viernes, 31 de julio de 2009

La mano negra que sacó a Boca de la Libertadores 65


Muchos se dedicaron a ensuciar los títulos obtenidos por el Boca de Lorenzo, pero las historias negras de la Copa Libertadores ya se remontaban a las primeras ediciones.
En 1965 Boca, que venía de ser subcampeón del 63, enfrentó en tres épicas semifinales a Independiente en cancha de River. Los resultados fueron 0-2, 1-0 y 0-0, por lo que el Rojo que venía de ser campeón 1964, avanzó a la final por diferencia de gol. Para esa serie los de Avellaneda incluyeron en su equipo en forma ilegal a dos de sus nuevas figuras, Ricardo Pavoni y Roque Avallay. La irregularidad fue detectada por los directivos de Boca que protestaron la clasificación.
Sin embargo los directivos de Independiente encontraron una solución de lo más "limpia", Entraron en el edificio de la AFA antes del horario de apertura y que lleguen los controles pertinentes, y "colocaron" las fichas con los pases de los jugadores truchos.
La trama de semejante operativo se filtró años después en un humilde asado entre gente de Arsenal de Sarandí. Chori va, morci viene, vaso de vino va, vaso de vino viene. alguien soltó la lengua y hasta habría deslizado los nombres de Herminio Sande, presidente de Independiente por esos años y su fiel delegado, un tal don Julio, como los ejecutores de la movida.
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Autor invitado: Miguel Sarfson

jueves, 30 de julio de 2009

Jonathan "Johnny" Maidana


Por más que hagamos el esfuerzo de no tocar el tema, es muy difícil hablar de Jonathan Ramón Maidana y no hacer mención a sus sesiones de video chat junto a su amigo Ever Banega. La realidad es que de cada diez búsquedas en Google acerca del Johnny, nueve muestran eso y una sola roza el tema fútbol. De todas formas, por más que haya demostrado ser un tipo muy ducho (?) en lo que respecta a tareas manuales, no podemos dejar de analizar a fondo y ser todo lo crítico que podamos con su paso por Boca. Siendo todo lo imparcial que podamos y separando, más que nada, la paja del trigo.
Procedente del submundo del ascenso, más precisamente de Los Andes, debutó oficialmente en los últimos días del ciclo Basile. Su estreno fue el 14 de septiembre de 2006, nada menos que en el Morumbí, ante San Pablo y coronándose campeón de la Recopa. Es verdad que entró por Neri Cardozo faltando pocos minutos, pero ¿quién le puede quitar la alegría ante semejante presentación?
Primer marcador central de buena contextura física, pero que entregaba demasiadas ventajas como para ser el dos de Boca. No tenía un buen cabezazo, algo lento en los cruces hacia los costados, muy limitado con la caprichosa (?) y, tema clave: cero voz de mando para con los compañeros. Y un dos mudo es una bomba de tiempo.
Ya con La Volpe en el banco, Johnny le ganó la pulseada (?) al hasta entonces titular Matías Silvestre y tuvo toda la continuidad necesaria como para asentarse y mostrar un nivel acorde a la responsabilidad que le tocó enfrentar. Pero, la verdad, el puesto le quedó algo grande.
Tras ser el titular indiscutido del equipo durante Clausura y Apertura 2007 y Apertura 2008, jamás pudo brindar confianza. Imposible no recordar su imagen en el partido contra el Milan en Japón, donde fue arriado a más no poder por los atacantes italianos.
A su favor podríamos escudarnos en que algunos partidos los jugó de marcador de punta. Pero su juego como cuatro fue peor todavía. Nada de salida por el costado y cero control de pelota. Era muy común verlo intentar parar la redonda y ver como se le iba un par de metros adelante.
Tras jugar con Arsenal en la Bombonera el 1 de junio de 2008 fue vendido al fútbol ucraniano, dejando la estadística de 66 partidos oficiales disputados y 1 solo gol convertido. Fue frente al Toluca en cancha de Vélez por la Libertadores 2007 cuando milagrosamente abrió el marcador con un cabezazo sobre el arco que da a Juan B Justo. En torneos AFA sufrió 1 sola roja (vs el Lobo en el estadio Único, la tarde que Palermo llegó al gol 180), lo que nos invita a pensar en cierta blandura a la hora de marcar.
Su carrera, iniciada en el Milrayitas, siguió en el Metalist Kharkiv de Ucrania.
Dada las bajas temperaturas del destino elegido por el Johnny, creemos innecesario aconsejarle como calentarse las manos. Suponemos que ya debe saber cómo hacerlo.

miércoles, 29 de julio de 2009

La suspensión del Mundial de Clubes 2001


Desde el día que Codesal pitó el penal a favor de Alemania en Italia 90, cada jugada que hace la FIFA va de la mano de un oscuro manto de sospechas. Y uno de los casos más misteriosos fue lo acontecido alrededor del fallido Mundial de Clubes 2001. Competición en la que Boca estuvo involucrado a tal punto de ser uno de los doce equipos que debían participar. Pero toda la ilusión que siempre generan este tipo de copas, gracias a un timonazo de Blatter y sus muchachos, quedó en la nada por un simple detalle. Nunca llegó a jugarse.
El Mundial de Clubes 2001 fue un intento de llevar a cabo la segunda edición del torneo organizado por la FIFA. Y en teoría, estaba planeado para ser jugado en España entre fines de julio y principios de agosto de 2001.
El formato planteaba a los doce participantes divididos en tres grupos de cuatro equipos cada uno. Se clasificaban para las semifinales los tres primeros de cada grupo más el mejor segundo. Y después, lo de siempre. Semis, partido por el tercer puesto y finalísima a matar o morir el 12 de agosto en el Bernabéu.
Los equipos que habían ganado el derecho a jugarlo eran los campeones de cada continente, más el campeón de la liga española por ser el país organizador. A saber:
  • Real Madrid, campeón de la Liga de Campeones de Europa (2000)
  • Galatasaray de Turquía, campeón de la Supercopa de Europa (2000)
  • Palmeiras, campeón de la Copa Libertadores de América (1999)
  • Boca Juniors, campeón de la Copa Libertadores de América (2000)
  • Los Ángeles Galaxy de EEUU, campeón de la Copa de Campeones de la CONCACAF (2000)
  • Deportivo Olimpia de Honduras, subcampeón de la Copa de Campeones de la CONCACAF (2000)
  • Júbilo Iwata de Japón, campeón de la Supercopa de Asia (1999)
  • Al-Hilal de Arabia Saudita, campeón de la Supercopa de Asia (2000)
  • Heats of Oak de Ghana, campeón de la Liga de Campeones de la Confederación Africana Fútbol (2000)
  • Zamalek de Egipto, campeón de la Recopa Africana (2000)
  • Wollongong Wolves de Australia, campeón de la Liga de Campeones de la OFC (2001)
  • Deportivo La Coruña, invitado por ser campeón de la Liga española (1999-00)
La cosa iba tan en serio que varios meses antes, se hizo el correspondiente manoseo de bolillas frías y calientes, se designaron las sedes, los estadios, las fechas de los partidos y hasta se subió la información a la web de la FIFA.
Se habían elegido cuatro estadios de tres ciudades diferentes: en Madrid, el Bernabéu y el Vicente Calderón. En La Coruña, el estadio de Riazor y en Santiago de Compostela, el estadio San Lázaro.
Boca había salido sorteado para integrar el Grupo A, junto a Deportivo La Coruña, el Wollongong Wolves y el Zamalek Sporting Club. El Grupo B lo formaban Galatasaray, Al-Hilal, Deportivo Olimpia y Palmeiras. Y cerraban, en el Grupo C, Real Madrid, Júbilo Iwata, Los Ángeles Galaxy y Hearts of Oak. Cuando lo único que faltaba era esperar que River mire por TV el partido inauguración entre Boca y La Coruña el 28 de julio en Riazor, empezaron las cosas raras que fueron haciendo el caldo gordo para la suspensión del torneo.
Lo que primero trascendió fue cierta negativa de algunos clubes (¿el Real Madrid?) a chocar con equipos supuestamente inferiores. La negativa llegaba a tal punto que ya se hablaba de posibles bajas, lo que obligaba a reprogramar fixture y calendarios.
Luego se habló de problemas económicos de algunos de los equipos participantes que, a la hora de hacer los números, no les era muy redituable que digamos su participación.
Y como si todo esto ya fuera poco, saltaron enormes problemas financieros del principal patrocinador de marketing de la FIFA: el ISL Worldwide declaró la quiebra y dejaba casi en la lona al Mundial de Clubes.
Ante semejante escenario, la FIFA no tuvo más remedio que cancelarlo y finalmente, el 18 de mayo, decidió posponerlo con fecha a jugarse en 2003. La idea se desechó al toque, y se lo volvió a patear para adelante, concretamente para el año 2005, año en que sí vería la luz, pero con otros equipos participantes (los actuales campeones de ese año), otra sede (Japón) y bajo otro formato (el actual de seis equipos). En pocas palabras, a los que debían jugar la edición 2001, lo siento mucho.
El fixture que le había tocado a Boca era enfrentar al local Deportivo La Coruña el 28 de julio en el estadio de Riazor, luego medirse con el Zamalek el 1 de agosto nuevamente en Riazor y cerrar ante los australianos de Wollongong Wolves el 4 de agosto en el estadio San Lázaro de Santiago de Compostela.
Cómo le hubiera ido a Boca en esta Copa no sabemos, lo que sí podemos asegurar es que, ante semejantes rivales, seguro hubiera sobrado material de colección.

