viernes, 30 de enero de 2009

All Japan 0 - Boca 1


En la pretemporada de mediados de 1989, Boca se embarcó en una serie de impresentables amistosos en el país del sushi.
Así fue como el 13 de agosto visitó al All Japan en el estadio Internacional de Yokohama.
En un trámite bastante parejo para lo que se esperaba, el xeneize ganó 1-0 con un gol de Diego Latorre en el segundo tiempo.
El equipo que formó el "Cai" Aimar en esa fría noche fue con Navarro Montoya en el arco. Atrás Ignacio Medina, Simón, Marchesini y Musladini. En el medio "Chiche" Soñora, Marangoni, Villarreal y Hoyos. Y arriba Latorre y "Waltergol" Perazzo.
Aquí en la foto vemos al "Nachi" Medina forcejeando y ganándole la pelota a un ponja.

Combinado de Chivilcoy 0 - Boca 6


El 22 de octubre de 1954 la ciudad de Chivilcoy estaba en plenos festejos por el aniversario 102 de su fundación. Y entonces nada mejor que armar rápidamente un Combinado local y soplar las velitas invitando a Boca para jugar un amistoso.
El estadio Municipal se venía abajo. Desbordado por donde se lo mire, la gente había copado tribunas, árboles, torres de iluminación y también las tapias que bordeaban el campo de juego. Obviamente nadie se quiso perder la cita. Faltó solamente que pongan los fideos: estuvieron todas las autoridades municipales, la policía y hasta una banda de infantería.
El partido, lo que se dice partido, duró más o menos unos quince minutos en donde el local (vestido con la camiseta del Club La Pampa) arrimó dos o tres veces al arco de Boca. A partir de ahí fue una exhibición del xeneize que luego del sexto gol, clavó los frenos para dejar la chapa en un "decoroso" 6-0.
Los once de Boca esa tarde fueron: Celadilla (que nunca llegó a debutar oficialmente en el arco de Boca). Otero y Edwards. Lombardo, Rattín y Pescia. Pérsico, J.J. Rodríguez, Angelillo, Colángelo y Marcarián.

Muchas gracias a Juan Ignacio Felice por el material

jueves, 29 de enero de 2009

Stade Abidjan 2 - Boca 5



En la gira de octubre de 1981 por Costa de Marfil, antes de ganarle al Asec la final, Boca tuvo que enfrentarse en la primer fecha de ese cuadrangular al Stade Abidjan local. Con tribunas repletas y una increíble locura de los merfileños por ver de cerca a Diego, el xeneize no tuvo mayores inconvenientes para ganar, golear y gustar.
Con tres goles de "Pichi" Escudero y dos de Maradona, Boca le hizo precio al Stade Abidjan con el 5-2 final. Ese triunfo lo clasificó a la final del cuadrangular en el que estaba en juego el Elefante de Marfil.
Los once que presentó Boca esa noche fueron: "Pantera" Rodríguez en el arco. Atrás Hugo Alves, "Pancho" Sá, Pasucci e Iturrieta. En el medio Brindisi, Krasouski, Diego y Marcelito Trobbiani. Y arriba Escudero y "no le hago un gol a nadie" Morete.

miércoles, 28 de enero de 2009

...en MuyBoca.com.ar


Un muchas gracias enorme como la Bombonera para todo el staff de MuyBoca.com.ar.
El 27 de enero de 2009 postearon a Imborrable Boca y no les tembló el pulso en poner “...un sitio totalmente recomendado que indaga historia y anécdotas particulares...”. Nos emociona hasta las lágrimas ver cómo vamos creciendo. Por suerte, son lágrimas muy distintas a las que derramábamos viendo jugar a Itabel en Boca.
El chivo (que cayó en medio de las notas sobre el raje de Neri Cardozo a Los Jaguares y un 2-0 sobre Racing por la Copa Polacrín Mar del Plata) trajo una avalancha de votos a favor de Sandro Guzmán por sobre Bobadilla para definir de una vez por todas quién de los dos fue el peor arquero xeneize.

...en EnUnaBaldosa.com


La entrañable gente de La Baldosa nos hizo la gauchada y metió a Imborrable Boca en sus links recomendados. Desde acá juramos devolver el favor acercándoles material sobre tipos con prontuario como Dykstra, Irazoqui o Palavecino. Fieles exponentes de la baldoseridad aportada por el xeneize. El veraz del fútbol se merece a ellos y a muchos otros...

Carlos "Colorado" Mac Allister


Este marcador de punta nacido en La Pampa (por suerte sus únicas coincidencias con Calvo) llegó a Boca para la temporada 1992/93. Procedente de Argentinos Juniors vino a aportar lo suyo. Marca y entrega sobre el lateral izquierdo de la defensa.
Pero el “Colorado” enseguidita superó las espectativas de la hinchada. Porque a su temperamental forma de jugar, le agregó dos cosas invaluables: llegada al área de enfrente y suelazos al por mayor.
Entonces se convirtió en una pieza clave del equipo titular. Pese a su baja estatura ganaba en la pelota por arriba dentro de las dos áreas. Y así fue que como de sus ocho goles en Boca, casi todos fueron hechos de cabeza. Y acá viene lo más importante: jamás escatimó sus tapones a cualquier rival que pasara cerca.
El “Colorado” tenía un tic que causaba bastante gracia. Era capaz de asesinar a un contrario para inmediatamente levantar sus dos manos como queriendo decir “yo no fui”. O “fue sin querer”. Pero lo concreto es que Mac Allister repartía zancazos impactantes. Aquí en la foto vemos atendiendo a Marcelo Gallardo en forma contundente (y merecida).
Jamás cambió su forma de jugar y eso lo convirtió en ídolo de “La 12”. Hasta que a mediados de 1996 Bilardo lo marginó del equipo y se tuvo que ir a Racing.

martes, 27 de enero de 2009

Caranta vs Ischia (II)


En enero de 2009 el enfrentamiento que mantienen desde meses atrás el cordobés y el director técnico se profundizaría a niveles insospechados.
Con el título en el bolsillo, Ischia sacó pecho y no anduvo con vueltas al tirar un “…a Caranta no lo quiero ni ver por Tandil”. El uno sin embargo, cazó el auto y se hizo los 410 km con un escribano para presentarse en el lugar donde se hospedaba el plantel. La gente de seguridad lo paró en seco ya que tenían la estricta orden de no permitir su ingreso.
El flamante manager Bianchi, vio que la situación se salía de cauce y trató de convencer a su compadre pero se topó con un inamovible “…es él o yo. Si entra, renuncio”.
Caranta fue obligado a entrenar con la reserva y amte su negativa, el Virrey también empezó a disparar municiones contra el arquero: “…me mintió. Me dijo una cosa el lunes y el martes hizo otra. Yo le aconsejaría que se dedique a jugar al fútbol”.
Los rumores sobre el por qué de tanta inflexibilidad por parte del técnico son infinitos. Y son rumores que van desde cuestiones boludas hasta gravísimas e imperdonables.
Caranta, tan rápido de reflejos como cuando estaba en el arco, ya abrió un paraguas enorme por las dudas: “…un dirigente me avisó que si no obedezco, me van a ensuciar”. Lo que se dice todo un previsor.

