la lucha por el título.
La cosa empezó como un rumor pero se confirmó en las palabras de uno de los jugadores de Gimnasia (que casualidad o no era ex River). Uno sólo fue el que se atrevió a hablar y contó que efectivamente la apretada había existido con datos concretos de hijos y esposas a los que se los iba a ir a buscar en caso de ganar el partido.
Semejante bomba tiró esquirlas y dejó heridos por todos lados: Daniel Giménez, Troglio, Muñoz, el arquero Kletnicki. Pero, como de costumbre, el que quedó peor parado fue Boca. Ya que ante el derramamiento de lágrimas generalizado de jugadores y técnicos rivales y periodismo en general, el campeonato que Boca lideraba cómodamente se había “manchado”. En fin.

martes, 2 de junio de 2009

Norberto “Muñeco” Outes


Nadie puede negar que este blog esté compuesto en su mayoría por tipos de dudoso o meteórico paso con la camiseta de Boca. Rascando un poco, también se pueden encontrar falsas promesas o directamente, tipos que fueron flor de fiasco. Pero también están los casos en que es evidente que la mala suerte jugó un papel clave y terminó por mandar a la fosa a alguien que no desentonaba para nada. Tal como le pasó a Norberto Daniel Outes.
Número nueve, veloz y goleador, que tras su paso en Independiente inflando redes, arribó al club en 1980. Ese Boca del Rata Rattín venía en picada, pero el Muñeco se las arregló para convertirse en un renovado aire de esperanza.
Debutó oficialmente el 14 de septiembre en el inicio del Nacional 1980. Fue un 2-0 contra Unión en la Bombonera, y debutar batiendo a Nery Pumpido con un cabezazo de pique al suelo en el arco de Casa Amarilla, hay que reconocer que fue más que aprobado.
Y encima, al domingo siguiente vacunó a River en Núñez. Pese a los reclamos millonarios de que Outes entró al área llevándose la pelota con la mano, el Muñeco no dudó y fusiló a Ubaldo Fillol con un remate alto al ángulo. Golazo.
De ese final de 1980 en buen nivel pasó a quedar algo relegado en 1981, tras la venida en masa de varias estrellas y/o jugadores consagrados. El tema es que si te traen de un saque a Maradona, Brindisi, Escudero, Trobbiani y Morete, es bastante posible que empieces a ver los partidos desde afuera en lugar de jugarlos.
Pese a entrar de a ratos, cumplió su cuota y marcó un gol importante en ese Metro 81. Fue una noche frente a San Lorenzo en cancha de Huracán por la primera rueda. Y sirvió para empezar a darle vuelta el partido al Ciclón.
Sin embargo, el destino no lo ayudó mucho que digamos. Porque el 29 de marzo, un rato al final que entró frente Ñuls en la Bombonera, se convirtió en su abrupta e impensada despedida. ¿Qué pasó? Una inoportuna hepatitis lo terminó de relegar definitivamente y no jugó nunca más.
En total disputó 16 partidos oficiales e hizo 4 goles.
Su trayectoria, que había comenzado en el Rojo, siguió en 1982 por tierras aztecas: en el América y posteriormente en el Necaxa. A mediados de la década del ochenta regresó al país para finalizar su carrera en Vélez.

Coloccini y su fuga al Milan


El hijo de Osvaldo Inri, tras su rutilante llegada a la primera de Boca con 17 años, decidió hacerle caso a su papá y rajarse al Milan.
Jugó 1 sólo partido oficial en el que, encima, tuvo la suerte de meter un gol. Fue el 19 de junio de 1999 y su tanto fue el segundo de un Boca ya campeón en el empate 2-2 contra Unión en Santa Fe por la fecha 19 del Clausura. Semejante debut de Fabricio, marcador central, sumado a sus innegables condiciones y seguramente algo de impaciencia por tener a Walter Samuel por delante, le habrán echo creer que su futuro estaba lejos de Brandsen 805.
Posteriormente jugó tres amistosos en la pretemporada y su padre comenzó a presionar al club hasta que en marzo de 2000, cortó por lo sano y se lo llevó a Italia.

lunes, 1 de junio de 2009

Boca 1994/95


Arriba: Fabián Carrizo, Navarro Montoya, Gamboa, Vivas, Fabbri y Mac Allister.
Abajo: Alphonse Tchami, Carranza, Manteca Martínez, Toro Acuña y Beto Márcico.