Pedro Moltedo


Con su reciente paso, Luciano Figueroa se convirtió en el jugador número 94 en vestir las camisetas de Boca Juniors y de River Plate en la historia del fútbol argentino. En la mayoría de los medios solo se toman en cuenta quienes lo hicieron desde el comienzo del profesionalismo, una arbitrariedad que deja afuera del conocimiento de la gente a una veintena de futbolistas que compartieron el hecho de jugar en los dos grandes del fútbol, en la época que eran vecinos del barrio. El caso más extraño y menos conocido, es el del primer jugador que estuvo en los dos equipos. Se trata de Pedro Moltedo.
Moltedo nació en la Capital el 1º de marzo de 1888. Estudiaba en el Colegio Nacional Central, en la calle Bolívar entre Moreno y Alsina al igual que muchos de sus futuros compañeros de equipo. En 1903, con sólo 15 años, fundó junto a los hermanos Vergara, Garibaldi, Orcero y Fuentes, el team barrial Independencia Sud siendo incluso capitán. La base de este conjunto conformaría dos años más tarde y ya de manera más formal que un mero equipo barrial, el Club Atlético Boca Juniors.
En la escuela secundaria Moltedo aprendió a jugar al fútbol, haciéndolo en el puesto de centroforward. Era amigo de Santiago Sana y de Bernardo Messina y a través de este conoció a Leopoldo Bard, Martínez y Flores quienes lo invitaron a formar parte del team de La Rosales, junto a su hermano Vicente, jugando como arquero. En mayo de 1904, según investigaciones realizadas recientemente, habría sido la fecha de fundación real del Club Atlético River Plate, fusionando los ya existentes teams barriales La Rosales y Santa Rosa.
Pedro Moltedo fue arquero en el primer partido que jugó River Plate del que se tenga registros documentados, en el field ubicado en la Dársena Sud.
El 3 de abril de 1905 se funda Boca Juniors. Días mas tarde, el viernes 21, se concreta el primer partido en la historia del club, un encuentro amistoso jugado en la manzana delimitada por Pedro de Mendoza, Colorado, Sengüel y Caboto ante el equipo de Mariano Moreno. Fue victoria de Boca por 4-0 y Pedro Moltedo fue capitán del equipo.
El 30 de abril de ese año, River hace su debut en el fútbol organizado, en la Tercera Liga de la Argentine Association (equivalente a la Primera "B" Metropolitana de estos tiempos). En la Dársena Sur, pierde 3-2 con el team de la Facultad de Medicina. Moltedo integra el equipo riverplatense, y a lo largo de 1905 y 1906 estaría formando parte del plantel en los campeonatos oficiales.
Para ese mismo 30 de abril, el diario La Argentina informa de otro partido barrial de Boca, ante Presidente Roca. En la formación se anuncia anticipadamente a Moltedo, pero no indica si luego de efectuado el partido llegó a jugar. Las canchas de Boca y River quedaban muy cerca y no había ninguna disposición que prohibiera a algún jugador disputar un encuentro barrial y luego hacerlo por la Liga Oficial. Sin embargo, en las fuentes consultadas, el horario de comienzo de cada partido es el mismo (2 PM), por lo que es posible que Moltedo, si bien se anunciaba en Boca, hubiera ido a jugar para River, ya que el partido era de carácter oficial. O bien pudo pasar que los encuentros se jugaran en distinto horario y Moltedo estuviera en los dos. Lamentablemente, solo tenemos conjeturas y no certezas.
En 1906, Moltedo volvería a jugar partidos barriales para Boca Juniors.También integró el plantel que debutó en la Segunda División de la Asociación Argentina en 1908, incluyendo el primer partido del campeonato, ante Belgrano Athletic (victoria boquense 3-1). Al año siguiente jugaría algunos partidos más en Boca.
En 1909 se alejó de la práctica del fútbol para enrolarse en el ejército. Luego se dedicó a realizar tareas en la Contaduría de la Compañía General de Ferrocarriles Buenos Aires.
Sin dudas se trata de un caso excepcional. Le tocó el increíble privilegio de estar en el primer partido del que se tenga constancia de ambos clubes, y también, del debut oficial en AFA de los dos equipos grandes.

lunes, 27 de julio de 2009

Club Social Deportivo Boca Juniors de Huarmey (Perú)


En el país inca nos encontramos con este club fundado en el año 1960 y que se desempeña en la primera división de la Liga Distrital de Huarmey. En 2008 al lograr el subcampeonato en este torneo provincial, clasificó a la Copa Perú, torneo disputado por equipos provincianos con la finalidad de lograr un ascenso a la Primera División del fútbol peruano para el campeón y a la Segunda División del fútbol peruano para el subcampeón.

En su vasta historia el equipo xeneize peruano, logró cuatros títulos de la Liga Distrital, de los cuales tres fueron consecutivos en 1973, 1974 y 1975. El último fue en 2006

Por estos días el club mientras busca sponsor para su camiseta, muestra orgullosamente desde su página web el inicio de los trámites de su título de propiedad y la limpieza del terreno que servirá como estadio en el barrio Boca a orillas del río Huarmey. Se puede ver además en su sitio oficial como la casaca del equipo fue mutando de modelo junto con la de nuestro Boca Juniors.
En las fotos de los planteles se muestra los equipos de 2009, al campeón 2006 y por último, al primer equipo del Boca peruano, en 1960.
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(Muchas gracias a Santi Castillo por el material proporcionado)

domingo, 26 de julio de 2009

jueves, 23 de julio de 2009

José “Chino” Pereda


Tras la partida de Nolberto Solano al fútbol inglés a mediados de 1998 y aprovechando la buena imagen que había dejado, algún oportunista tiró el nombre de José Antonio Pereda para reemplazarlo, algún dirigente compró la idea y muchos hinchas caímos en la trampa. Supuestamente en el enroque de peruanos, Boca salía favorecido ya que el Chino tenía la misma técnica que el Ñol, pero más visión y más llegada de mitad de cancha para adelante. Pero evidentemente algo falló.
Debutó oficialmente en los comienzos del ciclo Bianchi. Fue el 16 de agosto por la segunda fecha del Apertura 98 en un ajustado 3-2 al Lobo jujeño en la Bombonera. Esa noche, tras ver desde el banco los dos golazos de Palermo (uno para cada equipo), entró promediando el segundo tiempo por Chipi Barijho para tratar de tener un poco la pelota y enfriar el partido. Y a su juego lo habían llamado, ya que el Chino era en líneas generales, un volante ofensivo, habilidoso y de buen manejo de pelota. Pero de ser un tipo habilidoso y de buen manejo de pelota a ser calesitero, a veces hay un paso muy corto de distancia. Y ese paso, Pereda lo daba domingo de por medio, siendo generosos.
Porque irse en pisadas, enganches y quiebres de cintura sin encarar nunca a la defensa rival fue, es y será calesita. Y las pocas veces que tiró la chancleta y se mandó para adelante, protagonizó bloopers insólitos. Como la mañana del 7 de marzo de 1999 en el Nuevo Gasómetro. Bajo un sol que rajaba la tierra, se gambeteó a medio Ferro, y en lugar de definir ante un arquero que salía regalado, tiró una gambeta más y se fue con pelota y todo por la raya de fondo. Es muy probable que si el choque no era con los carteles de publicidad hubiera sido contra los pastizales de la Avenida Varela.
Este tipo de jugadas y más que nada rendimientos, impidió que se consolide y se ganara un lugar decente en el equipo. Y encima lo convirtieron en el chivo expiatorio de la hinchada. Es verdad que la gente siempre quiere tener a mano alguien para echar culpas, pero el Chino ayudaba un montón. Y eso que estuvo en el club hasta la temporada 2001/02. Una etapa dorada en la que tuvo mil chances de rendir de bien para arriba. Pero no hubo caso.
Fue siempre alternativa pero nunca confiable. Y los números son terminantes. Jugó 72 partidos oficiales y no convirtió goles. Sin palabras.
Su carrera, iniciada en Universitario, Lawn Tennis y Cienciano de Perú, siguió nuevamente en su país natal con las camisetas de Universitario nuevamente, Melgar, Coronel Bolognesi, Deportivo Municipal y Real Academia.