domingo, 25 de enero de 2009

Alejandro "Porota" Barberón


Barberón llegó a Boca para la temporada 1988/89. Vino en una especie de combo junto a Pastoriza y Marangoni. Combo que se rajó de Independiente para anclar en La Boca. Pero a diferencia del “Pato” y “Maranga”, la historia de la “Porota” es lisa y llanamente un fiasco.
Ni bien desarmó los bolsos en Brandsen 805 se filtró la información de que desde chiquito era hincha de Boca (otro más y van...). Esto hizo que al principio se lo mirara de buena manera. Sobre todo por su rendimiento en años anteriores en el Rojo. Pero la paciencia tuvo un límite. Y se agotó. Su nivel fue flojo desde el vamos y nunca aportó una solución al equipo desde la raya de cal izquierda del ataque xeneize. Pura velocidad. Pero al mismo tiempo puro barullo y confusión. Barberón no desbordaba ni tiraba centros. Tampoco hacía goles. Y eso para un delantero es sinónimo de horas contadas.
En 33 partidos con la camiseta de Boca pudo marcar sólo una vez (en un 4-2 a Ñuls en la Bombonera) y recién en la temporada 1989/90. Fue tal el desahogo esa tarde, que su grito desaforado generó una especie de lástima en “La 12” y la cancha entera le regaló su único “...Bar-be-rón... Bar-be-rón...”.
Siempre fusible en los segundos tiempos cuando la mano venía torcida, Barberón es un ejemplo más y un caso típico de los jugadores que la rompen en otros equipos y cuando se ponen la azul y oro se apagan más rápido que fogata en tormenta de Santa Rosa. Una película que ya vimos un montón de veces.

viernes, 23 de enero de 2009

Cosmos 2 - Boca 2


La excusa se llamó Copa Anual de las Américas. La posta es que con ese invento marketinero llamado Cosmos, los yanquis trataron de imponer el fútbol a su gente.
Contrataron figuras en su ocaso, pero con unos nombres que mama mía. Pelé, Beckenbauer, Giorgio Chinaglia. Y empezaron a armar amistosos a troche y moche contra equipos de prestigio a nivel mundial. Y cayó en la volteada Boca. El xeneize acababa de coronarse campeón intercontinental y era el actual campeón de América ese 9 de septiembre de 1978.
Entonces el "Toto" Lorenzo mandó al césped sintético del Giants Stadium a Gatti, Suárez, Bordón, Tesare y Verón. En el medio Abel Alves, el "Loco" Salinas y Carlos Alvarez. Y arriba Mastrángelo, Marito Zanabria y Salguero.
El amistoso terminó 2-2 con goles de Mastrángelo y Potente (ingresó en el segundo tiempo) para Boca y Chinaglia y Willey para el Cosmos.
Aquí en la foto vemos la salida de Gatti en medio de las porristas norteamericanas.

jueves, 22 de enero de 2009

Gabriel “Gaby” Amato


La foto no está puesta al azar. Simboliza , tal vez,el momento más feliz de Gabriel Amato en Boca. Y para todos los que ya están rememorando las cataratas de puteadas al “Gaby”, les pedimos que recuerden que hubo un momento de esperanza en Amato. Obviamente fue antes de debutar. Cuando se cerró la operación y el marplatense venía dispuesto a comerse los chicos crudos.
A la hora de los bifes la cosa se puso bastante más jodida. Pero vayamos despacio. Debutó oficialmente el 1 de septiembre de 1991 en cancha de Vélez. Fue 0-0 aburrido con San Lorenzo y en esa primera fecha del Apertura, todo el mundo Boca trataba de ponerse de pie luego del nocaut de las finales perdidas ante Ñuls.
Empezaron a pasar las fechas y no sólo River se escapaba en la punta, sino que Gabriel Omar dejaba bastante que desear. Y eso sin mencionar que le costaba un huevo y medio quedar en situación de gol. Y ni hablar de hacerlos. Supuestamente era un nueve potente y a eso había venido. A meter la pelotita en el arco contrario. Pero Amato, extrañamente, hacía las veces de delantero por afuera.
Jugó en total 33 partidos e hizo sólo 2 goles. A Mandiyú y a Huracán en la Bombonera por ese Apertura. Números más que contundentes.
Más recordado por usar pelo largo, calzas y vinchitas que por asistencias o jugadas claves, Amato terminó esa temporada 1991/92 y tuvo que irse.
El ex Gimnasia de La Plata, tras su fallido paso con la azul y oro, siguió su carrera en Independiente, Huracán, River, Banfield, Aldosivi, Rangers de Escocia, Gremio de Brasil y Hércules, Real Mallorca, Betis, Levante y Albacete, todos de España. Ya retirado, pudo vérselo jugando al Showbol junto a Diego.

martes, 20 de enero de 2009

Boca vs Vélez



El Metropolitano 1982 iba llegando a su fin. Boca recibía a Vélez en la Bombonera por la fecha 35. Y la cosa ya pintaba como mínimo quenchi. Por varios motivos. El principal era que el xeneize y el fortín venían desde un año atrás con una pica que iba creciendo partido a partido. Pero el tema no pasaba por quién jugaba mejor. Pasaba por ver quién era más guapo. Corriendo de atrás a Independiente y al Pincha casi todo el campeonato, Boca llegaba a esa lluviosa noche sin margen de error posible.Y el partido arrancó como se preveía. A los suelazos limpios. A los 20 del primer tiempo, Bava ya había sacado tres amarillas. A Pasuccii y Alves por Boca. Y a Bianchi por Vélez. Como las tarjetas no frenaban la masacre, el árbitro llamó a los capitanes y les dijo que no iba a dejar pasar ninguna más. Berta y Bianchi le dijeron que sí y salieron corriendo a sus puestos de combate. Estaba por venir lo mejor. A partir de acá el partido se transformó en una lucha libre. A los 26, Berta y Moralejo fueron al choque en mitad de cancha y cayeron. Pero en la caída se dieron como en la guerra. Puños cerrados directo a las caras. Y roja para los dos. Dos minutos después Brindisi forcejeó con Carlos Ischia y le metió un tremendo codazo. Ischia cayó desmayado y no lo pudieron reanimar por varios minutos. Obviamnete roja también para Miguelito. Tras la expulsión, todo Boca se le fue encima a Bava. Lo rodearon. Lo pechearon. Lo empujaron. Entró el técnico xeneize Faraone a recriminarle las expulsiones y Bava lo expulsó a él también. El DT no aceptó la roja y le tiró un gancho de derecha, pero rápidamente Ruggeri y Pasucci lo agarraron de un brazo y lo sacaron del tumulto. La cancha de Boca se venía abajo. Había escaramuzas en distintos sectores del campo de juego. Después de un rato de semejante combate se pudo reanudar el partido. En el segundo tiempo se bajaron los decibeles. Pese a eso, también hubo roja para Bianchi por meterle un planchazo a Huguito Alves. Sobre el cierre llegaron los goles. Bachino de tiro libre para Boca. Larraquy de penal para los de Liniers. Y el 1-1 final fue de lo que menos se habló durante los días siguientes al partido.