FC Porto 2 - Boca 0


La gira de pretemporada a mediados de 2005, que a su vez servía de puntapié inicial al primer ciclo de Alfio Basile como técnico de Boca, tuvo una brusca frenada el 29 de julio.
Esa jornada, en el estadio Amsterdam Arena de Holanda, Boca enfrentó al entonces campeón Intercontinental Porto, y cayó merecidamente 0-2. Y a merecidaente habría que agregarle un “...y porque Dios fue grande..”. El xeneize no tuvo ideas, jugó mal, le faltó profundidad y fue desbordado por los portugueses que hicieron precio de amigos con el resultado final.
A una semana del estreno en el Apertura y luego de jugar un par de amistosos en Asia, Basile usó esa Copa Amsterdam para ajustar piezas y encontrar por fin su once de memoria. Pero el cansancio por los viajes más el bajo nivel de algunos jugadores dieron forma a una combinación letal. Y uno de los casos más preocupantes fue el de un recién llegado Insúa. Al Pocho no le salió una y tras ese partido se escucharon algunas tibias voces dudando de su capacidad para bancarse la diez de Boca.
El equipo que salió a la cancha fue Pato Abbondanzieri, Barroso, Flaco Schiavi, Cata Díaz, Morel, Cagna, Gago, Flaco Bilos, Pocho Insúa, Guillermo Barros Schelotto y Palermo. Con el Porto haciéndose un festín de la mano de Lisandro López y Lucho González, Basile cambió medio equipo, pero evidentemente no era la noche de Boca. Entraron Neri Cardozo, Vargas, Silvestre, Palacio y Pampa Calvo, pero solo para ver desde un poco más cerca el toqueteo de los lusitanos.

martes, 21 de julio de 2009

Edgardo La Fata


Es evidente que hay jugadores que son tocados por la varita. Desde ya que no es el caso de Edgardo José La Fata, volante ofensivo de aceptables condiciones, generalmente yendo y viniendo por la banda derecha del mediocampo, que surgió de las divisiones inferiores y pegó el salto a primera a mediados de la década del ochenta. Pese a que la varita no le tocó los pies, lo ayudó bastante haciéndolo acreedor de un apellido singular. Y poniéndonos rigurosos, tal vez aquí esté su mayor mérito. En el apellido.
Sino es difícil entender que a veintipico de años de su debut haya mucha gente que aún lo recuerda. Porque estamos hablando de un tipo que jugó apenas 9 partidos oficiales, no hizo goles, no tuvo un partido consagratorio y sin ser un crack tampoco fue un tronco. No se le recuerdan pases gol ni tampoco nada concreto como para tenerlo presente. Pese a todo, en el imaginario popular quedó como un ícono boquense de la década del ochenta. Ganándole tal vez por un pelito a Dykstra y a Irazoqui.
Debutó oficialmente el 13 de octubre de 1985, cuando por la primera rueda de la temporada 1985/86 Boca cayó 0-1 contra los suplentes de Argentinos Juniors en cancha de Ferro. Esa tarde recibió la orden de Don Alfredo Di Stéfano para entrar en el descanso por Alfredo Graciani.
A las dos fechas, tuvo el honor de jugar de diez en el superclásico derrota 0-1 en Núñez, la tarde que Pasucci le sacó punta a sus tapones con la tibia de Ruggeri. Pero La Fata, ante semejante responsabilidad, derrapó. Cumplió un papel bastante intrascendente, se prendió fuego solito y prácticamente quedó descartado para el resto de la temporada.
Recién en el torneo siguiente tendría un poco más de rodaje. Pero siempre con más de lo mismo. Intrascendencia a full. Estuvo en el escándalo de La Plata y acompañó el final del ciclo Zanabria. Su partido despedida coincidió con el último de Marito como técnico. Fue el 21 de diciembre de 1986 en un doloroso 0-3 con Ferro en la Bombonera. Con la llegada de Menotti, tras jugar unos minutos en algunos partidos del verano 1987 (Colonia y Spartak de Moscú) terminó de perder el poco lugar que tenía.
Su carrera incluye, hasta donde pudimos averiguar, solo un partido más jugando para el Racing de Marchetta en la primera fecha de la temporada 1989/90.
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(Enormes gracias a Guille por la gestión y a Patricio por la foto que hace años buscábamos)

lunes, 20 de julio de 2009

Los radiotaxis Boca Juniors


En la caja de pandora que se convirtió Boca de la mano de Boca Crece, el caballito de batalla a mediados de febrero de 2006 fue el lanzamiento de los radiotaxis Boca Juniors.
La flota no llamaba mucho la atención por afuera a excepción de la identificación arriba del techo. El golpe de efecto quedó guardado para el interior, en donde podían verse algunos almohadones y banderines con los colores azul y amarillo.
La movida surgió de la empresa MayoR, productora de ideas, y fue obviamente aprobada por Boca Crece, brazo derecho de Boca para combatir (?) lo trucho y manejar el tema de las licencias oficiales a exprimir al mango.
La idea era pasar de los 200 taxis iniciales a 500 en los primeros tres meses. Y desde ya, se barajaba la realización de planes especiales, promociones y hasta sorteos para los pasajeros frecuentes.
Orlando Salvestrini le puso mucho optimismo al proyecto y lo hacía saber a los cuatro vientos: "...a mediados de año esta empresa será la número dos del mercado por número de autos...".
Pero pese a las predicciones del presidente de Boca Crece, y viendo un poco el suceder de los acontecimientos, nos quedan algunas preguntas básicas antes de catalogar como fracaso a la iniciativa. ¿Alguien se subió a un taxi de Boca? O algo más básico... ¿alguien vio uno aunque sea un par de veces?

domingo, 19 de julio de 2009

La mitad más dos (III)


Rania. Su Majestad la reina de Jordania.