lunes, 19 de enero de 2009

Pablo Erbín


Pablo Carlos Erbín, o “Pablito” pese a que ya rozaba los 23 años de edad al llegar a Boca, vino al xeneize para la temporada 1988/89. El hecho de venir de River ya hizo que se lo mirara más de reojo que a otras de las muchas incorporaciones que se habían hecho ese año.
Su debut fue el 11 de septiembre de 1988 cuando por la primera fecha Boca perdió 0-1 con Deportivo Armenio en la Bombonera. Fue la tarde que Gatti jugó su último partido en el xeneize, ya que tras el gol regalado a Maciel, el “Pato” Pastoriza lo desafectaba del plantel. Pero volvamos a lo importante: Erbín.
Marcador de punta izquierdo que, daba bastantes ventajas en la marca. Y para completarla, de casi nula proyección al campo contrario. Bastante rústico con la redonda en los pies, “Pablito” contaba en su haber con ser un tipo que si había que raspar, raspaba. Pero eso, con Boca obligado a ganar Copa o campeonato, no alcanzaba.
En total jugó 15 partidos y desde ya que no hizo goles. Muchos de esos partidos los jugó de seis. Fueron algunos por campeonato local, muchos por la Libertadores 1989 y otros por la Liguilla. De hecho, su despedida del club fue la derrota 1-2 con River en cancha de Vélez por la final de la rueda de perdedores de la Liguilla. La noche que Graciani bajó de una trompada a Serrizuela.
El ex Temperley y River, se fue del xeneize para continuar su carrera en Estudiantes, Platense, Huracán y Cruz Azul de México. En el Pincha, “Pablito” fue quien sacó del fútbol a Bochini.

domingo, 18 de enero de 2009

Rogelio Poncini


El Boca de Menotti había luchado por el título hasta el final en la temporada 1986/87. Pero no pudo conseguirlo y el que dio la vuelta fue Central. Clasificado entonces directamnete para los cuartos de final de la liguilla pre-libertadores, el “Flaco” entró en uno de sus habituales bajones anímicos. Encima estaba que si, que no, para ver si arreglaba su contrato. Este cóctel produjo un hecho por lo menos fuera de lugar. Menotti se pegó un faltazo de aquéllos.
Tuvo que tomar la posta su ayudante Rogelio Poncini. Que primero hizo dupla con Ángel Cappa para el choque de ida con Dep. Armenio en Vélez. Para la revancha y las semifinales contra Ñuls, Poncini se dio el gusto solito. La cosa venía bastante bien con tres triunfos (uno a Dep. Armenio y los dos frente a los rosarinos) y un empate (la revancha contra los de Maschwitz). A poco de jugar la final contra Independiente, el “Flaco” se animó y pegó la vuelta. Y fue Menotti el DT que estuvo sentado en el banco para ver perder esa final con el Rojo. Tras esos dos partidos por fin se decidió y se fue de Boca. En buena hora.
Aquí en la foto lo vemos a Rogelio Poncini sentado minutos antes de empezar el partido con Ñuls en Rosario (es el segundo empezando desde la izquierda). A su lado el Profe Dean y a continuación un banco de suplentes temible: Tessone, Genaro, Di Natale, "Tuta" Torres y Fornés.

viernes, 16 de enero de 2009

La gira China en plena definición del Clausura 1996


Las giras de Boca por Asia en pretemporada siempre son criticadas y con justa causa. Que desgasta el plantel. Que los partidos no son medida en lo futbolístico. Que la diferencia horaria. Bueno, entonces ¿qué se puede decir si la gira se hace en el medio de la definición de un campeonato? ¿Y qué se puede decir si encima Boca está peleando el título y está segundo en la tabla a un punto de los líderes Vélez y Lanús? El xeneize acababa de golear 4-1 a River en la Bombonera por la fecha 16 del Clausura 1996. Y ante un parate del fútbol argentino por los Juegos de Atlanta, agarró las valijas y cruzó el planeta para jugar dos amistosos en China. El 25 de julio le ganó 2-1 al Beijing Guo An. Y dos días más tarde goleó al Sichuan Quanxing por 3-0. ¿Qué pasó a la vuelta? La debacle. Un Boca demolido físicamente y sin piernas cayó 0-1 con Racing en el Cilindro. A la fecha siguiente volvió a perder. Esta vez 1-2 con el Pincha en la Bombonera. Y cerró el torneo empatando con Dep. Español 1-1. Para ser livianitos, una verdadera animalada. Aquí en la foto vemos a Diego y al "Kiy" a los besos con los trofeos tras uno de los triunfos.

jueves, 15 de enero de 2009

Ivar Stafuzza


Ivar Gerardo Stafuzza debutó oficialmente en Boca en el Metropolitano 1982. Fue una noche de triunfo 1-0 contra Quilmes en la Bombonera.
Fue un marcador de punta derecho muy regular y con una buena cuota de garra para ser defensor de Boca. Y cuando le tocaba ingresar desde el banco de suplentes, cumplía. Sin descollar pero cumplía. De una buena y potente pegada de media distancia.
Estuvo en el club entre 1982 y 1991 y en total jugó 228 partidos e hizo 8 goles.
Siguió su carrera en Banfield, Talleres de Remedios de Escalada y San Martín de Formosa.

Esteban “Gringo” Pogany


El caso de Esteban Ernesto Pogany en Boca es, como mínimo, curioso. Arquero de enorme experiencia y trayectoria que recaló en el xeneize a fines de la década del ochenta y que se dio el lujo de dar cuatro vueltas olímpicas en el club. Incluso, bastante ágil bajo los tres palos. ¿Cuál es el tema entonces? Que la verdad prácticamente no jugó.
Porque un tipo que ataja ocho partidos en cinco años es muy difícil de evaluar. Comió banco a lo loco detrás de un Navarro Montoya que no dejaba un hueco libre ni que lo maten.
Debutó oficialmente el 19 de noviembre de 1989 en un 1-1 del Boca de Aimar contra Racing en Avellaneda (foto).
Su imagen más habitual era verlo entrar al campo de juego, con el partido empezado, corriendo desde el vestuario y pasando por atrás del arco que da a Casa Amarilla para ir a sentarse al banco de suplentes. Es que Pogany era una fija en los partidos de reserva.
Fue el arquero de Boca en la primer visita del xeneize al Nuevo Gasómetro. Ese 12 de abril de 1994, le regaló el segundo palo al brasileño Silas, que no sólo le daba el triunfo al Ciclón sino que metía su primer gol oficial en la Argentina.
Sin embargo, toda la trascendencia que el “Gringo” no tuvo pisando el pasto, la tuvo en los vestuarios. Cumplió una participación más que destacada en el quilombo de los halcones y palomas. Siempre fue comentario off the record que Pogany había sido la piedra de la discordia en la repartija de los premios por la obtención del Apertura 1992. Más allá de si merecía cobrar más o menos plata por no haber jugado ni un minuto, los dos bandos se alinearon y plantearon sus diferencias con Pogany como excusa.
Leer su carrera futbolística puede llevar más tiempo que analizar sus partidos en el club: jugó en Independiente, Belgrano de Córdoba, Huracán, Deportivo Español, Racing, Banfield, San Lorenzo, Ferro, Atlético Tucumán y en Independiente Santa Fe, Unión Magdalena y Junior de Colombia.

Marcelo "Facha" Tejera


El uruguayo Marcos Marcelo Tejera llegó a Boca procedente del Cagliari de Italia para afrontar la temporada 1993/94 bajo la dirección técnica del “Profesor” Habegger.
Volante ofensivo y, según cuentan del otro lado del Río de la Plata, con muchísima habilidad, debutó oficialmente la noche del viernes 8 de octubre de 1993 en la victoria 2-0 frente a Deportivo Español en la Bombonera cuando ingresó por el “Chino” Tapia promediando el segundo tiempo.
A los quince días jugó otro rato frente a Platense y en su tercer puñado de minutos marcó un golazo de tiro. Fue el 31 de octubre frente a Gimnasia y Tiro de Salta cuando faltando menos de diez minutos clavó un magnífico tiro libre en el arco que da a la calle Brandsen.
Las acciones del “Facha” cotizaban a lo loco en esos momentos. Había mucha expectativa y deseos de ver cumplida la pompa que se había armado alrededor de Tejera.
Pero la dura realidad fue un escollo insalvable para el uruguayo. Con un estado físico bastante pobre y cierta pachorra para hacerse de la redonda, nunca pudo terminar de ganarse un lugar. Lo de cierta pachorra es muy generoso. En realidad, no te corría una pelota ni a cañonazos.
De los 19 partidos que jugó en total, sólo 2 fueron en forma completa. Y ese gol de tiro libre fue su único tanto en el xeneize.
Aguantó hasta el Apertura 1994 y su despedida fue tan triste como su paso por Boca. Fue la noche del 6 de diciembre cuando Menotti mandó un muletto a Córdoba para comerse un 0-3 con Belgrano y de paso cuidar a los titulares para comerse a los pocos días otro 0-3 frente a River en la Bombonera.
El “Facha”, un trotamundos, tuvo una carrera futbolística con paradas por distintos rincones del globo terráqueo: Defensor Sporting, Peñarol, Nacional y Liverpool de Uruguay, Cagliari de Italia, Logroñes de España, Tecos de México, Sothampton de Inglaterra y Millonarios de Bogotá.

miércoles, 14 de enero de 2009

Walter Reinaldo Pico


Walter Reinaldo Pico surgió de las diviones inferiores como delantero veloz pero con tendencia al barullo. Debutó frente a Independiente en la Bombonera en una victoria 2-0 por la temporada 1987/88.
Pese a su velocidad no pudo afirmarse como delantero. Y con la llegada del "Maestro" Tabárez pudo encontrar por fin su lugar en la cancha y mostrar su mejor versión. A partir de entonces, se convirtió en un volante de ida y vuelta. Y a eso le sumó llegada a la red contraria.
En total jugó 196 partidos e hizo 26 goles.
El día de su debut, entró por Are faltando veinte minutos. Al gritar el gol de Comas, le bajó la presión se desmayó y tuvo que salir dejándole su lugar a Musladini.
Tras su paso por Vélez, volvió y dejó para el recuerdo una tripleta en el 5-0 al Rojo en 1995 (foto) en lo que fue la mayor goleada de la historia a los de Avellaneda.
Siguió su carrera en Emelec de Ecuador y Las Palmas, Albacete, Extremadura y Cartagonova, todos de España.
Puso una escuelita de fútbol en Haedo con su entrañable amigo "Chiche" Soñora.

Claudio Di Natale


Claudio Di Natale hizo las inferiores y llegó a la primera en el Metropolitano 1983 al debutar oficialmente en la primera fecha contra San Lorenzo en una victoria 2-1 en cancha de Vélez. Esa tarde entró faltando dos minutos para reemplazar a Carlos Alberto Mendoza y tratar de aguantar el resultado.
Marcador de punta derecho. Zafaba. Correcto con la pelota pero no le pidan que cabecée. A su favor hay que reconcer que le tocó una época tremenda de Boca, ya que formar parte de la defensa a mediados de los ochenta era poco menos que incinerarse en público casi todos los domingos.
En total jugó 66 partidos y no pudo hacer nunca un gol.
Su carrera futbolística no incluyó a ningún otro equipo. Se retiró muy joven y muchos años después nos enteramos (sin poder probar posta ninguna de las dos cosas) que se recibiò de contador público y que es familiar de Juan Di Natale.

José Luis “Tata” Brown


Seguramente el mismísimo “Tata” debe reconocer que hay dos Brown. Uno anterior y otro posterior a su consagratorio Mundial de México 86.
Lamentablemente para los hinchas de Boca, debemos enfocarnos en el primer Brown. Llegó al club a comienzos de 1985 procedente de Nacional de Medellín. Allí en Colombia había tenido algunos quilombos que lo hicieron quedar marginado. Por ese motivo es que a Boca, arribó un marcador central falto de fútbol, sin ritmo y bastante lento. Con un buen cabezazo y mucha entrega (ver foto de cabeza sangrando en cancha de Gimnasia), pero otorgando enormes ventajas en la zaga boquense.
Sin embargo, arrancó a todo vapor. Debutó el 24 de febrero en el empate 1-1 frente a Estudiantes de Río IV en Córdoba por la primera fecha del campeonato Nacional. En su segundo partido le marcó un gol a Temperley. Y en su tercer encuentro hizo dos en la goleada 7-1 a Estudiantes de Río IV en cancha de Huracán. La noche que dolió bastante ver a Roberto Mouzo jugar contra Boca y encima hacerle un gol.
En ese torneo hizo otro gol (a Altos Hornos de Zapla Jujuy) y, la verdad, parecía que Boca había contratado un delantero. Pero tras la eliminación y la llegada de rivales un poco más exigentes, empezó a verse una versión bastante pobre del “Tata”.
Un Brown que seis meses después de irse de Boca levantaba la Copa del Mundo y mostraba un nivel poco menos que increíble para los que lo habíamos sufrido con la azul y oro.
En total jugó 29 partidos e hizo 5 goles.
Su carrera, que había comenzado en Estudiantes de La Plata y Nacional de Medellín, siguió tras su ida de Boca a fines del 85, por Deportivo Español, el Brest de Francia, Real Murcia de España y Racing de Avellaneda.
Ya retirado, integró el cuerpo técnico de Bilardo cuando el doctor dirigió a Boca.