Nolberto “Ñol” Solano


Antes que nada, asumiendo la polvareda (?) que puede llegar a levantar, es justo reconocer que el paso de Nolberto Albino Solano con la camiseta azul y oro no puede tildarse de fracaso. Es más, fue bueno. ¿Pero se puede decir que triunfó? Mmm, la verdad que no. ¿Tuvo un rato fugaz de fama? Mmm, la verdad que sí. ¿Merece estar en “15 metros de fama”? El debate queda abierto pero un par de rarezas podrían inclinar la balanza a favor del “Sí”.
Marcador de punta o volante por derecha, nacido en Perú y llegado al xeneize a mediados de 1997 en medio de cierto descreimiento generalizado acerca de su rendimiento. Eran épocas que la gestión Macri tiraba manotazos para todos lados, y las compras eran al por mayor y casi siempre de dudosa calidad.
Su debut en ese equipo de Bambino Veira, el 19 de junio, fue en circunstancias bastante exóticas. Porque hay que reconocer que enfrentar a la Selección de Tailandia en el mismísimo Bangkok Stadium no es cosa que pase muy seguido. De hecho, fue la primera presentación del xeneize en ese país, con victoria 2-0 incluida y en el marco de una de las tantas pretemporadas tiradas de los pelos.
El debut oficial del Ñol, triunfo 4-2 frente al Bicho el 24 de agosto, nos regala enseguida una segunda rareza. Porque esa primera fecha del Apertura lo tuvo casi más protagonista que al mismísimo Maradona. A los veinte fue pisado con una plancha tremenda de Benett. Roja para el Balín. Pero a los veinte del segundo tiempo, inesperadamente, el Sargento Giménez mostró roja también para el peruano. Irse a las duchas el día del debut tampoco es cosa que pase muy seguido. Hubo kilos de incertidumbre en la hinchada acerca del nuevo refuerzo de Boca.
Pero esa misma semana empezó a remar contra los prejuicios. Metió su primer gol, un penal en el arco de Casa Amarilla frente a Independiente por la Supercopa, y mostró un buen nivel jugando ese partido como mediocampista. Tuvo su cuarto de hora en ese semestre convirtiendo tres goles más y mostrándose como un tipo con clase, técnica y excelente pegada con pelota parada o en movimiento. Daba algunas ventajas en la marca pero compensaba con creces gracias a su buen pie. La verdad, una joya que encima contó con el ayudín de pelear el puesto de cuatro con Sergio Castillo.
Ya en el Clausura, siguió inevitablemente los pasos de ese Boca. Un buen arranque, pero caída brusca por el tobogán a medida que pasaban las fechas. Llamativamente por ser un defensor tranquilo, sumó otro expulsión el 22 de marzo de 1998 en la goleada 4-0 al Rojo en Avellaneda. Hizo un gol de penal frente a Deportivo Español nuevamente en el arco de Casa Amarilla, la noche que García Cambón asumió como técnico para reemplazar a Veira y tras jugar hasta el final de ese campeonato fue velozmente cedido al fútbol inglés. Dejó la estadística de 36 partidos oficiales, 6 goles y la sensación térmica de que estaba para hacer más camino con la camiseta de Boca.
Su carrera, que había comenzado en Deportivo Municipal y Sporting Cristal de Perú, siguió luego en Newcastle, Aston Villa y West Ham de Inglaterra, en el Larisa del fútbol griego para terminar volviendo al pago donde en la actualidad lo podemos ver con los colores de Universitario de Perú.
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UPDATE aportado por Beto
Yo laburaba en El Gráfico en tiempos en que dirigía el Bambino. De hecho, fui el que le hice la pregunta al Bamba el día de Guzmán contra Español que obtuvo como respuesta el: "Lo saqué para protegerlo".
Cuestión que había llegado Solano a Boca y me mandan a cubrir la presentación. De hecho, aunque parezca increíble le presté mi camiseta de Boca para hacer la foto, porque en el club no le dieron ninguna. Resulta que lo presentan, el Bamba ante las cámaras era todo sonrisa, se saca fotos dándole la mano a Solano, dice que es un jugador bárbaro, etc. etc. Cuando nos vamos por el pasillo, Solano se queda hablando con los periodistas, y yo me vuelvo charlando con el Bambino. Y off the record le digo: "...Y, ¿cómo lo ves al peruano? ¿Para vos va a andar?...". Y el Bamba se caga de risa y me dice. "...¡Qué va a andar, pibe! ¡Argentina, país generoso, neneee!....". Estaba claro que ni lo había visto jugar al Ñol y fue prejuicio puro.

viernes, 17 de julio de 2009

Boca de Río Gallegos - Santa Cruz (Argentina)


En esta ocasión nos encontramos con un equipo que fue noticia en las últimas semanas. Se trata del Boca de las tierras K. Fue noticia por haber ganado la promoción entre el Argentino C y el Argentino B y lograr el ascenso al preciado Torneo Argentino B.
El equipo más austral que participara en un torneo de AFA, fue fundado en el año 1945, pero nunca logró éxito alguno ni siquiera en el torneo de la liga local hasta este año 2009, con el ascenso logrado frente a Rácing de Trelew.

Casualmente muchos ligan la seguidilla de triunfos a la nueva dirigencia que asumió en 2008, fuertemente vinculado con el matrimonio presidencial.

El equipo xeneize de Río Gallegos hace de local en la humilde cancha de otro equipo de la liga galleguense, Defensores del Carmen, pero se dice que para el año próximo con la llegada de esperados sponsors proyectan levantar una nueva cancha.
Se verá en la próxima temporada si puede con su enorme nombre hacer frente a la cuarta categoría en importancia del fútbol del interior.
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(Agradecemos a Javier Romero por el material enviado)

Leandro “Tano” Gracián


Es innegable que da cierto orgullo que un jugador que se va de Boca a jugar al exterior sea recibido como si fuera un crack. Ahora, en este caso en particular y viendo a tres mil fanáticos que coparon un aeropuerto con banderas, bombos y trompetas, la pregunta obligada es, ¿qué les mostraron a los griegos para que reciban a Leandro Gracián tan efusivamente?
En tren de imaginar el dvd que les armaron a los del Aris Salónica para que pisen el palito, calculamos que debe arrancar con un momento obligado. El de su segundo partido en Boca, el 29 de agosto de 2007, tres días después del debut frente a Gimnasia. Esa tarde en cancha de Racing, día laborable, entró por Dátolo a los diez del segundo tiempo y al rato nomás cazó un rebote largo en mitad de cancha, se mandó en contrataque derecho a Assmann, lo gambeteó y definió con el arco vacío. Terrible golazo del Tano para sentenciar el clásico frente a Independiente y para hacerle mostrar los dientes al principal artífice de su arribo: el técnico Miguel Russo.
Enganche creativo, de gran paso por Vélez en donde se saltó a la fama por su media distancia, la pegada con pelota detenida y su capacidad de asistir a los delanteros. Una pinturita que a la hora de ponerse la camiseta de Boca se fue desinflando partido a partido. Porque si bien es verdad que no arrancó mal, ese primer campeonato en Boca fue el único que tuvo que vivir sin estar a la sombra de Riquelme. Y fue el que debió aprovechar para pegar el campanazo y recibirse de jugador clave. Pero no lo hizo.
Su momento de gloria pudo haber sido a fines de marzo de 2008, ya con Ischia en el banco y titular en la rotación dispuesta para el Apertura. Metió goles a Colón en la Bombonera y a Olimpo en Bahía y en el medio, tal vez su gol más importante. El 2-2 parcial frente a Colo Colo en La Boca por la primera fase de la Libertadores. Una noche dramática que terminó en triunfo 4-3.
Pareció ser el despegue pero entró en un tobogán interminable y las oportunidades que recibía no las aprovechaba. Trotecito por aquí, pase corto a Román por allá y mucho de jugar a esconderse detrás del cinco rival. Ni siquiera pudo zafar de los repetidos incendios con algún tiro libre. Y la verdad que así, sin desequilibrar nunca, es imposible ganarse un lugar entre los once titulares.
La noche caliente de la fresquita eliminación de la Libertadores 2009 contra Defensor Sporting entró en el segundo tiempo y prácticamente no tocó la pelota. Y acá está probablemente su mayor déficit: responder bajo presión en momentos calientes. Materia no aprobada. Y eso es lapidario para alguien que por el puesto ocupado debe cargarse el equipo al hombro y ser quien dirija la batuta.
En resumen, 56 partidos oficiales, 8 goles y un dvd enviado a Grecia que no debe durar mucho. A no ser que hayan agregado sus tardes fortineras. Su carrera, iniciada en Vélez, el Monterrey y el Necaxa de México, continuó inesperadamente en el Aris Salónica.