Osvaldo Potente


Osvaldo Potente fue un gran jugador de Boca. Un ídolo para ser más precisos. Pura fuerza y habilidad, “Patota” llegaba muy seguido al gol y fue una figura emblemática en la década del ‘70. Lo que nadie podía imaginarse es que una vez retirado de fútbol, trabajaría de bombero. Porque eso es lo que fue “Patota” en sus dos mini ciclos como técnico del xeneize. El primer incendio que tuvo que apagar fue tras la renuncia del “Cai” Aimar en el final del Apertura 90. Tomó las riendas de un equipo que pese a tener buenos jugadores, penaba con cualquiera que le haga un poquito de fuerza. Y su intentona por dejar a ese Boca lo más alto posible en la tabla de posiciones salió mal. Dirigió al xeneize en la fecha 18 contra San Lorenzo en la Bombonera. Partido que la AFA le dio por perdido a ambos tras la trágica muerte de Saturnino Cabrera. Y en la fecha siguiente perdió con Platense 0-1 en la cancha de Dep. Español. El segundo siniestro que intentó apagar Potente fue en el Clausura 93. Tras el alejamiento de un “Maestro” Tabárez harto de halcones y palomas, “Patota” se sentó arriba de ese polvorín que era el plantel e hizo lo que pudo antes de la llegada de Habbeger. Dirigió en las fechas 13, 14 y 15. Y en los tres partidos sacó tres empates con Estudiantes (0-0), Gimnasia (1-1) e Independiente (1-1). Visto los acontecimientos siempre tengamos presente a Osvaldo Potente como un gran ídolo, Pero dentro del campo de juego. Aquí en la foto lo vemos hablando con el "Beto" Márcico en el vestuario de la cancha de Independuente tras el 0-0 con el Pincha.

martes, 13 de enero de 2009

Maradona vs Toresani


El sábado 7 de octubre de 1995 la Bombonera explotaba. Llena como en las grandes jornadas, estaba preparada para recibir al más grande. Es que Boca enfrentaba a Colón por la novena fecha del Apertura 95 y Diego se volvía a poner la camiseta azul y oro luego de 14 años y mil peripecias en el fútbol de Europa. Y la expectativa, entonces, era enorme. Humo de colores, bombas de estruendo, banderas grandes, Dalma y Gianinna llorando en el campo de juego. La salida de Boca fue épica. Pero semejante fiesta duró siete minutos exactos. Porque desde el pitazo inicial de Lamolina, fue eso lo que se tardó en que el clima se picara. Tras un pelotazo frontal de la defensa xeneize, Diego fue a saltar y Ameli lo atendió en el aire. El diez quedó tirado en el piso y Toresani pasó por al lado y le hizo el gestito que se levantara. Para qué. Frase va, frae viene. Gestito va, gestito viene. Y a los 38 del primer tiempo explotó todo por el aire. Tras un planchazo tremendo de Caniggia a Unali, el árbitro decidió hacer la vista gorda y eso descontroló a los sabaleros. En pleno remolino de jugadores, el “Huevo” quiso copar la parada y Diego Armando se sacó más de lo que estaba. Lo fue a buscar directamente y empezaron a perseguirse. Lamolina miraba y no lo podía creer. Tras varios minutos de idas y vueltas, y viendo que las protestas no aflojaban, “Pancho” le sacó una segunda amarilla a Toresani y a las duchas. Pero lo mejor vendría después del partido. En declaraciones a la TV, el “Huevo” fue contundente: “...Maradona le manejó el partido. Él me echó de la cancha, me gustaría encontrarlo para ver si me repite en la cara todo lo que me dijo”. Y Diego, fiel a su estilo, respondiò con los tapones de punta. “A ese muchacho le digo que vivo en La Habana y Segurola, séptimo piso. Lo espero esta misma noche. Y que no hable giladas, que no lo ehcaron antes porque yo le pedí a Pancho que no lo hiciera...”. Boca ganó finalmente 1-0 con gol de Scotto en el último minuto. Sufriendo. Boca a lo Boca. Y Diego a lo Diego. Como tenía que ser.

lunes, 12 de enero de 2009

Roberto Marcos Saporiti (1987)




Ariel Krasouski



Ariel Krasouski arribó al recordado Boca de Maradona y Brindisi en 1981. Y sin muchos pergaminos en su carrera se ganó, a pura garra, un lugar. Nada menos que el de volante central.
Su forma de jugar compensaba la mitad de cancha. Con mucha entrega y transpiración, el oriental metía como loco.
Tuvo tres ciclos en Boca y siempre fue fiel a un mismo estilo. En su última etapa, la temporada 1987/88, jugó algunos partidos de dos. Lo que lo expusó un poco más y sus patadas se hicieron más llamativas.
Típico jugador uruguayo, Krasouski tiene su merecido lugar en la historia xeneize.

sábado, 10 de enero de 2009

Guaraní A. Franco 6 - Boca 0


Imposible de olvidar el partido con Guaraní A. Franco jugado en Misiones el 21 de abril de 1985. Boca perdió 0-6 y de amistoso tuvo sólo el nombre. El xeneize salió tranqui y se encontró con un Guaraní que tomó el match como la final del mundo. Hubo pierna fuerta desde el minuto uno. Hrabina y un jugador de Guaraní se agarron a trompadas y fueron expulsados sobre el final del primer tiempo.
Venía tan quenchi la cosa, que Don Alfredo Di Stéfano empezó a hacer algunos cambios para cuidar las piernas de los jugadores. Entonces con diez jugadores y tres goles abajo, Boca salió en el segundo tiempo a matar o morir. Y murió. Porque en tres contras, los misioneros armaron un carnaval que no habían imaginado ni en sus mejores sueños.
Faltando diez minutos y ya 0-6, Pasucci abandonó el campo de juego por estar disconforme. Todo mal. Acá en la foto vemos el once inicial que presentó Boca en lo que se suponía que iba a ser un partido tranqui. Arriba: Hrabina, Olarticoechea, Gatti, Pasucci, "Plumero" Gómez y el "Flaco" Fornés. Abajo: Musladini, Graciani, Giachello, Tapia y Dykstra.

Boca 1 - MTK 0


El Boca de Alfredo Di Stéfano llegó a Mar del Plata para enfrentar al MTK de Hungría. El amistoso se jugó en la Feliz el 16 de enero de 1969 y con tribunas llenas. Eran años en dónde no había globalización y si bien el fútbol húngaro era más o menos respetado, al MTK no era lo que se dice un equipo de primera línea. Para ser realistas no lo conocía ni el loro. Acá en la foto vemos el gol del "Pocho" Pianetti para sellar el 1-0 final.

Adrián “Ruso” Domenech


Vamos a hablar sin rodeos y yendo derechito al grano. La imagen que dejó Adrián Néstor Domenech en su paso por Boca fue mala. Y más teniendo en cuenta sus actuaciones predentes en el Argentinos Juniors multicampeón. Actuaciones que, en definitiva, hicieron que viniera al xeneize.
Llegó junto a una gran cantidad de refuerzos para la temporada 1987/88, en lo que se creía que iba a ser un proyecto serio: “el proyecto Saporiti”.
Debutó oficialmente el 8 de septiembre de 1987 en cancha de Ferro por la segunda fecha del campeonato. Una noche que Boca jugó muy mal y perdió 1-2 con los de Caballito.
La verdad es que había muchas ganas y necesidad de verlo rendir bien. Pero la realidad era muy chocante. Y más para un tipo que se apodaba “Ruso” y jugaba de marcador de punta izquierdo. Era imposible no compararlo con “Ruso” Hrabina. Y no es que Hrabina haya sido Marzolini. Pero dejaba el alma y cuando no podía con un rival, lisa y llanamente lo mataba.
Domenech era flojo en la marca, no pegaba ni de casualidad, era flojo en el cabezazo y flojo de mitad de cancha para adelante. En resumen, la cosa no iba ni para atrás ni para adelante.
Jugó en total 16 partidos, no hizo goles y se fue de Boca con un último partido acorde al nivel mostrado. En el crucial choque con Independiente en la Bombonera por la segunda rueda de la temporada 1988/89, fue un molinete liberado para que Insúa, Bochini y Alfaro Moreno entren al área de Navarro Montoya.
Su carrera, que justamente había comenzado en el Rojo de Avellaneda, siguió después en Argentinos Juniors, el Genclerbirligi de Turquía y Platense.

Fernando "Turbina" Navas


Fernando Navas irrumpió en la primera de Boca el 2 de mayo de 1998. Esa noche el xeneize perdió 2-3 con Deportivo Español y además de sumar una nueva derrota en ese Clausura 98, contaba con otro debut. Carlos María García Cambón estrenaba su condición de DT tras la renuncia de Veira.
"Turbina" era un volante derecho con potencia y buen ida y vuelta. Con Bianchi empezó a ganarse el puesto pero una expulsión boluda en cancha de Racing (Apertura 98) le hizo perder terreno a manos de "Pepe" Basualdo. No pudo consolidarse y siguió su carrera en el AEK de Grecia y más tarde en Unión de Santa Fe.
En total jugó 57 partidos e hizo 6 goles.

viernes, 9 de enero de 2009

Fernando Ortiz


Fernando Ortiz surgió de las inferiores de Boca. En realidad comenzó en el equipo de sus pagos: el Sportivo Corral de Bustos.
Le tocó debutar en la primera el 31 de mayo de 1998 cuando por el Clausura Boca goleó a Gimnasia y Tiro de Salta por 4-0.
Fue un buen marcador central que terminó haciendo de comodín en cualquier puesto de la defensa ya sea por alguna que otra lesión o suspensión de los titulares. Tenía un muy buen cabezazo y un promedio de gol impresionante para el puesto que ocupaba.
Lamentablemente no tuvo muchas más oportunidades en una zaga que con Ibarra, Bermúdez, Samuel y Arruabarrena no dejaba ni en pedo oportunidades a los que venían atrás.
En total jugó solamente 8 partidos e hizo 3 goles.
Se lo pudo ver después por Mallorca B de España, San Lorenzo, Unión, Banfiel, Estudiantes, Santos Laguna y América de México.

Jorge Ramoa


Jorge Ernesto Ramoa tuvo una promisoria pero fugaz aparición por la primera de Boca.
Debutó oficialmente en la victoria contra Central 3-2 en la Bombonera por el Metropolitano de 1981 y prometía muchísimo. Pero...
Volante ofensivo y zurdo, fue suplente nada menos que de Maradona en ese campeonato. Entonces, obviamente, tuvo muy pocas oportunidades para poder mostrarse (aparte del partido con Central jugó casi 10 minutos en el 4-0 a Platense en cancha de Vélez y nada más).
Siguió un año más en Boca pero su tren ya había pasado. En total, apenas pudo jugar 4 partidos (sólo 2 completos) y anotó 1 gol frente a Gimnasia de Mendoza por el Nacional 1982.
Siguió su carrera en Chaco For Ever, Racing, Estudiantes de Caseros y Bucaramanga, Deportivo Pereira, Unión Magdalena y Millonarios, todos de Colombia.

Aldo Bobadilla


Golero paraguayo que pudo mantenerse una sola temporada en el arco de Boca y que la mayor alegría que le brindó a la hinchada fue con la camiseta de otro club. Procedente de Libertad de Paraguay, Bobadilla se destacó y fue clave en los cuartos de final de la Libertadores 2006 cuando el equipo guaraní eliminó a River. No es que eliminar a River de una Copa sea una gran hazaña, pero el uno sorprendió por su nivel. Eso, sumado a la ida de Pato Abondanzzieri al Getafe, hicieron el escenario propicio para el arribo de Aldo Antonio Bobadilla a Boca.
Desembarcó a mediados de 2006 en el equipo comandado por un Basile que ya se iba a la selección argentina. Debutó oficialmente el 6 de agosto de 2006 por la primera fecha del Apertura, en el 3-0 a Banfield en la Bombonera.
Esos primeros partidos de Bobadilla fueron bastante tranquilos. Es que el Boca de Coco dominaba los partidos y la verdad que le llegaban poco y nada. Pero cuando los rivales empezaron a apretar el acelerador, el paraguayo comenzó a dejar muchas dudas.
La primera gran perla de Bobadilla fue en la ida de la final de la Recopa contra San Pablo. Thiago le pateó en diagonal desde unos 35 metros y la pelota, ante un mal cálculo, se le fue por debajo del cuerpo sin que siquiera pudiera tocarla. Ese gol en el arco que da al Riachuelo fue la primera alarma que avisaba que los tres palos de Boca no estaban muy bien custodiados que digamos.
Con la llegada La Volpe, a Aldo se le complicó más el panorama ante el capricho de Bigotón de salir jugando desde el fondo. Bobadilla no era muy ducho con los pies y en cancha de River se notó a la legua. En una salida, le entregó una pelota superexigida a Silvestre casi contra el banderín del córner. Silvestre perdió la bocha, hizo foul y vino el primer gol de los de Núñez en la derrota 1-3. Evidentemente, los hechos iban poniendo las cosas en su justo lugar.
En la eliminación de la Sudamericana 2006, tuvo la chance de pegar el campanazo. Pero en la definición por penales en Salta ante Nacional de Montevideo, Bobadilla no pudo atajar ningún penal. Y la hinchada, acostumbrada a las manos salvadoras de Pato y Oscar Córdoba, empezó a bajarle el pulgar de a poco.
La definición del Apertura 2006 fue la peor para Boca y desde ya, para Bobadilla también. Responsable directo en la tardía salida ante Pavone en cancha de Vélez, el incendio del ciclo La Volpe consumió al arquero paraguayo.
Ya con la llegada de Miguel Russo a la dirección técnica y Caranta al arco, Aldo comió banco y pudo jugar un rato más en el que se despidió de la peor manera. El 31 de mayo de 2007 ante el Cúcuta en Colombia, por el partido de ida de semifinales, Caranta debió abandonar el arco en el entretiempo por un problema muscular. Bobadilla ingresó con el partido 1-1 y se lo notó más indeciso que de costumbre. Salió tarde y lejos en el segundo gol y quedó haciendo la estatua en el tercero, un tiro libre al ángulo pero desde bastante lejos.
En total jugó 25 patidos oficiales y su carrera, que había comenzado en Cerro Porteño de Paraguay y Gimnasia de La Plata, siguió en Independiente de Medellín, Colombia.