jueves, 16 de julio de 2009

Pablo Alvarez vs Pato Pastoriza


Técnicamente no se puede decir que haya sido una pelea. Poniéndose quisquillosos fue una barrida con tackle deslizante devuelta con un puñetazo que no llegó a destino. Pero lo concreto es que el cruce entre Pablo Alvarez y Pato Pastoriza en cancha de Independiente merece un lugar. Y entre Juan Ignacio Felice que tiró la consulta, Juan que llamó las cosas por su nombre y kavanagh que ubicó foto, quedó en evidencia que lo único que faltaba era ponerse a escribir.
Fue el 9 de mayo de 2004 durante la visita de Boca a Avellaneda por la fecha 13 del Clausura. Esa tarde, en el medio de un baile descomunal al Rojo, una gran tarde del delantero que usó a Pipa Estévez de puchinball y una contundente goleada 4-1, se vivió un momento de tensión en el segundo tiempo ya con el partido liquidado.
En una pelota que indefectiblemente se iba al lateral, Pablito Alvarez se tiró al pasto y barrenó unos cuantos metros para tratar de evitar que salga. Ya afuera del campo de juego, no pudo detenr su marcha y sin querer se llevó puesto al técnico de Independiente revoleándolo por el aire. Cuando el defensor de Boca lo quiso ayudar a levantarse, el Pato, desde el piso, reaccionó tirándole una mano a Alvarez. Mano que por suerte no llegó a conectar.
Cara de asombro en Pablito y obvia expulsión a Pastoriza con unas cuantas fechas de suspensión por la cabeza para que recapacite. Pero el bolonqui duró muy poco y enseguida continuó el baile al Rojo. En la conferencia de prensa post partido, el Pato bajó un cambio y tuvo un rapto de sinceridad: "...le pedí disculpas al jugador de Boca por la calentura del momento. Soy un hombre muy calentón, pero después, me di cuenta que no estuve bien...". Menos mal que reconoció que era calentón. No nos habíamos dado cuenta.

miércoles, 15 de julio de 2009

Heraldo “Loco” Bezerra Núñez


Corría 1977 y Boca, con el bicampeonato argentino obtenido en 1976 bajo la dirección de Juan Carlos Toto Lorenzo, encaraba el sueño que desvelaba a su verborrágico presidente Alberto J. Armando: la Copa Libertadores de América. Como era costumbre en Lorenzo, se armó un plantel donde iban a desfilar gran cantidad de jugadores entre nuevos y chicos, más los que venían de la temporada anterior. Porque como siempre, la onda es poner equipos alternativos en los torneos locales.
Así se incorporaron Daniel Pavón, Carlos Ortiz, Roberto Carballo, Carlos Silguero, Aníbal Cibeyra y alguien que volvia de España siendo gran figura, campeón de liga y Copa Intercontinental con Atlético de Madrid: el brasileño Heraldo Bezerra Núñez, un puntero izquierdo habilidoso, buen cabeceador y goleador que comprado por Newell’s a Cruzeiro en 1968, vistió la camiseta rosarina hasta 1971 donde fue vendido a España.
Bezerra nació el 21 de abril de 1946 en San Jerónimo, Brasil, ciudad cercana a Porto Alegre. Pienso que la delantera exitosa que formó en Newell’s compartida con Mario Zanabria, gran figura del equipo del Toto, más el conocimiento que Lorenzo tenía por haberlo dirigido en Atlético Madrid aceleraron su venida a Boca, que estaba por negociar a España al titular de ese puesto, Darío Felman.
Sólo 2 partidos jugó el apodado Loco Bezerra. La segunda fecha del Metropolitano 77, en una formación completamente alternativa con la que Boca derrotó a Banfield 2 a 1 en la Bombonera el 6 de marzo siendo reemplazado por Daniel Pavón. Y una semana después con un equipo mezcla de titulares y suplentes el 13 de marzo de 1977, con el cual Boca cayó en La Plata 0-2 frente a Estudiantes y ahí Bezerra entró reemplazando a Darío Felman.
Horas después, en la madrugada del 14 de marzo, como suele pasar hasta hoy en día, Bezerra murió en un accidente sobre la ruta Panamericana rumbo a Rosario a la altura de Campana.
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Autor invitado: Miguel Sarfson (2009)

martes, 14 de julio de 2009

Pantalones mitad azul y mitad amarillo (años '70)


Los que creen que en la vida no todo es blanco o negro, que existen los grises, podrán ver con mayor agrado esta movida de Boca llevada a cabo a mediados de la década del setenta.
Porque sin caer en los tradicionales pantalones azules ni en los sorpresivos pantalones amarillos, se llegó a una opción intermedia combinando los dos colores en partes iguales.
Por qué se puso el amarillo delante y el azul atrás no lo sabemos. Lo que sí sabemos es que semejante abrazo de Tano Pernía y García Cambón en plena Bombonera es por el triunfo 1-0 a River en el Nacional de 1974.

lunes, 13 de julio de 2009

La escuela de fútbol Boca Juniors en Bogotá (Colombia)


Hay que reconocer una cosa. Muchas veces ni los mismos hinchas de Boca tenemos verdadera noción de los desbordes que genera este humilde equipo fundado en una placita por un par de inmigrantes italianos. Y a los que todavía no les alcanza con los miles de ejemplos que andan dando vueltas por estas tierras y por el globo terráqueo en general, quizás puedan convencerse tratando de entender esta locura que se vive en Bogotá con una escuela de fútbol.
La escuela fue fundada el 17 de julio de 2000 bajo el nombre de “Acosta Eventos”. Arrancó con la nada despreciable cantidad de 30 pibes de entre 5 y 17 años y su director deportivo, José Orlando Acosta Cifuentes, tomó de entrada dos decisiones fuertes: primero, nombró a Kike Angulo (ex futbolista) como director profesional para comandar la movida, y segundo, se reventó unos mangos comprando 30 camisetas de Boca. ¿Habrá influido la todavía fresca Libertadores que el xeneize había levantado en el Morumbí con Oscar Córdoba y Patrón Bermúdez como protagonistas? Es muy probable. Lo concreto que ya con director deportivo y uniforme oficial elegido, la cosa iba a empezar a tomar una dimensión insospechada.
En esos primeros tiempos, la sub 17 de la escuela participó de la Copa Pelé en Venezuela y evidentemente el tercer puesto sobre ocho equipos llevó a redoblar esfuerzos. Esa misma camada, pegaría enseguida un subcampeonato en la Copa Independiente Nacional.

Fue entonces que el director decidió dejar las sutilezas de lado y se mandó a fondo. El 10 de enero de 2004 presentó legalmente el cambio de nombre de la escuela. Se archivaba el neutro “Acosta Eventos” por uno bastante más contundente: “Escuela de Formación y Club Deportivo Boca Juniors de Colombia”. Un poco largo quizás, pero con el convencimiento de que en la denominación callejera se iba a llamar de una sola manera posible. Escuela Boca Juniors.
El cambio de nombre empezó a suritr el efecto deseado. Enseguida se arrimó el gimnasio “La Sultana” y se llegó a un acuerdo para llevar a los pibes una vez por mes a entrenar bastante más fuerte.
Finalmente el 4 de octubre de 2004 la Directora del Instituto Distrital de Recreación y Deporte, la doctora Patricia González Ávila, otorgó el reconocimiento deportivo y registró a la escuela con un número de orden legal. Por si a los timberos les interesa, fue el número 561.
La cosa iba tomando una velocidad meteórica. En noviembre de ese mismo año, se citó a una médica deportóloga para hacer una valoración física exigente a alumnos y profesores. Y es después de eso, que las categorías Juvenil y Pre-Juvenil de la escuela fueron invitadas a jugar la Copa Excelencia General Santander. Un hexagonal para medir fuerzas con otras escuelas similares y de mayor trayectoria. A saber: Villas de Madrigal, Club Halcones, Club El Diamante FC y Rivers de Villa del Río. Como era una Copa bastante seria, el Rivers de Villa del Río y los otros tiraron la toalla antes de tiempo y la final fue todo un batacazo. El Boca “A” le ganó al Boca “B” y hubo importantes festejos en las calles bogotanas.