Ricardo Gareca (1987)


Maradona erra cinco penales consecutivos


Que hasta los más grandes han errado penales es una frase muy escuchada. Y es verdad. Pero que el más grande haya errado cinco penales consecutivos es inexplicable. Terrible racha la de un Diego que, si bien no mostraba su mejor versión, seguía siendo Maradona.
Fue en el Clausura 1996 y aquel Boca de Bilardo peleaba el campeonato palmo a palmo con Vélez y Gimnasia. La nefasta serie empezó contra Ñuls en el Gigante de Arroyito. Y siguió con “Superman” Labarre de Belgrano, “Rifle” Castellano de Central, el palo contra River (foto) y finalizó con “Nacho” González de Racing. Si bien Boca ganó en tres de esos cinco partidos, la última pifia, en el 0-1 contra la Academia lo bajó definitivamente de la lucha final por el título. Diego fue, es y será el más grande. Pero justo a él le tocó errar cinco penales en siete fechas. Una cosa de locos

Giorgio Chinaglia


"Checho" Batista (III)


"Checho" Batista (II)


Boca 1987/88


John Jairo "Turbina" Tréllez


Ya desde su arribo a Boca, John Jairo Tréllez no pasaría desapercibido. Es que en los primeros meses de 1994, el entonces técnico xeneize César Luis Menotti pidió insistentemente su llegada al club. Hasta acá nada muy extraño, ya que según contaban los diarios, “Turbina” la rompía en el fútbol colombiano defendiendo la camiseta de Nacional de Medellín. Lo raro es que en lugar de Tréllez, el que iba a llegar a Boca era nada menos que Ronaldo. Pero la visión del “Flaco”, priorizó al colombiano por sobre la joven estrella brasileña.
Llegó entonces con bombos y platillos. Todos los ojos estaban sobre él. Pero semejante expectativa duró un solo partido. Es que su debut en cancha de Huracán frente a Dep. Español fue pésimo. Hay que reconocer que todo Boca fue un desastre en ese 0-0 con los gallegos, pero se esperaba muchísimo más de Tréllez. Y que si las cosas no salían por lo menos se pusiera el equipo al hombro y pidiera la pelota. Porque en teoría llegaba para hacer la diferencia. Para pegar el salto de calidad. Pero no. Los únicos saltos que pegaba eran cuando había que trabar una pelota. Porque si algo caracterizó a “Turbina” en su paso con la azul y oro fue justamente esconderse y jamás poner la patita. Y la sangre llegaría al río muy pronto. Porque en su segundo partido, Boca perdió con River 0-2 en la Bombonera después de ocho años. Y el DT se vio obligado a sacarlo en la mitad del segundo tiempo y cuando más caliente estaba el partido ya que había que ir al frente a buscar el empate. Pero lo del morocho era imperdonable. Caminaba la cancha. Pero caminaba en serio. Y la cosa se desmadró cuando fue a forcejear una pelota en mitad de cancha y cayó como una cartulina. Inmediatamente empezaron los chiflidos y a decir verdad, su situación ya no tuvo retorno. Porque jugó algunos partidos más pero no pudo hacer pie nunca. Resistido al mango. Apático. Frío como inodoro de cemento. Jamás entendió lo que es ponerse la camiseta de Boca. Con la Supercopa y el Apertura de ese año llegó a completar 19 partidos en los que hizo sólo dos goles. Un desastre. Pero por suerte para todos llegaría una buena jugada de John Jairo. Hizo los bolsos y se rajó al Juventude de Brasil. Gracias.

jueves, 8 de enero de 2009

Sandro Guzmán


Sandro Guzmán arrancó en Boca ya con el pie izquerdo. Eterno suplente de Chilavert en Vélez, llegó al xeneize en la temporada 1996/97 para formar parte del tétrico “Dream Team” comandado por el doctor Bilardo. Para no ser menos, acá también fue suplente. Pero una interna entre Navarro Montoya y el técnico acabó con el “Mono” desafectado del plantel.
Y en su debut, ya tuvo tiempo para meter la pata hasta el fondo. Boca terminaba de destrozar a Huracán con un 6-0 en la Bombonera y todavía en el campo de juego, no tiene mejor ocurrencia que declarar ante un micrófono “...del arco de Boca no me sacan ni muerto”. Con la hinchada aún dolida por la salida del arquero / ídolo, la frase sonó por lo menos desubicada e irrespetuosa.
Pero las cosas empeorarían a un ritmo más que acelerado. Porque si bien es verdad que ese Boca era una banda que se comía bailes con cualquiera, el ex Vélez no hacía nada para salvar las papas. Y las derrotas abultadas empezaron a llegar domingo tras domingo. Cuatro pepas en cancha de Racing. Cuatro pepas en Arroyito Semejantes resultados le costaron la cabeza a Bilardo.
Y para el Clausura 1997, y ya con el “Bambino” Veira como DT, empezó a pelear el puesto con otro recién llegado: el “Pato” Abondancieri. La campaña sería mala nuevamente y Guzmán jamás podría brindar un mínimo de seguridad bajo los tres palos. Cada centro o cada remate al arco de Boca era jugada de gol. Sandro estuvo presente en varios partidos y mantener el arco en cero era una misión imposible. Tres pepas en el Monumental en un nefasto 3-3. Tres pepas en cancha de Unión en otro 3-3. Hasta que la hinchada y Veira, en ese orden se cansaron. En el partido con Dep. Español en La Boca, a los 4 minutos y ante un remate al arco, quiso embolsar la pelora pero le pegó en el pecho y dio un rebote larguísimo. Rebote que un tal Almirón transformó en el primer gol de los gallegos. Y “La 12” empezó su trabajo de demolición. Cada vez que la pelota llegaba al arquero, le bajaba una estruendosa lluvia de chiflidos. El resto de la cancha no fue menos. Y le festejaba y aplaudía irónicamente cada saque de arco. Y Veira, un amigazo, lo incendió definitivamente y lo sacó en el entretiempo. Para jugar los segundos 45 minutos entró el “Pato”. En la semana hubo fuego cruzado de declaraciones. Mientras el técnico aseguraba haberlo reemplazado para “protegerlo”, Guzmán afirmaba que su ciclo en Boca estaba terminado y que no lo habían esperado como merecía. Un caradura.
Pudo jugar un partido más frente al lobo jujeño y tras la finalización del campeonato pasó a Dep. Español. De allí a All Boys, Atlético Tucumán y otros equipos de la “B”. Para darnos una mínima idea de lo que fue la estadía de Guzmán en el arco xeneize bastan dos números: jugó 18 partidos y se comió 30 goles. Un verdadero clavo. Y oxidado.