En enero de 2006 los pibes hacían largas colas para ponerse la azul y oro. Se hizo una convocatoria para tomar profesores nuevos y la fama ya alcanzaba escalas a nivel nacional. Y prueba de eso fue el primer puesto como mejor delegación y mejor club sobre 120 escuelas de toda Colombia. El premio fue bastante modesto, pero no por eso despreciable. Un equipo de sonido que fue religiosamente sorteado entre los alumnos y padres de familia de la escuela. Por si a alguien le interesa, el ganador fue el papá de Bhreydy Orlando Villegas, un alumno sub 13.
Para los que a esta altura están ya dudando de este post y se niegan a creerlo, pueden hacer un click aquí y seguir comprobando esa locura a nivel mundial llamada Boca Juniors.

sábado, 11 de julio de 2009

...en Cancha Llena


La verdad que vino bárbaro los mensajes de Sebastián Ferreira, Grimi y Guille avisando de la inesperada aparición de un post de Imborrable Boca en el sitio Cancha Llena. La nota en cuestión, sobre la malaria del año 84, sin dudas sirvió para un par de cosas. Primero, para que los más chicos saquen cuentas de que estar dos años sin ganar una Libertadores no es para tirarse desde la tercera bandeja de Casa Amarilla. Segundo, para qué negarlo, ayuda a que el blog se haga un poco más conocido. Y tercero y principal, para que se acerque más gente (?). Y ya que se acerca gente, aprovechamos y repetimos el mangazo que ya a esta altura cumple siete meses. ¿Alguien tendrá una foto de La Fata con la camiseta de Boca?
Muchas gracias a la gente de Cancha Llena por levantar la nota y mencionar a Imborrable Boca. Y desde ya también a todos los que colaboran con todo tipo de material de dudosa credibilidad (?). El que más nos gusta.

viernes, 10 de julio de 2009

El Ñuls - Boca del Clausura 2000


De todas las causas posibles que pueden provocar la suspensión de un partido, la ocurrida el sábado 27 de mayo de 2000 es una de las más bizarras. Y por qué no, una de las más tristes, paradójicamente tres días después de una de las mayores alegrías de la historia de Boca gracias al muletazo de Palermo en el arco que da al Riachuelo.
La noche en cuestión, Boca visitó a Ñuls en el Parque Independencia por la fecha trece del Clausura, con la intención de sumar puntos para seguir prendido en la tabla, pero sin dejar de ver a la Libertadores como la prioridad del semestre. Por eso, no extrañó que Bianchi ponga en cancha a Pato Abbondanzieri, Burdisso, Patrón Bermúdez, Matellán, Arruabarrena, Pepe Basualdo, Battaglia, Chavo Pinto, Pereda, Carioca Ruiz y Barijho. Tras el pitazo inicial de Madorrán y algunas aproximaciones de la Lepra, el foco de atención se trasladó enseguida al arco ocupado por Luque, el uno rosarino, con toda la gente de Boca a sus espaldas.
Tras explotarle una bomba de estruendo muy cerca, Luque caminó hasta salir del área mientras el partido seguía jugándose con normalidad. Pero al toque cayó una segunda bomba que hizo más evidente la situación. El humo y los gestos de Luque fueron imposibles de pasar inadvertidos por el árbitro, quien no tuvo otro remedio que parar el partido. Hubo reunión de capitanes, deliberaciones varias, charla con el Jefe del operativo de seguridad, pedido de calma por parte de Bermúdez a la tribuna de Boca y tras varios minutos, se acordó continuar el encuentro con la promesa de que una bomba más era el límite a tolerar.
A esa altura no se tenía plena conciencia de la situación y más de uno pensó que con la reanudación el problema estaba superado. Pero no. Al minuto de reiniciarse el partido, una tercer bomba cayó, y ante la negativa del arquero de Ñuls a seguir jugando, Madorrán pitó e hizo los gestos inconfundibles de que el partido se suspendía definitivamente cuando se cumplía el minuto 16 del primer tiempo.
A partir de ese momento se sucedieron escenas de bastante confusión. Mientras los jugadores de Boca se negaban a abandonar el campo de juego, podían verse ya algunas escaramuzas en la abarrotada popular visitante. Escaramuzas que terminaron con la supuesta captura del culpable de tirar los petardos. Entró la policía rosarina a la tribuna y se llevó a un pibe de 19 años en cuero y molido a piñas minutos antes. Lo que se dice, un perejil.
En los vestuarios, los dirigentes que fueron a Rosario no hicieron declaraciones y salieron en fila india. Silenzio estampa total hasta que un rato más tarde, Macri dio una señal clara de que había algo más detrás de las explosiones en el área de Ñuls: "...hay que investigar bien lo que pasó. Pero si la bomba cayó desde la hinchada de Boca, la Comisión Directiva y yo estamos de acuerdo en que nos descuenten puntos para ayudar a combatir la violencia...". ¿Cola de paja?
Porque la hipótesis del pibe sacado que tiró tres bombas se cayó volando. Y empezó a ganar terreno una trama bastante más oscura. La suspensión, provocada deliberadamente para sacar a Boca de la pelea por el título, era nada más y nada menos que un pasecito de factura de la cúpula de la barra de Boca contra la dirigencia por haberles cortado el chorro en cuanto a la entrega de entradas de favor. Y los más memoriosos, ataron cabos y trajeron el recuerdo de la desubicada bomba arrojada a Rocha, el arquero de Ferro, en plena goleada de Boca en Caballito un par de fechas antes.
También se empezó a rumorear que ya antes del partido en Rosario, se sabía lo que iba a ocurrir. Cosa que fue, por lo menos puesta en duda por el tesorero Orlando Salvestrini: "..si alguien lo sabía, está en serios problemas. Es como si yo supiera que van a asaltar un banco y no avisara...".
Para esta altura, el Tribunal ya había acabado con las especulaciones y confirmado lo que muchos ya temían. Setenta y cuatro minutos a reanudarse al sábado siguiente y quita de tres puntos para Boca al final del campeonato.
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A partir del fallo del Tribunal y de la terrible calentura de Bianchi, Boca terminó de enfocarse en la Copa y práticamente pasó a usar el torneo local como sesiones de entrenamientos de lujo.
Al sábado siguiente, 3 de junio, se esperaraba más bailongo esa fría y soleada tarde. Pero no. Mucha tranquilidad y dos tiempos de treinta y siete minutos normales sin la barra subida a los paravalanchas de la popular visitante.
El Virrey paró casi al mismo equipo. Las únicas variantes fueron Turbina Navas por Pinto y Chango Moreno por Barijho. A todo este mar de contrariedades se sumó una rápida expulsión de Matellán por doble amarilla (una antes de los quince el 27 de mayo y la otra en la reanudación). Un gol de Damián Manso dejó al Pato vencido, al partido con derrota final 0-1 y a Boca sepultado en la lucha por el campeonato.

jueves, 9 de julio de 2009

José Coronel


Cuando el 8 de marzo de 1991, las viejas chapas que indicaban los cambios, anunció que debía salir Diego Latorre para que entre José Gustavo Coronel, muchos hinchas no teníamos la menor idea de quién era el delantero que iba a debutar. Faltaba apenas un minuto y Boca goleaba con comodidad a Unión en Santa Fe por la tercera fecha del Clausura, pero esos segundos que trotó en cancha bastaron para por lo menos presentarlo en sociedad.
De contextura chiquita y bastante ligerito, arribó a Boca a comienzos del ciclo Tabárez procedente de Instituto de Córdoba. Para desgracia de Coronel cayó en un momento que se alinearon los astros y Boca armó en dos o tres partidos de verano un verdadero equipazo. Y tener por delante al Diego bueno, Bati, Graciani y un incipiente Claudio Rodríguez, lo sentenciaron a jugar casi nada. Para ser exactos, tres partidos, si es que a ese minuto en Santa Fe se lo puede llamar partido. Y desde ya que goles no hizo.
Luego formó parte de un muletto que mandó el Maestro a Bolivia para enfrentar a Oriente Petrolero por la primera fase de la Libertadores. Y cuando decimos muletto, tal vez nos quedemos cortos. A saber: Pogany, Jorge Lépez, Holweger, Rusos Hrabina y Abramovich, Stafuzza, Cenci, Turco Apud, Chicho Gaona, Rata Rodríguez y el mismísimo José Coronel. Esa noche fue derrota 0-1 y noventa minutos completos para nuestro homenajeado.
Su momento de gloria (?) con la camiseta de Boca, debe haber sido tal vez por la octava fecha de ese Clausura. Fue una tarde que Boca le ganó 2-0 a Gimnasia y Coronel jugó por primera vez en la Bombonera, desde el arranque y nada menos que armando dupla de ataque con Gabriel Batistuta. Al inicio del segundo tiempo, bastante ajetreado, dejó su lugar a la Rata Rodríguez. Sin saberlo él ni tampoco los hinchas, esa fue su silenciosa despedida del xeneize. Pese a jugar Boca muchos partidos en ese semestre, el concepto de rotación llegaría bastantes años después. Cosa que evidentemente le restó toda chance.
Su carrera, iniciada en La Gloria cordobesa, siguió luego en San Lorenzo y en el ascenso con la camiseta de Cañuelas.