Delgado vs Macri

Boca estaba de gira por Asia en la pretemporada 2005. Eran los primeros pasos del ciclo Basile y el “Coco” ya tendría que soportar la primera turbulencia. Es que Marcelo Delgado, consciente o inconscientemente, tiró una bomba atómica hecha frase: “...que el presidente no haga negocios personales con Boca”. Macri, sacado como pocas veces, viajó especialmente desde China hacia Japón para separar en persona al “Chelo” del plantel. La bronca había nacido cuando Delgado recibió ofertas faraónicas para irse a jugar al fútbol de Japón o al de Qatar. Y ante el pedido/ruego de “...es mi última oportunidad, me tenés que dejar ir” se topó con un no rotundo de un Mauricio que también fue filoso con la lengua: “...llegaste hace sólo seis meses. Necesitamos de tus servicios. Boca no es un hotel para entrar y salir”. Inmediatamente fue deportado en el primer vuelo que partió hacia la Argentina y no pudo continuar haciendo la pretemporada con el resto de sus compañeros en Japón. Basile no sabía para dónde rajar. Sólo atinó a balbucear un tímido “...me dijeron que Delgado está fuera de la plantilla y va a volver a Buenos Aires. Pero yo lo tengo en cuenta”. Una vez comenzado el campeonato, las buenas actuaciones de Palacio y los triunfos de Boca fueron haciendo olvidar de a poco a un “Chelo” que pintaba para titular en esa temporada. Finalmente fue multado y jugó algunos partidos de ese Apertura 2005 para, una vez finalizado irse en forma definitiva del club. El revuelo tomó tal magnitud que fue conocido como el “Chelogate”.

Combinado Gral. Sarmiento 0 - Boca 2


El 16 de julio de 1989 Boca jugó contra el Combinado de Gral. Sarmiento. El rejunte, perdón, el combinado, estaba formado por jugadores de San Miguel, Muñiz, L.N. Alem y Juventud Unida. Y la causa de semejante presentación fue a beneficio de la gente de San Miguel. Todo orquestado maravillosamente por el intendente de Gral. Sarmiento.
Aquí en la foto vemos los once que se animó a sacar el "Cai" Aimar esa tarde. Porque entre los pozos de la cancha de Juventud Unida y las ganas de figurar de los rivales.... Arriba: Stafuzza, Simón, Marangoni, Merlo, Erbín y Berti. Abajo: Fabián Carrizo, Graciani, Villarreal y Walter Pico. El resultado final fue 2-0 para Boca. Insólito.

Roberto “Pampa” Sosa


Centrodelantero que llegó a Boca gracias a algunas características que lo hacían ver como el tipo ideal para por fin reemplazar a un Martín Palermo que andaba probando suerte por España.
Alto, de movimientos algo aparatosos y lentos, pero con experiencia europea, potencia, olfato goleador y un cabezazo impactante, el problema del “Pampa” fue cuando tuvo que empezar a correr detrás de la pelotita en una cancha de once.
Llegó al Boca de Tabárez a mediados de 2002 procedente de Udinese de Italia y causó bastante impacto y revuelo su conrratación. Es que tras la partida del Titán a fines de 2000, el xeneize se las había arreglado sin números nueve de jerarquía. Y el arribo de Roberto Carlos Sosa fue visto, en su momento, como una contratación de la puta madre.
Debutó oficialmente el 4 de agosto en un 3-0 a Unión en la Bombonera por el Apertura. Esa noche, sin embargo el destino ya daba una señal de lo que sería su paso en el xeneize. Es que cerca de los quince del segundo tiempo, Tabárez lo sacó y puso a Bracamonte. Y Braca, dos minutos después, clavó el tercer gol. A buen entendedor, pocas palabras.
Se esperaba mucho de Sosa y, la verdad, es que no se vio nada. Por eso tal vez la decepción fue mayor. Quizás una de las más marcadas en los últimos tiempos. Porque para ser sinceros, lo del “Pampa” fue un desastre.
Desconectado de compañeros y errático en pases, Sosa a medida que pasaban sus actuaciones fue haciendo hincapié en un problemas básico: no hacía goles. Y esto se daba por un problema aun mayor: directamente no llegaba a ponerse en situación de gol. Porque a diferencia de otros casos, no es que al “Pampa” le pegaban sus cabezazos en el palo o se los sacaban en la línea. Daba la sensación de estar a kilómetros de hacer un gol.
Para empeorar su situación, empezó a dar muestras constantes de fastidio y enojo cada vez que lo reemplazaban (foto frente a Gimnasia por la Sudamericana).
Jugó en total 9 partidos y se fue de Boca virgen de goles.
Su carrera, que había comenzado en Gimnasia de La Plata y Udinese, tras escasos dos meses en el club, siguió en Ascoli, Messina y Nápoli de Italia. Y posteriormente un retorno al Lobo.

Camiseta suplente "papal" (2004/05)


Otro porrazo. Que se use el blanco como color predominante de una camiseta suplente de Boca es aceptable. Ahora, combinar el blanco con una franja amarilla tenía menos gusto que asado sin sal.
Acá, la pipa respeto el diseño de la camiseta pero se piró con los colores. Se usó poco y nada. Una vez en el campeonato local y en algún partido de la gira de pretemporada por Asia. La realidad es que gustó muy poco en general y no llegó a convencer a nadie.