miércoles, 8 de julio de 2009

Jorge Di Gregorio


A veces el destino no puede evitar ser bastante azaroso con ciertas personas. Y ponerles de golpe y porrazo, la oportunidad de su vida delante de sus narices. Y si no, que lo niegue Jorge Sergio Di Gregorio, volante central que arribó al club casi a mediados de 1985.
Más propicio a la lucha que a la circulación de la pelota, el arribo del mediocampista se dio pura y exclusivamente por el visto bueno del técnico de Boca,
Don Alfredo Di Stéfano. Un grande del fútbol mundial, pero que en esta ocasión, la mandó a la tribuna. Don Alfredo le echó el ojo al melenudo número cinco de Altos Hornos Zapla de Jujuy en los tres choques de Boca contra jujeños por el Nacional 1985. Y ante el obvio ofrecimiento de los dirigentes norteños, la Saeta Rubia mordió el anzuelo. ¿Por qué? Evidentemente debe haberle llamado la atención su incansable combate en la trinchera del mediocampo. Sino, no hay otra explicación.
Así fue como, pese a contar con Julio Olarticoechea, Di Gregorio llegó antes del inicio del campeonato de 1985/86. Y la presencia del Vasco es, obviamente, una de las primeras cosas que le jugó en contra en su paso por el xeneize. Porque de más está decir que, en sus cuatro o cinco partidos jugados, no sólo no hizo goles, sino que jugó tres como volante por derecha y uno como marcador de punta.
Su debut oficial data del 14 de julio de 1985, cuando por la segunda fecha Boca cayó 0-2 con Ñuls en el Parque Independencia. Esa fría y soleada tarde, entró por el Tuta Torres a los 20 del segundo tiempo y poco pudo hacer para aguantar el partido, ya que la Lepra se despachó con sus dos goles con Di Gregorio en cancha.
Luego jugó en un 2-2 con Temperley en el Sur, en el lapidario 0-3 con el Rojo en la Bombonera un domingo día de la madre y en el agónico empate 2-2 frente a Chacarita en La Boca. Esa noche, la de su despedida, fue la de su fallida experiencia como lateral.
Para los amantes (?) de las cosas raras, según Clarín, al listado de partidos jugados también habría que sumar el 2-2 con Velez en la Bombonera. Pasa que para El Gráfico, Sólo Fútbol y Tiempo Argentino, el que entró por Irazoqui a los 32 del segundo tiempo no fue Di Gregorio, sino que fue José Alberto Bravo. De todas maneras, sean 4 o 5 sus partidos jugados, es obvio que el panorama desalentador no cambia mucho.
Jugó algunos amistosos más y con la renuncia del técnico que lo trajo, no le quedó otra que tomarse el palo también. Su carrera, iniciada en Independiente, Arsenal y Altos Hornos Zapla, tras su meteórico paso por Boca, se recontra curtió en el ascenso con las camisetas de Deportivo Italiano, Quilmes, Colón y Deportivo Armenio.
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(Gracias a Guille por la colaboración)

lunes, 6 de julio de 2009

Tottenham Hotspur 2 - Boca 2


Todo ciclo tiene un primer partido. Y podrá ser bueno, regular o malo, pero quedará en el recuerdo básicamente por eso. Y este encuentro, frente al Tottenham Hotspur, fue el que dio la campana de largada al primer ciclo de Coco Basile en Boca.
Así fue como el 16 de julio de 2005, en el estadio Suwon Big Bird, en la ciudad de Suwon, Corea del Sur, argentinos e ingleses chocaron abriendo el Grupo B de la tradicional (?) Copa de la Paz.
Y de entrada nomás, a los dos minutos, golpeó el xeneize a través de un tiro cruzado de Chelo Delgado. Luego vino un poco de tiqui tiqui made in Basile con Gago como bastonero, pero promediando el primer tiempo, en tres minutos, el Tottenham lo dio vuelta.
Ya en la segunda etapa, tras un par de cambios y un enroque mandando a Bilos como delantero, el Flaco cumplió y puso la igualdad con un tremendo sablazo. Boca fue al frente sobre el final, pero sin muchas ideas, por lo que la chapa quedó en un atractivo empate 2-2.
Los once que mandó Coco a la cancha ese día fueron: Pato Abbondanzieri, Pampa Calvo, Flaco Schiavi, Cata Díaz, Morel Rodríguez, Cagna, Gago, Flaco Bilos, Pocho Insúa, Palacio y Chelo Delgado. Ya en el complemento fueron ingresando Pablo Álvarez, Neri Cardozo, el mellizo Guillermo y Marino.

La pregunta del millón (XV)


¿Quién es más ídolo, el diez o el alcanzapelotas?

sábado, 4 de julio de 2009

Orlando Bergalli


Hace 90 años moría un ex-jugador de Boca víctima de la gripe. En momentos en que la epidemia de Gripe A pareciera ser de lo único que se habla en el país, un viejo recorte del diario "La Argentina" de 1919 relaciona esa noticia con la actualidad.
Eran tiempos de la "gripe española" que dejó 50 millones de muertos en todo el mundo, casi tantos como la peste negra. Y Orlando Bergalli, futbolista, fue víctima de la enfermedad.
Bergalli había jugado en Atlanta, Boca, Argentino de Quilmes, Sportivo Barracas, Estudiantil Porteño y Estudiantes de Buenos Aires. Era delantero.
En realidad, su paso por Boca fue efímero. Apenas disputó dos partidos en 1914, ante Ferrocarril Sud (partido que luego fue anulado porque el equipo rival se desafilió de la Asociación tras jugar 7 encuentros) y una semana más tarde, el 12 de abril, ante San Isidro en el empate 1 a 1.
El diario "La Argentina", en su edición del 29 de julio de 1919 publicó una breve nota contando el deceso del "sportman".

viernes, 3 de julio de 2009

Boca Júnior de Cristinápolis - Sergipe (Brasil)


Entre los curiosos equipos relevados alrededor del mundo, hemos encontrado el caso de este club llamado Sociedade Boca Júnior Futebol Clube. El club fue fundado en el año 1993, pero comenzó su participación en la Liga Estadual Profesional del Estado de Sergipe recién en 2004.
En su primer año de participación se coronó campeón de la División A-2 ganando la final al club América Futebol Clube de Propiá-SE y obtuvo el ascenso a la primera división del fútbol sergipano.

En la primera división no le fue tan bien: obtuvo un cuarto lugar en 2005 y quedó último en 2006, retornando a la División A-2, donde nuevamente obtuvo el campeonato, en una nueva definición por penales, esta vez frente a São Domingos FC.
En 2008 nuevamente intentó brillar en la primera división y volvió a fracasar, saliendo último y volviendo a descender. En 2009 jugará nuevamente en la División A-2, que se inicia en este mes de julio.
Entre las curiosidades de este club podemos nombrar el hecho de que su presidente, el Sr.Gilson Behar, llamó a su hijo Rikelme, debido a su pasión por nuestro Boca.

Otra curiosidad importante es que el Boca Júnior de Sergipe ha compartido la División A-2 en 2007, con un equipo llamado Sociedade River Plate de Carmópolis que llegó a la semifinal del torneo, pero debió mirar la final entre Boca Júnior FC y São Domingos FC por TV. Cualquier parecido al River de Buenos Aires, es pura coincidencia.

El llamativo sponsor llamado "Mujeres Perdidas" corresponde a un grupo de música del estilo Forró. Se trata de un estilo de música nordestino.
Otro hecho llamativo que pudimos recoger de nuestra investigación es que en 2006 cuando el Club pasaba algunos apremios financieros y con Tévez brillando en el fútbol brasilero decidieron darle a firmar una camiseta a Carlitos para ser rifada y recaudar dinero.

En la foto el niño Rikelme. Una locura.

(Nuestro agradecimiento en este post para Felipe Leite, miembro de RSSSF y para Orlanda Lacanna de jogosperdidos.net por sus fotos)

Bruno “Barullo” Marioni


En la extensa lista de probados goleadores que desfilaron por Boca, supuestamente para hacer olvidar a Martín Palermo, hay que incluir sí o sí a Bruno Marioni. Pero al oriundo de San Nicolás también es merecedor de ser incluirlo en la extensa lista de jugadores que por h o por b (?) no pudieron ni siquiera llegarle a los tobillos al Titán.
Para colmo de males el primer partido de Barullo desde el arranque, invitó a soñar a lo grande. Fue el 24 de enero de 2007 en Mar del Plata cuando clavó los dos goles de un 2-0 a San Lorenzo por la Copa de Verano. El de tiro libre, terrible golazo al ángulo.
Su debut oficial fue el 10 de febrero por la primera fecha del Clausura en cancha de Racing. Ese sábado, aparte de la goleada 4-0 a Banfield y los estrenos de Miguel Russo como técnico y Orteman como refuerzo (?), Marioni pudo jugar un rato al entrar por Palacio a quince minutos del final.
Sin embargo, la burbuja explotó muy pronto. Porque su primer partido oficial completo, el 1 de marzo, fue el prinicipio del fin. Esa noche, frente a Cienciano en el Nuevo Gasómetro por la Libertadores, Barullo erró tres mano a mano claritos frente al golero. Y los minutos finales fueron un suplicio porque se lo notaba contrariado y ya sin capacidad de discernir cuándo terminar una jugada y cuándo dar un pase. Fue lo que se dice, una noche negra. Un misil del Negro Ibarra sobre el final lo salvó del incendio total, pero de todas maneras, ya nada volvería a ser igual para él.
Pese a todo ganó algo de rodaje en el campeonato local mientras los titulares eran cuidadosamente guardados para la Copa. Pero hubo más de lo mismo. Y pocas veces se vio un apodo tan bien puesto. Se lo notaba empecinado en tener su tarde consagratoria. Pero no hubo caso.
En total jugó 18 partidos oficiales e hizo 3 goles. El sexto y el séptimo en el 7-0 al Bolívar en cancha de Vélez por la Libertadores y uno a Belgrano de Córdoba en la Bombonera en el triunfo 1-0 por penúltima fecha del Clausura. Tarde recordada por ser su último encuentro con la camiseta de Boca y por las continuas puteadas que se dedicaban con Boselli en pleno partido ante cada contragolpe malogrado.
Tras ese único semestre en el club, su carrera que había comenzado en Ñuls, Estudiantes, Sporting Club de Portugal, tres ciclos en Independiente, el Villarreal y Tenerife de España, Pumas de UNAM y Toluca de México, siguió tras su corto y poco feliz paso por Boca, nuevamente en tierras aztecas: en el Atlas y el Pachuca.

miércoles, 1 de julio de 2009

Los aviones de Boca Juniors


Estaba tan dulce el mundo Boca antes de viajar a Japón para jugar la Intercontinental contra el Milan, que la idea bajó a tierra, paradójicamente, volando. Así fue entonces como de buenas a primeras, apareció pintado de azul y amarillo el Boeing 747-287 LV-OOZ.
La jugada, manijeada a lo loco y promovida como parte de los festejos por el pentacampeonato de América conseguido meses antes, tuvo su estreno el 6 de noviembre. Ese día, el avión realizó su primer vuelo y unió Ezeiza - Miami sin ningún tipo de problemas, detalle no menor teniendo en cuenta lo que iba a pasar a los pocos días.
Porque el LV-OOZ xeneize no sólo fue noticia por llevar el escudo de Boca a la vista de todos. El 29 de noviembre en un vuelo Buenos Aires - Madrid, al aterrizar en España se pudo ver que había perdido el capot del motor número dos. Como el vuelo fue de noche, recién al día siguiente pudieron encontrarse los restos de la tapa. Habían quedado diseminados en la pista de Ezeiza.
Semejante incidente parece no haber pesado mucho en las decisiones de los mandamases de turno, ya que con el viaje al país del sushi encima, decidieron sumar otro avión boquense a la flota: el Boeing 737-236 LV-ZSW.
Finalmente el 12 de diciembre, el 747-287 LV-OOZ partió desde Ezeiza rumbo a Japón en un vuelo chárter contratado desinteresadamente (?) por Boca Juniors para llevar a hinchas que, pese a todo, estaban más nerviosos por el cuco Schevchenko que por subirse a ese avión. Gracias a Dios todo salió de maravillas. La nave realizó la travesía por la ruta transpolar, aterrizó el 13 de diciembre en el aeropuerto de Narita en Tokyo y pegó la vuelta triunfal a casa el 16.
Los dos aviones siguieron yendo y viniendo hasta comienzos de 2004 pero en mayo, el LV-OOZ fue pintado con los colores de Air Plus Comet para luego llevar una matrícula española EC-IZL, perdiendo de esta manera la identidad boquense. El otro avión, el Boeing 737, aguantó todo lo que pudo, pero finalmente el 1 de septiembre de 2004 fue pintado. Por lo menos a modo de reconocimiento, se le dejó una estrella amarilla en la tapa de la escalera que tiene en la puerta de proa.

Más allá de catalogar la apuesta como exitosa o no, lo cierto es que fue la primera incursión de Boca en el mundo (?) del transporte aéreo. Pero no la única. En 2007, se refritó la idea con motivo de un nuevo viaje copero a la tierra de Naohiro Takahara.
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(Gracias a Fernando Jara de Línea Ala por los datos)

Omar “Bocha” Porté


A los que recuerdan la nublada tarde del 27 de mayo de 1984 les resultará bastante familiar el recuerdo de Omar Rodolfo Porté. Y a los que no, tienen una interesante oportunidad para conocer a un número nueve grandote, lento y algo tosco en sus movimientos, que pese a jugar apenas 16 partidos oficiales y meter 1 sólo gol, le dio una inmensa alegría a la hinchada.
Porque ese único gol, una dramática atropellada en el rebote de un penal errado sobre la hora, fue gritado más o menos como si fuera el gol de un campeonato. Aunque la situación, por supuesto, era muy distinta.
La crisis institucional ya empezaba a dejar huella y en la novena fecha del Metro 84, Boca todavía no había podido ganar un partido. Y ese domingo en cuestión, para recibir a Unión de Santa Fe, se volvía a jugar de local en la Bombonera luego de mucho tiempo. Semihabilitada por algunas fallas edilicias, pero intacta para los corazones boquenses.
Y luego de ochenta y seis minutos sin poder quebrar el cero, un penal a favor sobre el arco de Casa Amarilla era como sacarse la lotería. La oportunidad de por fin meter una victoria. Y semejante carbón encendido fue ejecutado por el Bocha. Pero su tiro, fuerte, abajo y casi al medio fue atajado por un Tocalli que en su volada, amortiguó el remate y dejó la pelota picando casi sobre la línea. Gracias a Dios, la Virgen y todos los Santos, Porté tuvo los reflejos para salir corriendo y tirarse como un desaforado para llevarse puesto la pelota, casi decapitar al arquero y meterla en el arco desatando un verdadero carnaval.
Si nos ponemos un poco menos pasionales y tuviéramos que analizar en serio la trayectoria del Bocha en Boca, habría que hablar de un centrodelantero que llegó al club a comienzos de 1984 tras jugar en Alvarado de Mar del Plata, Deportes Tolima de Colombia y Atlanta. Su currículum más sus baqueteados 28 años, no prometían mucho. Pese a eso, ilusionó mucho de entrada, porque en su segundo partido le metió un gol a River por la Copa Ciudad de Montevideo jugada en el Centenario.
Debutó oficialmente el 19 de febrero en un 1-1 frente a Ñuls en cancha de Vélez por la primera fecha del Nacional. Tras jugar ese campeonato, arrancar como titular en el Metro y hacer algunos goles en amistosos, fue perdiendo minutos y lugar a un ritmo acelerado ya que participaba poco del juego. Su as de espadas era el cabezazo, pero en el contexto de ese equipo, la verdad es que no pudo mostrarlo como se debe. Tras terminar la primera rueda sentado en el banco de suplentes, poco más se supo de él. O sí. Que evidentemente, a fines de 1984 se tomó el palo.